Una bofetada a tiempo

Giráldez califica de “golpe de realidad” la goleada recibida ante el Lille y espera que impulse la mejoría defensiva de un Celta que ha encajado 55 goles de media en las últimas seis campañas

Javier Manquillo disputa un balón a Gabriel Gudmundsson durante el amistoso jugado el martes contra el Lille en Valenciennes.

Javier Manquillo disputa un balón a Gabriel Gudmundsson durante el amistoso jugado el martes contra el Lille en Valenciennes. / RCCV

Vigo

La contundente derrota encajada en el primer test serio de la pretemporada contra el Lille ha encendido las alarmas sobre la fragilidad defensiva del Celta, un problema que se ha perpetuado en estos años y sigue pendiente de resolución. “Nos viene bien este golpe de realidad para saber lo lejos que estamos del nivel competitivo”, reflexionaba tras el choque Claudio Giráldez.

No se andaba con paños calientes el preparador louriñés, que lamentaba el bajo nivel “técnico, físico y táctico” ofrecido por su equipo y asumía que queda no poca faena para llegar con garantías de éxito al estreno liguero contra el Alavés el próximo 13 de agosto.

“Sabemos que tenemos mucho que mejorar. Hay que seguir afinando situaciones y ser más continuos en el juego, entenderlo mejor. Nos viene bien para apretar las tuercas y saber que estamos lejos de nuestro nivel”, admitía Giráldez. El técnico desvelaba, sin embargo, que a diferencia de lo que ocurre durante la temporada en LaLiga, sus jugadores carecían de información de cómo juega el adversario “pensando en tomen decisiones y entiendan un poco lo que va pasando”.

Hacía en este sentido referencia el estratega céltico a las evidentes dificultades que el Celta tuvo la pasada campaña en los inicios de los partidos y que el pasado martes se vieron agravados frente a Les Dogues con tres goles en contra en la primera media hora de juego. La desconexión de los celestes fue evidente, aunque en la goleada seguramente influyó también la calidad del adversario, un equipo que el próximo curso disputará competición europea y que afrontó el partido más rodado. Giráldez, opina que hay tiempo, para corregir errores de cara al debut liguero, “que es lo más importante”.

Goles en contra

La vulnerabilidad defensiva ha sido un gran lastre para el Celta desde el curso 17-18, cuando el conjunto celeste encajó 60 goles con Juan Carlos Unzué al mando. Todos sus sucesores, desde Antonio Mohamed a Rafa Benítez, se propusieron, sin éxito, una drástica rebaja del alto número de goles en contra. Las cifras cantan: 57 tantos la pasada temporada, 53 la anterior, 65 en la campaña 20-21, 49 en el curso 19-20 y 62 en el ejercicio 18-19. Solo en la temporada 21-22, única que Coudet dirigió completa, el Celta encajó los mismos goles que anotó: 43. El promedio de goles recibidos en las últimas seis campañas roza los 55.

De los siete entrenadores que en este tiempo han desfilado por el banquillo de Balaídos, el que presenta mejor promedio de goles encajados por partido es Óscar García (1,02). Le siguen Carlos Carvahal (1,1), Coudet y Giráldez (1,4), Escribá y Benítez (1,5), Mohamed (1,6) y Miguel Cardoso (1,7).

A la espera de la llegada de un medio centro, posición que el técnico considera prioritario reforzar, y la opción, de si se produce alguna salida, de contratar un central, Giráldez cuenta prácticamente con las mismas piezas defensivas que el pasado curso, con las salvedades de Aidoo, que vuelve tras una gravísima lesión con necesidad de tiempo para ponerse a punto, y Sergio Carreira, que suple la baja de Manu Sánchez, cedido al Alavés.

Con dos partidos de preparación por delante, el próximo sábado frente al Luton Town y el día 6 contra el West Ham, se hace difícil adivinar cuál será la defensa que el preparador céltico desplegará en el debut liguero contra el Alavés. No es Giráldez un técnico proclive a manejar un once tipo, sino que varía de piezas y mueve posiciones de un partido al siguiente. Hasta la fecha el louriñés ha repartido minutos en todos los partidos preparatorios. Todos, salvo los descartes, han tenido oportunidades, incluido Aidoo, que volvió a pisar el verde tras nueve meses alejado de los terrenos de juego debido a la rotura del tendón de Aquiles sufrida en octubre pasado en un amistoso con su selección.

Douvikas pide paso

Si el rendimiento defensivo del Celta arroja evidentes carencias, el nivel ofensivo, pese a la importante venta de Larsen, genera buenas expectativas.

Douvikas, con 6 goles en 5 partidos, concentra las miradas, sin olvidar el buen desempeño de Williot, que apunta a convertirse un jugador importante en la temporada venidera, y las prestaciones que puede ofrecer un Borja Iglesias que debutó el pasado martes con el primer equipo celeste y vuelve con la difícil papeleta de cubrir el vacío dejado por Larsen, autor de 13 goles el pasado curso.

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