Benítez y su espejo más oscuro

Los números del entrenador madrileño con el Celta solo mejoran a los de su etapa inicial en el Valladolid, en 1995

De los doce últimos técnicos celestes, solo Cardoso obtuvo peores resultados que el actual

Benítez da instrucciones durante el partido contra el Cádiz.

Benítez da instrucciones durante el partido contra el Cádiz. / LOF

El Rafa Benítez que dirige actualmente al Celta no resiste una comparación ni siquiera consigo mismo, pues habría que remontarse a sus inicios como entrenador profesional, hace más de tres décadas, para encontrar unos registros tan pobres como los que contabiliza en Vigo, a donde llegó en el verano de 2023 para dar estabilidad deportiva al conjunto celeste. Ocho meses después, el Celta presenta peores números que con otros predecesores en el cargo, que además perdieron su puesto de trabajo incluso con mejores resultados que el madrileño. El cuadro celeste se mantiene décimo séptimo, a tres puntos del descenso, tras 4 victorias y 9 empates en 26 jornadas de Liga.

Con Benítez, el Celta alcanza una media de 0,80 puntos por jornada, un registro que el madrileño solo ha empeorado en la máxima categoría en una ocasión: cuando en 1995 dirigió al Valladolid, que lo destituyó después de 23 jornadas y 14 puntos conquistados. Y de los doce últimos técnicos que han pasado por Balaídos, solo Cardoso empeora la media de puntos del actual técnico celeste.

Desde su regreso a la máxima categoría, el Celta ha vivido al menos cinco finales de temporada con angustia y pánico. Y de ello quería librarse el club en el año de su centenario, por lo que el pasado junio apostó por la contratación de un entrenador de prestigio internacional como Rafa Benítez, al que le firmó el contrato récord en el club hasta el momento y una duración de tres temporadas. La importante apuesta por el madrileño, sin embargo, no acaba de cuajar cuando se llevan consumidos dos tercios de la temporada. A pesar de contar con la plantilla de mayor coste salarial de la historia del Celta (81 millones), reforzada además en enero por tres piezas del gusto del entrenador, el equipo vigués mantiene una peligrosa dinámica, como demostró el domingo en Cádiz, donde volvió a desperdiciar otra gran ocasión para despegarse casi de manera definitiva de los peligros del descenso. Se adelantó en el marcador con dos goles ante un equipo andaluz que ya acumula veintidós jornadas sin ganar y que en las ocho últimas solo había marcado un gol, y de penalti.

Empate que sabe a derrota

El empate en el Nuevo Mirandilla supo a derrota en Vigo, donde parte de la afición cuestiona la continuidad de un Benítez que el viernes afronta otra prueba importa, y que podría ser decisiva para su futuro, ante un Almería sellado a la última plaza tras no sumar ni una victoria en el campeonato. A pesar del pésimo balance de los andaluces, pocos se fían en Vigo de un Celta que el domingo pasado permitía por décimo tercera vez en este curso que el rival marcase un gol en el trampo final del partido. Ningún otro equipo de LaLiga ha encajado tantos goles en los minutos finales como el que dirige un Benítez que en cada rueda de prensa proclama su confianza en un proyecto deportivo que no mejora a otros de los últimos años en Vigo, pese a disponer de la mayor cantidad de dinero que ha dispuesto nunca el club para la plantilla. La estabilidad deportiva prometida por Benítez no ha llegado y la afición asume ya que le espera otro cierre de curso de infarto.

Benítez, que se inició como entrenador en la cantera del Real Madrid, a principios de los años noventa, se estrenó en la élite en el banquillo del Valladolid, que en la temporada 1995-96 aprovechó la “crisis de los avales” provocada por el Celta y el Sevilla para mantenerse en la máxima categoría. El equipo pucelano despidió a Benítez tras la vigésimo tercera jornada de Liga, después de sumar 14 puntos (0,6 puntos de media). Al año siguiente, el madrileño se hizo cargo de Osasuna, en Segunda División. Después de la novena jornada fue cesado el ahora entrenador del Celta porque el equipo navarro solo había sumado 7 puntos de 27 posibles (0,7 puntos de media).

numero benitez W

numero benitez W / Hugo Barreiro

Desde entonces, Benítez fue mejorando sus números para llegar a ganar títulos con clubes como el Valencia, el Liverpool, el Chelsea, el Inter de Milán... En el campeón italiano duró poco: fue cesado tras quince partidos de la Serie A. Siguió la misma suerte en el Everton, al que dirigió en 19 jornadas de la Premier, con 19 puntos sumados Un lustro antes, Benítez descendió con el Newcastle, que le mantuvo en el cargo en la segunda categoría para devolverlo a la Premier un año después. En todos esos casos, el técnico madrileño nunca bajó de 1 punto de media por jornada.

Inusual paciencia

En el caso del Celta, el club en manos de la familia Mouriño jamás había mostrado tanta paciencia con un entrenador como con Benítez. Ni siquiera con un Paco Herrera que devolvió al equipo celeste a Primera División. En el año de su retorno a la máxima categoría, el técnico catalán fue despedido en la jornada 24, después de sufrir una derrota en Getafe. Entonces, el Celta acumulaba 20 puntos. Aquella plantilla inexperta y con muchos refuerzos de Segunda División nada tenía que ver con el potencial y el presupuesto del actual grupo de jugadores celestes.

En la comparativa con los entrenadores que pasaron por el club vigués desde 2012, Benítez pierde con todos a excepción de Miguel Cardoso. El portugués solo dirigió 14 partidos de Liga, en los que sumó 11 puntos. Los 0,78 puntos de media son solamente dos décimas más bajos que los 0,80 que registra el actual técnico celeste en 26 jornadas.

Mejoran los números de Benítez entrenadores como Óscar García, Fran Escribá, Carlos Carvalhal, Antonio Mohamed o Abel Resino, que apenas contaron con apoyo popular y que en algunos casos el club los contrató como soluciones urgentes y nunca pensando en un proyecto de tan larga duración como el que le ha puesto en las manos a un Benítez que incluso no resiste una comparación con lo realizado por él mismo en las últimas tres décadas de carrera deportiva. Es la imagen en uno de sus espejos más oscuros.

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