Marcos III, con estilo propio

«Marcos III, o lateral: un homem, uma utilidade», titulaba el sábado el diario portugués Público el reportaje sobre Marcos Alonso Mendoza (Madrid, 1990), quizás el jugador más importante del Celta en estos momentos: es quien gobierna la defensa de tres centrales, se ha convertido en una referencia en ataque y ha asumido la ejecución de los penaltis en ausencia de Iago Aspas. El versátil futbolista madrileño vuelve a despertar interés más allá de LaLiga, después de que en Vigo recuperase el alto nivel de juego de sus mejores años en Italia y en Inglaterra, de la mano de entrenadores que, como Claudio Giráldez, apostaron por jugar con tres defensas y dos carrileros. La competitividad y la clase del madrileño le llegaron por vía genética, a través de su abuelo Marquitos (un central que ganó cinco Copas de Europa con el Real Madrid) y de su padre Marcos (un habilidoso extremo del Barcelona y el Atlético de Madrid, entre otros).

Marcos Alonso: «Se ha demostrado que venir al Celta fue la decisión acertada»

«Es un jugador inteligente que tiene muchas batallas ya encima y que es capaz de identificar lo que va pasando en el partido y comunicárselo a los demás», subrayaba Giráldez sobre Marcos Alonso cuando éste se incorporó al Celta el verano pasado tras su mala experiencia en el Barcelona de Xavi Hernández.

En Zorrilla, el madrileño anotó su tercer gol de la temporada desde los once metros (uno en Copa). La jugada del penalti surgió desde la banda izquierda, donde se presentó Marcos Alonso para poner un centro al corazón del área. Allí apareció Fer López para rematar con la izquierda. El balón impactó en el costado de Javi Sánchez y le golpeó a continuación en el brazo extendido después de tirarse al suelo para interceptar el disparo del céltico. El árbitro señaló el penalti tras sugerirle el VAR que viese la jugada repetida en el monitor. Como ante el Girona, Marcos Alonso engañó al portero del Valladolid. Era el minuto 82 y el Celta emprendía así el camino hacia su segunda victoria consecutiva.

Sus mejores años

A sus 34 años, el zaguero céltico disfruta de una temporada plena, en la que acumula 22 partidos (la mayoría a tiempo completo) a falta de diez jornadas para cerrar el campeonato. Se ha perdido dos encuentros por sanción, a los que podría añadir un tercero porque ya acumula tres tarjetas amarillas del segundo ciclo. No podrá alcanzar los 33 partidos que disputó en la Premier en el curso 2017-18 con el Chelsea, pero sí podría superar los 31 encuentros que hizo en el año precedente y en el posterior a esa temporada. En Londres brilló Alonso de la mano de Antonio Conte. El italiano triunfó ante el Manchester City de Guardiola y el Manchester United de Mouriño con una defensa de tres centrales, en la que el ahora zaguero céltico aparecía como carrilero con mucha presencia en el área rival, firmando 8 goles en el curso 17-18.

Después de abandonar la cantera del Real Madrid, Marcos Alonso marchó o a Inglaterra para jugar en el Bolton y en el Sunderland con escaso éxito. No se convirtió en un jugador importante hasta que en Florencia se encontró con Vizenzo Montella, otro técnico que gusta de situar tres piezas en defensa con dos laterales largos.

Tras triunfar en la Serie A, el Chelsea desembolsó 25 millones de euros en 2016 para incorporar al ahora referente del Celta. En la capital inglesa, además de Conte, Marcos Alonso viviría un buen momento con Thomas Tuchel. El alemán también aprecia el sistema de tres defensas, en el que el madrileño ha brillado con mayor esplendor en su ya larga carrera.

Y de ello era conocedor Claudio Giráldez cuando el verano pasado se planteó la necesidad de reforzar el eje de la zaga celeste. El técnico supo convencer a Marcos Alonso para que se incorporase a un equipo que apostaba por el buen fútbol con jugadores muy jóvenes de la cantera. El equipo necesitaba unas dosis de experiencia y un zaguero que tuviese buen trato con el balón.

«Estoy muy contento. Es un jugador que encaja en unos perfiles que hablamos durante el mercado de fichajes de verano, que nos venía bien reforzar. Es un jugador con experiencia, con capacidad de poder jugar de central por el carril izquierdo, con altura, que también nos viene bien para situaciones de juego directo en el balón parado. Tiene buen pie. No puedo decir nada negativo de él, sobre todo que hemos traído jugadores que han querido y que han hecho por estar aquí», se alegraba Claudio Giráldez al hablar de la incorporación de un Marcos Alonso que entrenaba por su cuenta en la Costa del Sol cuando recibió la llamada del conjunto vigués.

«No solo es convencimiento, es explicar lo que queremos. Antes de hablar nosotros con él, ya le encajaba esta opción del Celta por perfil, por equipo, por jugar en España. Era importante para él quedarse aquí. Me parece interesante que la gente que juegue en el Celta venga con total convencimiento de que va a estar feliz y que es lo que quiere para su carrera deportiva en este momento», recordó el entrenador céltico sobre las negociaciones con Marcos Alonso.

En el esquema de Giráldez, el futbolista madrileño es referencia en defensa (Starfelt mejora a su lado), una pieza desequilibrante cuando se incorpora al ataque y que asume responsabilidades como ejecutar los penaltis cuando no está en el campo Iago Aspas.

Así, ya es segura la renovación del contrato de Marcos Alonso hasta junio de 2026. Una cláusula ya establecía que continuaría en el Celta un año más al alcanzar un número determinado de partidos que ya cumplió. Esa condición no parecía necesaria porque su gran rendimiento le ha asegurado la confianza del entrenador, del club y de la afición a Marcos III, un futbolista con estilo propio.