Moriba renace con Giráldez

El centrocampista de 21 años, cedido por el Leipzig, firma una gran actuación ante el Barcelona en su primer partido completo con el Celta

«Me identifico con el proyecto de Claudio», señala el internacional guineano

Ilaix Moriba conduce el balón rodeado de jugadores del Barcelona

Ilaix Moriba conduce el balón rodeado de jugadores del Barcelona / Marta G. Brea

Ilaix Moriba llegó el pasado verano a Vigo con la intención de recuperar el protagonismo perdido tras su salida del Barcelona, donde encontró el respaldo de Ronald Koeman para convertirse en una de las grandes promesas de la Masia, a la que se había incorporado con apenas 7 años tras iniciarse en el CF Montanyesa, un modesto club del Nou Barris barcelonés. Atraído por el proyecto deportivo de Claudio Giráldez, el joven hispano-guineano intenta abrirse camino en un equipo en el que convive con varios compañeros nacidos como él en 2003: Sotelo, Hugo Álvarez, Damián Rodríguez y Javi Rodríguez. El sábado, jugó el primer partido completo con el Celta y fue una pieza importante en el planteamiento de Giráldez para neutralizar el sistema del fuera de juego que tantos éxitos ha deparado al Barça de Hansi Flick. Moriba fue de los que más kilómetros recorrió en un partido intenso; realizó un gran trabajo en el centro del campo junto a Fran Beltrán y tuvo una ocasión de gol tras enganchar una volea lejana que Iñaki Peña neutralizó con ciertos apuros.

En el cuarto duelo que libraba contra su exequipo, Moriba lograba puntuar por primera vez y se llevaba los elogios del entrenador del Celta. «Recorrió distancia, que es algo que se le da muy bien y nos ayudó mucho», subrayó Giráldez del internacional guineano, que agradece la confianza del entrenador céltico: «Claudio me llamó en verano y me explicó el proyecto, que creo que es ambicioso, con mucha filosofía con la que yo me identifico. Me encantó y no me lo pensé dos veces. Siempre que juego intento ser el mismo niño que salió de la Masía. Vine aquí a dar lo máximo y poder recuperar ese nivel que tenía», comentó Ilaix Moriba al concluir el partido contra el conjunto azulgrana, del que se marchó en el verano de 2021 después de disputar 18 partidos de la mano de Ronald Koeman. El RB Leipzig desembolsó 16 millones de euros por un futbolista que entonces tenía 18 años y al que solo le restaba uno de contrato con el Barça, en cuya cantera continúa su hermano Baba Kourouma.

El sábado en Balaídos, Moriba pudo saludar a excompañeros de aquella época como Pedri, Iñaki Peña y De Jong. Con Mingueza, otro exazulgrana, lleva tres meses compartiendo vestuario en Vigo, donde se reencontraron después de que el internacional con Guinea apenas tuviese oportunidades en el equipo alemán, que primero lo cedió al Valencia durante año y medio, después al Getafe durante media temporada y en esta suma 11 partidos con el Celta.

Ilaix Moriba aplaude, junto a compañeros, al final del partido entre el Celta y el Barça, que se firmó con un empate

Ilaix Moriba aplaude, junto a compañeros, al final del partido entre el Celta y el Barça, que se firmó con un empate / Marta G. Brea

Su actuación ante el Barça puede suponer un punto de inflexión con Giráldez, que le ha dado oportunidades de manera intermitente, con seis titularidades en catorce jornadas de LaLiga. Tiene mucha competencia para ocupar una de las dos plazas en el doble pivote, donde el técnico porriñés ha utilizado hasta seis parejas diferentes. En las seis últimas jornadas, Moriba ha disfrutado de cuatro titularidades: dos con Beltrán y una con Damián y otra con Sotelo, estos dos últimos formados en A Madroa y de la misma generación que el guineano. De la mano de Giráldez, Moriba, a quien un día compararon con Pogba, intenta reconducir su carrera deportiva en un Celta que practica el fútbol de toque que él aprendió en la Masía.

Récord de asistencia en Balaídos y agradecimiento del equipo al celtismo

La visita del Barcelona a Vigo congregó a 24.573 espectadores en Balaídos, que registró la mejor entrada de lo que va de temporada, superando en más de cien a los que vieron en directo el duelo contra el Real Madrid. Y la afición no paró de animar a su equipo en una noche que arrancó con la magia del sonido del carnix con el que Abraham Cupeiro invitó al equipo vigués a darlo todo por la victoria. «Noventa minutos sen parar de animar. Grazas, celtismo, por levarnos cara adiante nas vosas costas», señaló el club en un mensaje a la afición.Los jugadores de Giráldez también destacaron al celtismo. El sueco Starfelt, que disfrutó durante años del ambiente del Celtic Park, describió el ambiente de Balaídos: «El estadio estaba eléctrico, como siempre, y no es normal jugar frente a esta afición, especialmente en estos partidos grandes; siempre están con nosotros, es un placer».El canterano Hugo Álvarez pone en duda que sin el apoyo de la afición pudiesen igualar el cero dos en contra a favor del Barça. «Sin ellos habría sido muy complicado. Queremos más y con ellos seguro que va a ir todo bien. Ha sido espectacular. Nosotros hasta creíamos en la remontada. Esta afición es la hostia y jugar delante de ella nos da un impulso que no se puede explicar», señaló el ourensano.El otro goleador céltico, Alfon González, se sumó a los halagos al celtismo: «La afición es uno más, es espectacular, siempre está ahí. Cuando jugamos en Balaídos ves que es una fiesta».

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents