35 millones al borde del fracaso

El Celta, que fue el tercero en LaLiga que más invirtió en fichajes, no levanta cabeza pese a la insistencia de Benítez de que el equipo es “competitivo” tras incorporar 10 futbolistas este curso

Benítez, el domingo en Balaídos ante el Girona.

Benítez, el domingo en Balaídos ante el Girona. / Alba Villar

La tercera derrota consecutiva del Celta en Balaídos en apenas ocho días ha dejado a Rafa Benítez a los pies de los caballos, con parte de la afición reclamando su dimisión mientras el equipo aprovecha las crisis de los rivales directos para no caer de nuevo en las posiciones de descenso. El club, por su parte, continúa transmitiendo públicamente su confianza en el entrenador madrileño, a quien el verano pasado le entregó la plantilla mejor pagada de la centenaria historia del Celta (alcanzó los 80 millones del límite salarial). De hecho, Benítez también es el técnico mejor remunerado de los que han pasado por Balaídos, pues se estima que su salario bruto anual ronda los cinco de euros. En Vigo, ha dejado de creerse en el mensaje repetitivo de que “el equipo es competitivo” y cada vez son más las voces que reclaman un relevo en el banquillo, como han hecho los cuatro adversarios directos de los célticos que pelean por evitar el descenso.

Benítez fue la apuesta personal de Marián Mouriño, la actual presidenta céltica, antes de asumir oficialmente el relevo de su padre. El Celta no quiso renovar a Carlos Carvalhal, que había salvado sobre la bocina una vez más otra pésima temporada de los célticos. El club decidió entregarle el proyecto del centenario a un entrenador de prestigio internacional y laureado, a la espera de que pudiese alcanzar el anhelado título que persigue la afición.

Con un plan más ambicioso, Benítez tuvo la oportunidad de realizar una profunda renovación en la plantilla, a la que en principio llegaron ocho nuevas incorporaciones: Guaita (libre), Ristic 1,5 millones), Manu Sánchez (9 millones), Starfelt (5 millones), Dotor (3 millones por el 50 por ciento), Bamba (libre), Carles Pérez (5,2 millones) y Douvikas (12 millones). El desembolso por esas operaciones alcanzó los 35,7 millones de euros, convirtiéndose el conjunto vigués en el tercer mayor inversor en fichajes de LaLiga. Solo le superaron al inicio del campeonato el Real Madrid (109 millones de euros) y el Almería (52 millones).

Después de haberse consumido seis meses de competición, el Celta se encuentra en la misma tesitura que en buena parte de los últimos años. Las 3 victorias (Almería, Granada y Betis) en las veintidós jornadas consumidas del campeonato demuestran la poca fiabilidad de un proyecto que ha acelerado su deterioro en la última semana. A la pobre imagen mostrada por el equipo de Benítez en el doble duelo ante la Real Sociedad (Liga y Copa) se unió este pasado domingo otra nueva derrota en casa ante un Girona que liquidó el partido en el minuto 20 con un gol de Portu. Balaídos, entonces, estalló con más fuerza en el cántico contra el entrenador. El “Benítez, vete ya” del martes copero fue amplificado a zonas de todo el estadio. Si sobre el primero, el técnico comentó que no le había prestado atención porque estaba centrado en su trabajo, el del domingo liguero le llevó a modificar sus hábitos y se marchó con prisa hacia el vestuario, renunciando al protocolario saludo a jugadores y árbitros. El enfado por la protesta más generalizada de la afición del Celta llevó al madrileño a cuestionar en sala de prensa cuánto representaba “la grada” en esos cánticos solicitando su marcha de Vigo. En la misma rueda de prensa, Benítez respondió lacónico a varias preguntas, sin utilizar su habitual discurso didáctico sobre el partido.

En la víspera, el entrenador del Celta había insistido en apelar a la “unidad” y la “calma” para sacar adelante el proyecto para que no se repita una vez más lo de jugarse la permanencia en la última jornada. Tras la derrota ante el Girona, Benítez volvió a recordar que había firmado un contrato de tres años de duración con el Celta, para un proyecto de larga duración.

El club, mientras tanto, continúa buscando más refuerzos, como ha solicitado el entrenador para este mercado de invierno. Las dos primeras incorporaciones en lo que va de enero han sido el mediocentro brasileño Jailson Marques y el lateral español Javier Manquillo. Ambos han llegado libres a Vigo, donde en las próximas horas se espera también al atacante argentino Tadeo Allende, del Godoy Cruz, por el que el Celta podría pagar unos 5 millones de euros. Esta sería la pieza con la que el entrenador quiere completar una plantilla que finalmente alcanzará los 40.7 millones de euros en inversión en lo que va de temporada, con la que Benítez podría presentar un once completo sin recurrir a los jugadores que ya estaban en la plantilla cuando él llegó a Vigo.

En Almería, Granada, Cádiz y Sevilla no han tenido tanta calma y paciencia y ninguno de los cuarto mantiene al entrenador que comenzó la temporada. En el equipo almeriense, Gaizka Garitano sustituyó a Vicente Moreno el pasado 3 de octubre. En el Nuevo Los Cármenes despidieron a Paco López para confiar el proyecto al uruguayo Alexander Medina, presentado el 27 de noviembre. Los gaditanos aguantaron hasta el 20 de enero con Sergio González, al que reemplazó Mauricio Pellegrino. Y por el Sánchez Pizjuán ya han pasado desde el verano José Luis Mendilibar, Diego Alonso (de octubre a diciembre) y Quique Sánchez Flores, a quien ya se cuestiona por una parte de la afición sevillista. En Vigo, Rafa Benítez dispone ahora de dos jornadas seguidas lejos de Balaídos (Osasuna y Getafe) para mejorar su delicada situación en el Celta.

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