Celta 1 - 2 Athletic

El Celta se queda sin energía

Los vigueses pierden ante el Athletic de Bilbao en un partido marcado por el esfuerzo y en el que rompieron su gran racha en Balaídos

El Celta rompió su enorme racha de resultados en Balaídos ante el Athletic de Bilbao que se llevó un triunfo en un partido marcado por el cansancio y las rotaciones provocadas por los partidos coperos de esta semana. Un par de errores en el segundo tiempo desnivelaron un choque jugado a alta intensidad y en el que el esfuerzo final del Celta, con lo que tenía dentro, fue insuficiente para rescatar al menos un punto.

El peso de lo sucedido en la Copa el pasado jueves fue evidente desde la alineación en la que Claudio se guardó a jugadores esenciales ahora mismo aunque más castigados (Moriba, Starfelt, Mingueza Marcos Alonso…) y recompuso el equipo con una defensa de canteranos con Javi Rodríguez, Yoel Lago y Carlos Domínguez. Mantener la intensidad ante un equipo con un nivel físico como el del Athletic parecía esencial. Y el Celta dio la cara en un primer tiempo desgarrado, de poco fútbol pero mucho choque, imprecisos ambos, con un par de ocasiones vascas que dieron protagonismo a Guaita que estuvo impecable en ese tramo. Pero a los de Claudio les costaba generar situaciones de peligro en el otro área, más allá de alguna llegada de Pablo Durán porque Williot nunca llegó al partido y Borja bastante tenía con quitarse de encima el marcaje rozando siempre lo ilegal de los defensa rojiblancos.

Los goles del choque de esta tarde en Balaídos.

Era un partido tan cerrado en el que los entrenadores concedían una importancia esencial a no equivocarse. En el descanso Giráldez le dio una vuelta al partido con la entrada de Mingueza y Hugo que mejoró las salidas del Celta, aunque el partido seguía estando en el mismo sitio, en no regalar. Y sucedió que fueron los vigueses los primeros en equivocarse. Una pérdida de Javi Rodríguez (que había estado enorme) fue aprovechada por Berenguer para abrir el marcador y dejar al Celta con una herida grande en el costado. En ese momento se le vino encima el cansancio, el agotamiento físico y mental de los últimos días. Le pasaron las piernas y se volvieron más ligeras las del Athletic que advirtió en los ojos de los célticos la falta de aire. Cargaron los de Valverde sobre el área de Guaita y en una sucesión de fallos de colocación apareció Vivian para anotar el segundo.

Todo parecía perdido, pero este equipo anda sobrado de fe y de alma. Entró Moriba en el campo y para el Celta fue como si apareciese un equipo de rescate cargado de bombonas de oxígeno. Tenía un arreón aún en las piernas que escenificó en una jugada a quince minutos del final cuando Boiro se enredó con un balón y Hugo Alvarez lo aprovechó para quedarse ante Unai Simón para recortar diferencias y alimentar la esperanza de Balaídos que volvió a creer en el milagro. Giráldez echó mano también de Douvikas (ausente en las últimas semanas tras su proceso gripal y su indisposición mental para jugar en los últimos partidos). Conscientes del peligro que implicaba, el Celta apretó en busca de darse una oportunidad más. No se le puede poner un reproche porque no se guardaron nada. Pero el Athletic se aplicó en una suerte que dominan como nadie, dobló laterales, reunió a todos los defensas que tenía a mano hasta que llegó el pitido final.

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