El Celta se atasca sin el calor de Balaídos

El Celta es uno en Balaídos y otro muy diferente lejos de casa, donde el equipo vigués carece de la confianza y el aplomo para convertir en goles el buen juego que, de modo intermitente, es capaz de desplegar. En el Sánchez Pizjuán, el escenario que alumbró el estreno del ilusionante ciclo Claudio Giráldez, el conjunto celeste tuvo momentos de lustre, pero no aprovechó el abrumador dominio al que sometió en el primer tiempo al Sevilla y acabó sucumbiendo a la más vieja de las leyes del fútbol: el que perdona paga.

La derrota, que el conjunto nervionense certificó convirtiendo uno de sus pocos disparos desde fuera el área, fue acaso un castigo demasiado duro, pero la realidad es que García Pimienta detectó el problema del mal funcionamiento de su equipo y modificó tras el intermedio su forma de apretar para desactivar al conjunto celeste y festejar con una escueta victoria la despedida del legendario Jesús Navas.

Una nueva decepción fuera de casa, que mantiene a los celestes anclados en la zona templada, lejos de todo peligro, pero cada vez con más dudas sobre su capacidad de meterse en una pelea a la que le va a ser imposible llegar a menos que mejore sus prestaciones como visitante.

La variante Durán

Pablo Durán fue la sorpresa del día en el once de Claudio, que prescindió por primera vez de partida de Borja Iglesias y Douvikas, que hasta la fecha se habían alternado en la titularidad en todos los partidos. El tomiñés actuó como delantero centro, con muy buena química con Aspas, que jugó algo más retrasado, casi como enlace, y le surtió de peligrosos balones a la espalda de la defensa sevillista. Las mejores acciones del primer tiempo llevaron el sello del Búfalo, primero con un disparo al lateral de la red tras un balón filtrado por Aspas al área y más tarde con un testarazo a un saque de esquina que hizo saltar astillas al poste. No solo ejercitó Durán el disparo, también mostró generosidad en el pase, como el que le sirvió en el cogollo del área a Williot tras recibir en largo de Javi Rodríguez y que el sueco, muy desdibujado anoche, malbarató enviando la pelota a las nubes cuando ya se cantaba el gol.

Beltrán e Ilaix se asientan

Viendo las excelentes prestaciones ofrecidas la pasada semana contra el Mallorca, Giráldez apostó por repetir con Fran Beltrán e Ilaix Moriba en el doble pivote. Todo un acierto por el dulce momento de forma que atraviesan ambos jugadores, que se merendaron al trivote desplegado por García Pimienta en el medio del terreno. Beltrán condujo con criterio, dando pausa para ejercer control o acelerando el juego para ganar profundidad. Ilaix, que repetía titularidad por cuarta jornada consecutiva, dio amplitud al juego con buenas condiciones de pelota y presencia cerca del área rival.

García Pimienta reacciona

Los cambios en el descanso de García Pimienta mejoraron al Sevilla, que ajustó la presión e impidió al Celta avanzar por el centro del terreno como en la primera parte. No tuvo en esta fase del encuentro el partido un dominador claro, aunque fueron los hispalenses los que más peligro genenararon, casi siempre con remates desde fuera del área que Guaita detuvo sin grandes apuros o que se perdieron por la línea de fondo. El gol lo encontró, en uno de estos disparos, el canterano sevillista Manu Bueno, quien tras un par de intentos fallidos descerrajó un latigazo ajustado al palo corto que se envenenó tras botar en el suelo antes de alojarse en el fondo de la red, haciendo inútil la estirada del portero celeste.

Despedida de una leyenda

El momento emotivo de la noche llegó en el minuto 70, cuando Idumbo relevó a Jesús Navas y la leyenda de Los Palacios puso, entre lágrimas, fin a una larga carrera cuajada de éxitos con el Sevilla (704 partidos y 8 títulos) y la selección española (Un Mundial, dos Eurocopas y una Liga de Naciones). Navas se retiró a lo grande, fundiéndose en un emocionado abrazo con sus compañeros y también con Iago Aspas, que no quiso perderse (pero tampoco logró amargar) la fiesta de su amigo

Lesión de Ristic

Una de las peores noticias de la jornada, además de la confirmación de que el equipo no acaba de carburar fuera de casa, fue la lesión de Ristic. Un enésimo problema muscular obligó al lateral serbio a retirarse del campo justo cuando empezaba a tener algo de continuidad. Su alcance será difícil de determinar por su complicado historial de recuperación en los últimos meses A Ristic lo suplió Alfon, que aportó aire fresco al plomizo segundo tiempo de los celestes y tuvo en sus botas el empate en un fallido mano a mano con Nyland que confirmó los peores augurios.

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