El Celta remonta a pecho descubierto

El arte de la remontada que tan hábilmente practica Claudio Giráldez acabó ayer con un maleficio de diez años en el duelo inaugural de LaLiga en Balaídos. Un triple cambio tras el intermedio con Williot en modo irresistible permitió al Celta voltear, a pecho descubierto, un partido que se envenenó pronto con un buen gol de Kike García y acabó ganando el conjunto celeste con valentía. Un duelo sin dueño claro, de alternativas que el Celta también pudo perder cuando, tras el gol del empate, los de Giráldez pegaron un frenazo y el juego derivó en una ruleta rusa, con tres ocasiones consecutivas del Alavés antes de que Aspas dictase sentencia con maestría.

Pagó, una vez más, el Celta un elevado peaje por su falta de tensión en el arranque. Sobraron en estos primeros minutos nervios y faltó lucidez en la gestión de la pelota e intensidad en la disputa. El Alavés ganó con facilidad los duelos y aprovechó la pasividad de los celestes en la marca para ponerse por delante en su primer remate contra el portal de Iván Villar.

Pero si algo ha mostrado este Celta es habilidad para interpretar los defectos propios y capacidad de reacción. El louriñés movió sus fichas y consiguió imponer la calidad de sus futbolistas para sumar tres puntos que valen un tesoro.

Williot es un ser de luz

Mingueza, doble sorpresa

Óscar Mingueza acaparó el foco en el arranque del partido, primero por su sorprendente exclusión del once en beneficio de Ristic y, enseguida, tras lesionarse (otra vez) el serbio en el calentamiento, por su inusual posicionamiento como carrilero izquierdo, con Hugo Álvarez arrimado al flanco derecho. El primer once del curso deparó la titularidad de Iván Villar y contó con cinco canteranos (el propio Villar, Carlos Domínguez, Damián, Hugo y Aspas) y la esperada titularidad de Bamba y Douvikas acompañando al moañés en el frente ofensivo.

Una mano del VAR

El VAR, cuya perversa utilización dio al Celta tanto disgusto del pasado curso, cumplió ayer perfectamente su función revertiendo la expulsión de Iago Aspas al poco de echar a rodar el balón. El novato Quintero González expulsó con roja directa al goleador céltico por echarle el brazo al cuello (en un gesto tan temerario como innecesario) a Ander Guevara que el árbitro interpretó como agresión. Tras la intervención de la Sala VOR, el colegiado rebajó la roja a amarilla por entender que no había la suficiente intensidad como para dictar su expulsión. Un lío completamente evitable que pudo haber dejado al Celta en precario durante más de noventa minutos.

La primera, en la frente

El síndrome del primer tiro que tanto daño hizo el pasado curso volvió a pasar factura en el gol de Kike García. El gigantón babazorro aprovechó un grave error en la marca de Carlos Domínguez para remachar solo ante Iván Villar un gran servicio al cogollo de Antonio Blanco, a quien Damián dio todo el tiempo del mundo para poner el balón justamente donde quería.

Unos pocos centímetros

El estreno del fuera de juego semiautomático fue ayer desfavorable para el Celta, que vio como se le anulaba a Aspas un gol de apariencia legal tras una gran combinación entre Bamba y Douvikas. El costamarfileño centró tras atacar el espacio y se la puso en bandeja a Iago con una dejada impecable que el morracense no desaprovechó. Por cuestión de pocos centímetros, tras revisarse la jugada, el gol no subió al marcador. Un gran chasco, que precedió sin embargo al esbozo de reacción del final del primer tiempo que acabó confirmándose tras el intermedio.

Triple cambio

El triple cambio (Williot por Bamba, Jailson por Starfelt y Javi Rodríguez por Manquillo) mudó la faz al partido. El Celta reclamó la pelota, le dio velocidad por banda y fue a buscar al Alavés a su campo con decisión. Miguenza, un tanto perdido en la izquierda, y Hugo, comenzaron a contactar con la pelota, pero fue Williot el que impulsó al conjunto celeste con una pequeña obra de arte. Desborda persnolalidad este chico que tan bien entiende el juego en los metros finales y tiene la portería entre ceja y ceja.

Las mejores fotografías del estreno liguero con victoria del Celta ante el Alavés.

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Un frenazo inesperado

El imponente gol de Williot (un inapelable remate con el exterior del pie) frenó insospechadamente frente a un rival que propuso un partido de ida y vuelta con ocasiones en ambas porterías que pudieron inclinar el choque para cualquiera. Sivera evitó que Aspas ampliara la cuenta, pero el Alavés, que ahora sí pudo correr, desperdició ocasiones más que evidentes frente a Iván Villar. La falta de acierto de Novoa, el buen desempeño del portero cangués y el debutante Javi Rodríguez, lo impidieron y fue Aspas el que encontró finalmente el camino para batir con a Sivera tras una magnífica asistencia de Williot, el hombre día,

Prometedor debut

El duelo inaugural de LaLiga se saldó con interesante debut de los dos fichajes incorporados este verano. Ilaix dio amplitud y físico al medio campo, mostrando llegada y temple en el centro; Borja dio control, juego aéreo y capacidad intimidatoria.