Getafe 1 - 2 Celta

Y llegó la matrícula de honor

El Celta de Claudio Giráldez gana tras una remontada en Getafe, con goles de Borja Iglesias y de Iago Aspas, para regresar a la Liga Europa ocho años después de perder la semifinal de Manchester

Así se vivió en el Coliseum el gol de Iago Aspas que clasifica al Celta a Europa League

Fotografía: Marta G. Brea / Vídeo: Víctor P. Currás

Vigo

Cuarenta y ocho partidos necesitó Claudio Giráldez como entrenador del Celta para clasificarlo para la Liga Europa ocho años después de aquella triste derrota en Manchester que cerraba la puerta a la final y a la que Iago Aspas dijo adiós entre lágrimas sobre el césped de Old Trafford. Ayer, el moañés devolvió a los célticos a la segunda competición europea al anotar el gol de la victoria en Getafe que dejaba sin efecto lo que pudiesen hacer el Rayo Vallecano y Osasuna, que no pasaron del empate. Los madrileños jugarán la Conference League.

El premio gordo en esta pelea de tres, la matrícula de honor a una temporada espléndida fue para un Celta que ayer en el Coliséum se sintió como en casa gracias al respaldo incondicional de más de tres mil aficionados que se trasladaron al sur de Madrid para disfrutar de otra jornada histórica, para vivir en directo la décima clasificación europea del equipo de su vida. Y en el fondo norte que ocupó la mayoría del celtismo se produjo la jugada que daba los tres puntos al Celta en el minuto 80, después de que Borja Mayoral adelantase a los locales en el minuto 10, tras un fallo de Guaita en la salida del balón. y Borja Iglesias igualase el marcador un cuarto de hora después tras una excelente acción entre Alfon y Aspas.

La jugada del segundo gol es de las que quedará grabada en la memoria del celtismo porque cerraba de la mejor manera posible un año fantástico de un equipo plagado de canteranos y dirigido por un entrenador de la casa, el más joven de la máxima categoría, que parece preparado para alcanzar grandes metas con el equipo de su vida. Porque Giráldez, como muchos de sus jugadores, fue primero aficionado del Celta y después se incorporó como entrenador al fútbol base hasta alcanzar la máxima responsabilidad del primer equipo para en su primera temporada firmar una de las mejores campañas desde que el equipo vigués ascendiese a Primera División en el verano de 2012.

El mérito de Giráldez no es solo el de liderar un proyecto muy prometedor e interesante. El de O Porriño también rescató y devolvió la alegría a un Aspas que con Benítez parecía condenado a acelerar su jubilación. Pero como demostró ayer en el Coliséum y cuando está a punto de cumplir 38 años, el moañés no solo marcó el gol de la victoria sino que dio otra clase magistral para poder disfrutar de nuevo de una competición europea e intentar alcanzar ese título que tan cerca tuvo en 2017.

Lo que más se recordará del partido de ayer es el gol de Aspas, que nació en el centro del campo cuando Beltrán recogió un balón y enfiló hacia adelante para plantarse en el balcón del área, donde asistió para un Williot que aparecía cerca de la línea de fondo. El sueco controló el balón, levantó la cabeza y vio cómo Aspas llegaba en carrera por el palo largo. Y allí le envió el balón para que el capitán céltico rematase con la derecha entre el portero y un defensor del Getafe para anotar su décimo gol de la temporada. Minuto 80 y el Celta encarrilaba la victoria para firmaba la matrícula de honor tan esperada por la plantilla, por el club, por el equipo técnico y por una afición que hoy vivirá otra gran fiesta en Vigo tras la decepción del fin de semana pasado.

Esta vez, el sufrimiento del celtismo duró poco porque el Celta tuvo la iniciativa ayer en el Coliséum y muchas ocasiones de gol, sin comprometer a Guaita en los minutos finales, mientras en Vallecas y en Mendizorroza se mantenían los empates del Rayo y Osasuna que le consolidaban en la séptima plaza. Con esos dos marcadores, una igualada ante el Getafe también le sería suficiente para asegurarse el regreso a Europa. Pero para llegar al premio más esperado, el Celta quiso ser valiente y ambicioso. No quería que la tarde fuese plácida.

A los de Giráldez les anima ponerse obstáculos por el camino, no le van los partidos tranquilos. Sin emociones fuertes no funcionan bien. Les gusta ir al límite. Ayer fue otro ejemplo de cómo complicarse la vida sin necesidad. Arrancaron el partido controlando el balón y mandando dos avisos de Moriba al portero Soria. Demasiado fácil. Mejor regalarle una buena ocasión de gol a los azulones, que no perdonaron cuando el balón le llegó a Borja Mayoral para burlar la vigilancia de Marcos Alonso y rematar cruzado para superar a Guaita. El portero valenciano se había enredado con el balón en el inicio de una jugada. Ante la presión getafense, cedió un balón comprometido a Marcos Alonso, que se la devolvió y, en vez de mandarla fuera del estadio, Guaita buscó a un compañero invisible en el centro del campo para regalar la pelota .

El bajón del celtismo por el tanto de Mayoral fue mayúsculo porque la lamentable acción se desarrolló sobre la portería de la grada norte en la que se había reunido gran parte de los más de tres mil aficionados que ayer acompañaron al equipo de Giráldez.

El celtismo no daba crédito a lo que acababa de vivir. A los diez minutos de partido, el Celta perdía por un gol mientras en Mendizorroza y en Vallecas continuaban con el empate a cero que dejaba provisionalmente a los célticos fuera de los puestos europeos.

Menos mal que el Celta de Giráldez se crece en la adversidad. Siguió controlando el balón y buscó algún resquicio que le permitiese sorprender a un rival muy disciplinado, que apenas dejaba espacios para generar peligro y que se cerraba con muchas unidades en torno a la portería de Soria. Pero los celestes encontraron algunas situaciones favorables por los costados, tras buenas combinaciones en el centro del campo, por el que aparecía Iago Aspas, con Moriba buscando portería desde la distancia y Beltrán dando seguridad a la circulación y multiplicándose en el achique. La pelea de Borja Iglesias con los centrales y las apariciones de Alfon alimentaban las ilusiones de una afición que en el minuto 24 saltó por el aire de alegría. El delantero compostelano marcó su undécimo gol de la temporada tras salvar la salida de Soria con un giro de tobillo para llevar el balón al fondo de la portería tras una excelente jugada entre Alfon y Aspas.

El manchego protagonizó después una acción dentro del área que llevó al VAR a revisarla pero finalmente el árbitro consideró que el céltico se había tirado.

En la segunda parte, Soria se convirtió en el mejor de su equipo al sacar una mano para mandar a córner un remate con rosca de Alfon y un tiro a bocajarro de Marcos Alonso. El Celta estaba más cerca de anotar el segundo que de comprometer de nuevo a Guaita.

Y en el minuto 80 llegó el regalo de Aspas al celtismo, mientras los cambios de Bordalás no rompieron la dinámica de un duelo que el Celta dominó y se le puso más de cara cuando el árbitro expulsó a Duarte por placar a Pablo Durán cuando el tomiñés se iba solo hacia Soria. Entonces, el Celta conmenzó a saborear una victoria con matrícula de honor.

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