Una victoria con pasaporte europeo

El Celta gana en Anoeta con un gol de Alfon en un partido en el que le tocó defender y sufrir pero que abre a los de Giráldez las puertas a un torneo continental nueve años después

Los jugadores del Celta celebran la victoria en el vestuario.

Los jugadores del Celta celebran la victoria en el vestuario. / RC. Celta

Vigo

El Celta no podía celebrar ayer de mejor manera su partido número 2.000 en Primera División y el 50 de Claudio Giráldez. La victoria en Anoeta le abre de par en par las puertas de Europa ocho años después de aquella despedida amarga en Old Trafford.

Un gol de Alfon González al borde del descanso rompió la igualada en un partido que a los célticos les tocó defender con mucho sufrimiento la escasa renta al borde del abismo durante 45 minutos ante el claro dominio de una Real Sociedadque la falta de gol le está penalizando en exceso en una temporada en la que alcanzó las semifinales de la Copa del Rey y los cuartos de final de la Liga Europa con un Imanol Alguacil que cierra una brillante etapa de siete años como entrenador.

Un ejemplo para un Celta que comienza de manera brillante un ciclo de la mano de otro entrenador de casa, formado en la cantera, que también apuesta por la juventud y por el fútbol alegre. Zubieta y A Madroa se respetan y admiran desde hace tiempo.

Ayer, el Celta no pudo desplegar el fútbol vistoso de otras jornadas. Bajas sensibles en la retaguardia condicionaron su buena mecánica habitual en la salida del balón. Faltó la tranquilidad que proyectan Marcos Alonso y Starfelt en el inicio de las jugadas y en los momentos delicados. Y esas carencias condenaron a los de Giráldez a rifar el balón o regalárselo a un rival que careció de ideas para superar a un Guaita que no contribuyó a serenar a los más jóvenes.

Aunque todo pudo cambiar si Borja Iglesias acertase a los dos minutos de juego en un mano a mano con Remiro como el que el sábado resolvió con brillantez ante el Sevilla. Esta vez, el compostelano optó por cruzar el balón al palo largo pero se marchó fuera. El delantero había recogido un pase de Fer López después de un robo de pelota en el centro del campo.

Atasco en las líneas de ataque

Después de esa clara ocasión de gol no hubo incidencias destacables en ninguna de las dos áreas, más allá de los numerosos saques de esquina estériles a favor de la Real Sociedad, que dominó el juego pero careció de profundidad. De hecho, se marchó al descanso sin disparar una sola vez entre los tres palos de Guaita. Las estadísticas incluso le negaron un flojo remate de Take Kubo. El japonés fue ayer el único que puso en apuros al Celta, a pesar del buen marcaje al que le sometió Sergio Carreira, al que Giráldez situó en el carril izquierdo, por donde también aparecía el excéltico Brais Méndez. El mosense, sin embargo, llega con mucha fatiga física y mental al final de una intensa y larga temporada para el conjunto txuri-urdin.

La segunda aproximación peligrosa del Celta se gestó en el minuto 43. Mingueza, situado en el costado derecho, adivinó un desmarque de Borja Iglesias, que abrió hacia la izquierda para la incorporación de Alfon. El albaceteño encaró al guardameta vasco y remató con la izquierda. El balón lo despejó Remiro pero volvió a Alfon, que de nuevo con la izquierda hizo un segundo remate que pasó por encima del brazo extendido del cancerbero y entró manso en la portería de la Real Sociedad. Duro golpe para los donostiarras con el gol en contra a dos minutos de llegar al descanso, teniendo en cuenta además el malestar de la afición de Anoeta por la mala recta final de curso que están ofreciendo los de Alguacil.

Como en Las Palmas, al Celta se le ponía de cara un partido en el que tendría que defender el tanto de Alfon con uñas y dientes durante toda la segunda mitad para conservar tres valiosos puntos que le otorgaban la posibilidad de presentarse el domingo en Balaídos ante el Rayo Vallecano como máximo aspirante a conquistar la séptima plaza de LaLiga. En el estadio de Gran Canaria, el sufrimiento de los célticos estuvo condicionado por las expulsiones de Moriba y de Aspas. Ayer en Anoeta, fue su falta de temple para generar posesiones largas lo que le condenó a protagonizar una defensa numantina de la ventaja en el marcador hasta el minuto 98. Ni siquiera los cambios de piezas de Giráldez cambiaron el guión que impuso la Real Sociedad, dispuesta a no marcharse con una derrota ante su público en uno de los últimos partidos con Alguacil.

Rozó el empate el equipo donostiarra en el minuto 59 tras un error de un Guaita inseguro en toda la noche. Marín lanzó desde la distancia y el balón pasó por debajo del cuerpo del guardameta del Celta, que se libró del gol porque el balón se quedó parado a centímetros de la portería.

Mejoraron los blanquiazules con la aparición de Barrenetxea, que se situó por la banda derecha céltica, mientras Kubo continuaba generando peligro desde la izquierda.

En el minuto 65, Oyarzabal estrelló el balón en el larguero tras un centro al segundo palo al que no salió Guaita. El rechace lo anuló Carlos Domínguez. Minutos después, el guardameta céltico permitió otra ocasión al rival: realizó un despeje defectuoso y en el segundo remate pudo desviar el balón a córner.

La Real Sociedad sometía a un Celta que se empleaba a fondo y con orden en defensa, pero que era incapaz de enlazar tres pases para poder tomarse un respiro con el balón en su poder. Los de Alguacil demostraban una vez más por qué esta temporada acabarán posiblemente como los terceros de la categoría con menos goles a favor. Ni siquiera la docena de saques de esquina le sirvieron ayer para romper la barrera defensiva de un Celta que ha sumado 20 puntos en sus once últimos partidos, con 20 goles a favor. La sufrida victoria en Anoeta le pone en la mano el pasaporte para competir en Europa a partir del verano.

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