Europa, a tiro de piedra

No ha necesitado el Celta de un gran partido en el Reale Arena para lograr una victoria clave para sus aspiraciones europeas. El cuadro celeste ya avista la orilla del contienente tras eliminar, en un ejercicio de resistencia, a un rival directo, pero un tanto depresivo, que persiguió el empate hasta el último instante.

Fer López 
conduce el balón 
ante Traoré. 
|  LOF

Fer López conduce el balón ante Traoré. | LOF

Vigo

A falta de lustre, el Celta tiró de eficiencia y rigor defensivo para sumar un triunfo que deja al equipo vigués a la orilla de la clasificación europea, que certificará si gana el próximo domingo en Balaídos al Rayo Vallecano. Los de Giráldez podrían incluso asegurar su presencia en la Conference League esta misma jornada, si se diese la carambola de que perdiesen los cuatro rivales que le siguen los pasos (Rayo, Mallorca, Osasuna y Valencia), debido al duelo directo de la última jornada entre franjirrojos y bermellones.

No mereció acaso ganar el Celta un partido en el que defendió mejor que atacó, pero en el que tuvo la virtud de enviar al fondo de la red una de las dos ocasiones claras que fue capaz de generar. Un ejercicio de resistencia, sobre todo en el tramo final tras los cambios introducidos por Imanol, que el Celta sacó adelante sin perder los nervios, pese a que casi nunca estuvo cómodo.

Siete cambios

Las rotaciones son un estilo de vida para Giráldez, forman parte de una idea coral en la que todos importan y son muchos los que aportan. Los siete cambios introducidos en el Reale Arena eran en cierto modo obligados para administrar el cansancio tras el partido disputado hace cuatro días en Balaídos contra el Sevilla, pero el técnico celeste los podría haber realizado también en circunstancias más normales. El cambio es para él un estilo de vida. Del duelo contra los nervionenses repitieron apenas Mingueza, cuya titularidad sorprendió por el inmenso esfuerzo realizado el pasado sábado, y Moriba, el mejor contra el Sevilla, pero que también acabó desfondado y ocupó ayer una posición más retrasada, con Beltrán por delante. Las novedades fueron Carreira por Hugo Álvarez en banda izquierda; Ristic como central izquierdo por Marcos Alonso; Beltrán, emparejado con Zubimendi, por Damián; Fer López por Pablo Durán, Borja por Aspas, y Alfon, que anotó su quinto gol, por Williot en un frente ofensivo totalmente renovado.

Un Celta incómodo

Pese a que Borja Iglesias perdonó con todo a favor un mano a mano ante Remiro nada más arrancar el encuentro, al Celta estuvo incómodo todo el partido. Tuvo el equipo de Giráldez problemas para superar la presión adelantada de la Real (uno de los equipos de LaLiga que mejor se despliega en campo contrario), pero también dificultades para dar profundidad al juego con el balón en los pies. Faltaron ideas para superar líneas y precisión para dar continuidad al juego. Se abusó de la idea de buscar a Borja para descargar el juego y lanzar el contragolpe.

Dominio yermo

La Real Solciedad llegó más, pero no mejor que el Celta. El equipo de Imanol acusó la fase depresiva que viene sufriendo en este tramo final de la temporada y buscó el gol por inercia, con más insistencia que habilidad o precisión. Insistió demasiado en centrar balones al área que el equipo celeste defendió con rigor, pese al mal papel de Guaita, más nervioso que compañeros muchos más jóvenes. Los centros laterales –los txuri-urdin llegaron a lanzar hasta 13 córners– fueron prácticamente el único argumento ofensivo de los de Imanol y la zaga céltica, pese a las significativas ausencias de Marcos Alonso y Starfelt, sus defensas más experimentados y fiables, capeó el temporal sin descomponerse.

Borja, más que goles

El máximo artillero celeste esta temporada volvió a demostrar anoche que aporta a este equipo mucho más que goles. Maneja los tiempos y tiene una afilada comprensión del juego, bien para descargar la pelota hacia la segunda línea, bien para frenar o acelerar el juego. El compostelano tuvo en sus botas su undécimo gol del curso, pero no embocó el maravilloso pase de Fer López que lo dejó mano a mano frente a Remiro. Sí encontró en cambio la lucidez de aparecer en el momento preciso para servir a Alfon otro cara a cara ante el portero internacional de la Real que el albaceteño, a la segunda, acabó convirtiendo en el gol de la victoria. La jugada la inició, filtrando el balón a la espalda de los centrales, Mingueza, con otro pase decisivo.

Defensa numantina

Una delas mejores noticias del encuentro fue la solidez defensiva mostrada por todo el equipo y, en especial de los cinco de atrás, sobre todo en el tramo final del choque, cuando más apretó la Real en busca del empate. Sin Marcos Alonso ni Starfelt, firmó el Celta su octava portería a cero del curso y la segunda frente a la Real, que no ha logrado marcarle esta temporada un solo gol. Brillaron Sergio Carreira, que dejó en muy poca cosa a Kubo; Javi Rodríguez, portentoso en el achique, y Carlos, muy atento al corte, pero sobre todo Ristic, un tipo al que las lesiones han maltratado y que ha aparecido de improviso en estas dos últimas jornadas para dar sobriedad a la zaga céltica. No es extraño que el serbio guste a Giráldez porque sabe colocarse, rara vez se pone nervioso, es seguro en el corte y encuentra soluciones con la pelota para sacar de apuros al equipo en momentos complicados.

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