Al Celta le pesan demasiado los fallos

Los errores de Guaita y la falta de acierto en el remate condenan al conjunto celeste en Vallecas, que sigue maldito, confirmando en el final de la primera vuelta los problemas de los de Claudio Giráldez fuera de casa

Fiel a una ancestral costumbre, el Celta regresó de vacío de Vallecas, uno de esos campos modestos que tantos o más quebraderos de cabeza da a los celestes como los grandes escenarios de LaLiga. Casi 29 años lleva sin ganar en el pequeño campo del Rayo el conjunto vigués, al que le vida se le sigue atragantando lejos de Balaídos.

No fue, como otras veces en esta Liga, el grupo de Giráldez peor que su adversario, pero acabó cediendo otros tres puntos a domicilio, víctima de los errores de su portero y de su falta de precisión en la definición, con dos errores clamorosos en la remate de Williot en el área pequeña que se perdieron sobre el travesaño o el portero y la defensa franjirroja sacaron sin saber muy bien cómo. Hasta 23 veces ensayó el remate el conjunto celeste anoche en Vallecas y solo uno de ellos dio en el blanco.

Al Rayo le bastó con un par fogonazos para llevarse un choque en el que resultó determinante la actuación de los porteros, para mal la de Guaita, que falló claramente en los dos goles, y para bien la de Dani Cárdenas, el portero suplente del Rayo, que salvó a su equipo con varias intervenciones de mérito. Le faltó nuevamente pegada al Celta en busca de un empate que persiguió en vano desde que De Frutos, en la única llegada de los de Íñigo Pérez en el segundo tiempo, anotó el segundo gol local hacia la hora de juego.

Con esta derrota cierra el Celta una primera vuelta agridulce, grata por la finura de su fútbol y el gran nivel desplegado en Balaídos, pero agria por la irregularidad que el equipo celeste ha mostrado fuera de casa, donde ha multiplicado errores y ha faltado continuidad en el juego.

El partido de Vallecas deja daños colaterales con la lesión de Alfon, que tuvo que abandonar el terreno de juego al inicio del segundo tiempo por una lesión muscular y la expulsión de Marcos Alonso, que no podrá estar frente al Athletic en Balaídos al recibir de forma ingenua, en un error impropio de su veteranía, la segunda amarilla.

Resolvió Giráldez las importantes bajas de Aspas y Javi Rodríguez con un once de sorprendente fisonomía, incluso para el louriñés, que apostó por Alfon, el héroe de El Sardinero, para suplir en el flanco derecho al moañés, con Bamba pegado costado al izquierdo. El relevo de Javi en el eje defensivo fue Carlos Domínguez, que actuó por el centro, desplazando a Starfelt al perfil derecho. La gran novedad en la alineación fue, sin embargo, Cervi, que sumaba año sin ser titular en LaLiga, como carrilero izquierdo.

Poco importaron lo mimbres elegidos porque el Rayo tardó 5 minutos en abrir el marcador en un desafortunado despeje de Guaita . El portero celeste palmeó sin fuerza un balón hacia Embarba que el atacante del Rayo respondió estrellándolo contra las mallas con una imponente volea. Un gran gol al que no faltó polémica porque Camello empujó sutilmente al guardameta valenciano, desestabilizándolo levemente antes del despeje. Ni el árbitro ni el VAR apreciaron falta.

Al Celta le costó bastante digerir el golpe. En un arranque de partido de mucho juego directo, fue el cuadro franjirrojo el que marcó los tiempos, poniendo de nuevo a prueba a Guaita con un remate de Isi desde fuera del área que Guaita desvió con una buena mano.

Resumen del partido.

Poco a poco, con ciertos atrancos, fueron los celestes contactando con la pelota. Les dio fuelle Ilaix, que sigue en estado de gracia, y lideró, con muy buenas conducciones, las primeras aproximaciones al portal de Dani Cárdenas.

Casi todo lo bueno que hizo en ataque el Celta llevó la impronta del guineano, al que solo le faltó algo más de precisión en el remate para firmar un partido redondo.

Fue Ilaix el que propició el gol del empate con una jugada montada por el Celta con astucia y velocidad. El guineano, tras una genialidad de giro, prolongó la pelota al espacio hacia Bamba, que la envió al punto de penalti, donde Borja Iglesias, tras comer la tostada a Munim, esperaba para empujarla. El gol del compostelano puso al mando al Celta, que dominó cómodamente hasta el descanso, aunque sin generar demasiada inquietud. El primer tiempo se cerró, no obstante, con cabezazo abajo de Unai tras un córner que Guita sacó con autoridad.

El guion del partido no se movió tras el intervalo, con el Celta dueño de la pelota y el Rayo a la expectativa, pero sin perder el orden. Un peligroso balón salvado por Mingueza en defensa propició una contra que dejó a Borja Iglesias solo ante el portero, pero demasiado escorado, casi sin ángulo como para sorprender a Cárdenas, que volvió a atajar el peligro. Antes de la lesión de Alfon, Bamba volvió a poner los reflejos del cancerbero franjirrojo.

Llegó entonces, en una acción aislada, el gol De Frutos. El segoviano recibió el balón libre de marca en el pico del área grande y, sin pensárselo mucho, remató al palo corto, sorprendiendo a Guaita por donde menos se esperaba. Un error muy claro del que el Celta, pese intentarlo hasta el final, ya no se pudo recupera. Giráldez recurrió en vano a todo lo que le quedaba en el armero.

Del segundo gol en adelante, el partido fue un monólogo celeste, que llegó con facilidad pero falló clamorosamente en la definición. Apareció también Cárdenas, que sacó más de un peligroso remate y privó a Marcos Alonso del empate con una gran parada. Los errores más claros los cometió Williot, cuya efectividad frente al marco contrario sigue este curso cayendo en picado. La más clara la tuvo el sueco en el minuto 80 con un remate en el área chica que el portero sacó de forma milagrosa con el pie cuando el Celta ya cantaba el empate. Ya en el descuento, también con todo a favor, Williot dilapidó otra oportunidad de oro cabeceando sobre el larguero un balón que le cayó al punto de penalti tras un centro de Mingueza prolongado de cabeza por Borja.

Demasiados errores como para salir con vida de un campo que se le resiste a los celestes desde hace más de tres décadas y en el que le cuesta demasiado anotar. Solo 5 goles ha conseguido el equipo vigués desde que ganó por última vez en Vallecas allá por el mes de abril de 1996.

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