«Duarte está muerto, está muerto»
Los treinta segundos de charla de Claudio Giráldez durante la pausa de hidratación del segundo tiempo en Getafe fueron un vaticinio de lo que estaba a punto de suceder. Un retrato perfecto de la capacidad que el técnico ha demostrado para interpretar el juego y las situaciones de partido.

El técnico Claudio Giráldez en un momento de pausa del primer tiempo durante el partido Getafe - Celta / Marta G. Brea
Las pausas de hidratación durante los partidos de agosto y mayo han devuelto al fútbol televisado la posibilidad de escuchar en algunos casos (no todos los equipos lo permiten) las charlas que los entrenadores dan a sus jugadores. Algo que en el baloncesto está poco menos que institucionalizado en los tiempos muertos, en el fútbol era imposible de disfrutar más allá de las voces aisladas que se escuchan a los técnicos desde la banda.
En Getafe los micrófonos pudieron recoger los consejos que Claudio Giráldez dio a sus jugadores en la pausa de hidratación que se produjo a veinte minutos para el final del partido, cuando el marcador estaba empatado a un gol y el Celta dominaba pero aún no había encontrado el segundo tanto que le diese la absoluta tranquilidad. Son treinta segundos en los que el técnico porriñés, con el tono agitado por la tensión y la necesidad de hacerse entender en medio del ruido del Coliseum, ofrece a los futbolistas apenas tres pinceladas que serían básicas para el destino final del partido.

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Aprovechando la interrupción del juego, Giráldez ordena dos cambios (Pablo Durán y Williot entraron por Alfon y Borja Iglesias) e insiste a sus jugadores en una serie de aspectos esenciales: atacar la profundidad sobre todo aprovechando que Domingos Duarte estaba pasando apuros físicos, que Iago insistiese en busca de la espalda del pivote para atacar el área y sobre todo que atrás no perdiesen el sitio tanto la línea de tres centrales (Javi Rodríguez, Carlos Domínguez y Marcos Alonso) como los dos pivotes (Beltrán y Moriba) con el fin de evitar transiciones que pudiesen resultar dañinas en ese momento del partido. En este último aspecto, Claudio pone énfasis en que Ilaix Moriba haya recibido el mensaje con claridad y en un momento determinado, cuando todos se han ido del corrillo, le suelta un último «cabeza».

El mensaje textual que reciben los jugadores en esa conversación es el siguiente de manera literal: «Escuchad. Sale Williot, sale Pablo. Atacamos el espacio siempre que podamos, ¿vale? Duarte está muerto, está muerto. Aquí (señala una parte de su pierna). Siempre que tengáis algún espacio meted el balón. Que Iago vaya a la portería pero siempre a la espalda del pivote, a la espalda del pivote. Y sobre todo, estad rodeados, tres y dos. No os volváis locos Ilaix. Por favor, calma. Tres y dos. Que nos dure la pelota. Va a acabar entrando. Es importante que cortéis transiciones, que no puedan correr, hacer faltas, faltas. ¿Vale? Eh, quince minutos y se acaba la Liga. Vamos a hacerlo. Todo lo que tengo dentro, no me guardo nada, todo lo que tengo dentro, vamos».
Las palabras del entrenador del Celta resultaron premonitorias y confirman la facilidad que viene demostrando para interpretar las diferentes situaciones de partido. «Te anuncia las cosas que van a pasar y luego suceden realmente», decía recientemente Borja Iglesias sobre el técnico porriñés en las páginas del Diario As . Esa charla en la pausa de hidratación del Coliseum fue casi un anticipo de lo que vendría a continuación. De alguna manera el técnico adelantaba el desenlace porque atacar la profundidad como hizo Williot fue lo que permitió a Beltrán filtrar ese pase que acabó en el gol de Iago Aspas; atacar al «tocado» Duarte fue lo que provocó la jugada en la que Pablo Durán forzó la expulsión del central que permitió al Celta disfrutar de un plácido final de partido; ganarle la espalda al pivote dio la posibilidad a Iago Aspas de aparecer sin marca en el remate definitivo y mantener bien estructurado el 3-2 del que tanto hablaba el técnico porriñés le ofreció al Celta seguridad para no poner en riesgo lo que tanto trabajo le había supuesto conseguir. Fueron apenas treinta segundos, pero uno de los momentos más explicativos de lo que ha sido la temporada y de lo que ha supuesto Claudio Giráldez.
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- Davila 17/06/2025