El goleador inesperado

Pablo Durán rompió a llorar cuando su agente le comunicó el pasado verano que tendría ficha profesional con el Celta. El tomiñés, que hace apenas tres años jugaba con el Porriño Industrial en Preferente, preparaba entonces su mudanza al Famalicao ante las dificultades de acceder al primer equipo celeste, que se afanaba en rebajar su exceso de equipaje con una docena de bajas. Giráldez, que lo trajo para el filial desde el Compostela y le dio galones en el Fortuna, frenó su marcha y entregó a Pablo una de las 25 cotizadas fichas del plantel convencido de que daría la talla en LaLiga tras anotar el curso anterior 13 goles con el filial celeste en Primera RFEF. Los hechos no han tardado en darle la razón.

Siete meses después, Pablo Durán se ha convertido en una pieza clave del ataque celeste y su protagonismo en el equipo va a crecer de forma notable en la segunda vuelta del campeonato con el imprevisto traspaso de Douvikas al Como. Su crecimiento en la vida competitiva del Celta ha sido, en todo caso, gradual. Hasta diciembre, cuando se destapó con un doblete a la Real Sociedad, su participación había sido más bien escasa: 185 minutos repartidos en 6 encuentros y un par de titularidades en Balaídos contra el Valladolid y el Girona (con asistencia a Hugo Álvarez en el triunfo ante los pucelanos) en las que se había alternado en las posiciones de extremo derecho y extremo izquierdo.

La baja de Aspas lo cambió todo. Unas molestias en el entrenamiento previo al partido propiciaron su titularidad contra la Real Sociedad y el doblete al conjunto donostiarra sumado a la lesión sufrida por el moañés a comienzos de enero en El Sardinero lo han catapultado al once con un rendimiento formidable. «Cuando les das la oportunidad dentro del campo son capaces de tener el mismo nivel que jugadores de Primera división reputados», decía de Durán y Alfon Giráldez tras la contundente victoria frente a los de Imanol Alguacil.

En ausencia de Aspas, Durán se ha convertido en el sostén goleador del Celta con 4 goles en 5 partidos y una eficiencia en el lanzamiento que rayado la perfección. Sus números en el último mes son insólitos, sin parangón en ninguna de las cinco grandes ligas europeas. El tomiñés es el único que ha convertido en gol todos los lanzamientos entre los tres palos (4 de 4) sobre un global de 10 remates entre los que se han ido fuera y los que han cogido puerta. Su tasa de conversión es del 100% en tiros entre palos y del 40% en conjunto.

El Búfalo, como lo apoda un sector de la afición, comparte ya con Hugo Álvarez la condición de tercer máximo anotador del Celta con 4 goles en 629 minutos repartidos en 12 encuentros, 7 de ellos como titular. Le superan en número de goles Aspas (6) y Borja Iglesias (5), pero Durán es el futbolista del plantel con mejor tasa de conversión por minuto jugado, con un tanto cada 157 minutos sobre el verde. Ha dado al Celta 3 puntos con sus goles, el último en la visita a Mendizorroza. Tras este partido Giráldez se deshacía en halagos: «El trabajo es innegociable para él, todo lo que nos aporta. Esté más o menos brillante con el balón, siempre suma. Hoy no sido su mejor partido, pero ha hecho un gol que nos ha dado un punto. Es un ejemplo de futbolista de equipo, de cómo sumar y aportar. Todo lo que reciba en cuanto a premios y números es poco por lo que nos aporta cada día».

A esta eficiencia en el disparo y capacidad de trabajo suma Durán versatilidad. El tomiñés ha ocupado las tres posiciones del frente ofensivo. Claudio Giráldez lo ha empleado mayoritariamente como extremo derecho, pero también ha actuado como extremo izquierdo y como delantero centro. Es en esta última posición en la que puede tener recorrido una vez Aspas esté de vuelta. Marco Garcés lo ve como principal alternativa a Borja Iglesias tras la marcha de Douvikas: «Pensamos que sus minutos los va a absorber en mayor medida Pablo Durán. Parece que viene ganando la partida, apretando y jugando muy bien».

Obsesión por mejorar

Los que lo conocen bien definen a Pablo Durán como un obseso del fútbol empecinado en mejorar. “Siempre intento y esto lo tengo muy grabado en mi cabeza, verme tres meses después, si soy mejor jugador, mejor persona, si leo mejor el juego o soy capaz de controlar otros aspectos. Creo que ahora soy un futbolista más táctico. A partir de ahí, tengo mucho margen de mejora”, relataba el tomiñés la víspera de la visita a Mendizorroza.

Este insaciable afán de mejora atañe tanto al plano físico, una de sus grandes cualidades, como a la condición técnica, seguramente su punto menos fuerte, o al táctico, que lo lleva tomar apuntes de los entrenamientos, a estudiar minuciosamente los planes de partido y aprenderse los análisis que el cuerpo técnico hace sobre los rivales.