El celtismo recibe al equipo en Peinador tras el triunfo de Anoeta

Medio centenar de aficionados acudieron al aeropuerto de Vigo a las dos de la madrugada para festejar el paso de gigante hacia Europa

Aficionados del Celta despiden a los jugadores

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Vigo

Al celtismo se le va a hacer muy larga, pero dulce, la espera hasta este domingo. La sufrida victoria ante la Real Sociedad en Donosti no sólo desembocó en una celebración en los vestuarios de Anoeta. Algo más de medio centenar de aficionados recibieron al equipo en el aeropuerto de Peinador a su regreso a las 1:35 horas de la madrugada.

Todo ello a pesar de ser un día laborable, de las horas de espera y de que el billete aún no está logrado de forma matemática, aunque poco le falta. Cómo ya ocurrió tras las victorias ante Las Palmas y Mallorca, decenas de coches llegaron hasta la terminal para animar, abrazar y aplaudir a quienes pueden devolver a la competición continental al club casi una década después.

El singular CRJ-1000 de Air Nostrum que traía a los jugadores desde el aeropuerto de Vitoria -el de San Sebastián no permite vuelos con él por la longitud de su pista- llegaba con casi media hora de adelanto sobre el horario previsto. Tras un viaje de apenas 49 minutos, los jugadores replicarían algunos de los cánticos desde la zona de recogida de equipajes.

Al otro lado aguardaban los aficionados y algunos obreros que trabajaban en el interior de la terminal. En poco más de 200 segundos recorrerían los escasos metros hasta el autobús entre aplausos, apretones de manos y algunas canciones. Después de Vicente Guaita e Iván Villar, Vlado Gudelj e Iago Aspas encabezarían al resto de la expedición en su llegada a Vigo.

Declaraciones

Preguntado por sus palabras de hace ahora ocho años en las que deseaba volver a jugar en Europa con el club, el capitán respondía que «aún hay que conseguirlo». Tras sus pasos, toda la hornada de canteranos que lo están haciendo posible, declarándose algunos como Fer López «muy contentos» al ver este hito al alcance de la mano.

En último lugar llegarían, para regocijo de todos los aficionados que pudieron sacarse fotos con ellos y entonar sus propios cánticos, Ilaix Moriba y Claudio Giraldez. Mientras que el centrocampista se limitó a agradecer las palabras de cariño, el técnico se detendría más.

«Esto es de todos», aseguraba quitándose méritos como artífice del buen momento deportivo y social. «Vamos a disfrutar de la victoria de hoy, queda un paso todavía y os necesitamos el domingo», aseguraba antes de pedir comprensión por la cautela mostrada pese al recibimiento: «Somos mucho más fuertes cuando estamos todos juntos, ahora vamos a descansar que estamos reventados». reconoció.

Aficionados del Celta, en Peinador

Aficionados del Celta, en Peinador / Víctor P. Currás

La plantilla tendría que aguardar unos 10 minutos en el interior del autobús por problemas con el equipaje de algunos miembros del staff técnico. Desde el exterior los seguidores entonaban "Fillos dunha paixón" -convertido ya en himno oficioso de este final de Liga-, Oliveira dos Cen Anos o A Rianxeira. Mientras, algunos de los futbolistas acompañaban el ritmo con golpes en los cristales del autocar.

Día de descanso de cara al domingo

Pasadas las 2 de la madrugada emprendían el rumbo hacia la Cidade Deportiva Afouteza, donde recogerían sus vehículos particulares antes de disfrutar de una merecida jornada de descanso este miércoles. A su vez, los aficionados «desplazados» programaban los despertadores para acudir a sus centros de trabajo y estudio con unas horas durmiendo menos de lo habitual.

Vigo y el celtismo sueñan con volver a Europa, algo que podría certificarse incluso este jueves si los Rayo Vallecano, Osasuna, Valencia y Mallorca no logran vencer. Con un ojo puesto en Balaídos y la gran fiesta prevista para la previa del encuentro y otro en Plaza América, mejor que nadie nos despierte.

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