El Celta recupera su aura

Los celestes remontan en Balaídos un partido que el Betis tenía muy de cara al descanso | Los goles de Beltrán, Javi Rodríguez y Swedberg permitieron a los vigueses culminar su remontada en una última media hora llena de valentía y personalidad

Vigo

El Celta venció al Betis y a su propia depresión en media hora heroica, llena de valentía y con la personalidad de los más jóvenes brillando. Una gesta que da un vuelco a la dinámica de un equipo que en este 2025 parecía haber perdido su aura. Tras sufrir un meneo en el primer tiempo, los de Claudio Giráldez agarraron al Betis por la solapa y le demostraron por qué son tan fuertes en Balaídos. Anotaron dos goles en un instante para igualar el marcador y, a tres minutos del 90, fue Williot Swedberg —otra vez él— quien certificó la remontada. Después de cinco partidos sin ganar y de algunas dudas tras el mercado de fichajes, el mejor Celta, el que nunca deja de creer, apareció a tiempo para responder con la fe que caracteriza al equipo de Claudio en sus grandes tardes en Vigo.

Pero antes de celebrar, hubo que sufrir otra vez a la peor versión del Celta. El equipo celeste fue un muñeco de trapo al que el Betis vapuleó hasta el descanso. Los de Pellegrini bailaron a los de Giráldez, estrellaron dos remates en el palo, marcaron dos goles y se fueron al vestuario con la impresión de haber rematado a un muerto viviente. Los vigueses apenas dieron señales de vida hasta el minuto 40, cuando encadenaron tres ocasiones casi consecutivas con las que podrían haber acortado distancias.

Todo apuntaba al desastre. Los verdiblancos gobernaron el primer tiempo con Marc Roca e Isco al mando. No tardaron en encontrar el primer tanto: una genialidad de Antony dentro del área, que con suma sangre fría coló la pelota por el único hueco posible. Insistieron los sevillanos, cercaron el área de Guaita y generaron peligro a balón parado. Así llegó el segundo, solo once minutos después del primero: peinada de Roca en el primer palo y cabezazo a la red de Diego Llorente sobre la línea.

El Celta estaba noqueado. Su única vía de escape eran los balones de Mingueza a la espalda del lateral del Betis para las carreras de Alfon. También aprovechó un par de errores en la salida de balón del rival, que le brindaron un par de oportunidades a Durán y al hoy titular Iker Losada. Dos sustos que no amedrentaron a los visitantes. El Betis respondió con un testarazo de Bakambu al larguero, mismo destino que tuvo un derechazo de Jesús Rodríguez desde la frontal. Ese último golpe del balón contra la madera pareció despertar (por fin) al Celta, que generó tres ocasiones antes del descanso, una de ellas muy clara para Javi Rodríguez.

Fer López y Swedberg cambiaron el partido

Al Celta no solo le urgía el descanso, también cambios. Con Iago Aspas en el banquillo, parecía evidente que Giráldez recurriría al moañés para buscar la épica, pero apostó por otro canterano. Claudio edificó la remontada sobre los hombros de Fer López. También sobre los de Williot, que entró a la vez. Los celestes empezaron a tocar, a encontrar a Fer entre líneas y a mover al Betis con velocidad. Una larga combinación terminó con una dejada en la frontal de Hugo Álvarez para Beltrán, que sacó un derechazo a la escuadra. Dos minutos después, Fer López volvió a encontrar a Hugo Álvarez en el lateral del área y, con la cabeza, el ourensano se la puso a Durán, que en semifallo dejó el balón perfecto a Javi Rodríguez para el empate. Qué confianza la del central celeste para terminar la jugada con un remate sobre la línea de gol.

Pellegrini renovó su ataque con Lo Celso, Abde y Vitor Roque, y el Betis recuperó el dominio del balón. El tiempo transcurría en las inmediaciones del área de Guaita. Los verdiblancos buscaban recuperar el botín perdido, pero volvieron a estamparse contra el mismo sueco que les birló los puntos en Balaídos la temporada pasada. Williot Swedberg se reencontró con el gol, culminó la remontada y desató el delirio en Balaídos tras una precisa jugada entre Beltrán, Fer López y Carreira. El remate del escandinavo terminó entrando con algo de fortuna, pero el Celta merecía que su gesta se cerrase con una victoria. Un triunfo que puede marcar un cambio de rumbo para un equipo que ahora se aleja ocho puntos del descenso.

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