Rafa Benítez ha cambiado el rol de Iago Aspas esta temporada en el Celta. El técnico madrileño ha retrasado la posición del goleador celeste para explotar su vena creativa como catalizador del juego en el último tercio de la cancha, como nexo con Larsen y Bamba. Al mismo tiempo, el preparador celeste ha puesto al morracense a cargo de la estrategia ofensiva. Todas las jugadas de pelota detenida pasan ahora por sus botas. Ya no solo lanza, como acostumbraba, las faltas directas. Ahora es también el responsable del lanzamiento de los saques de esquina y los libres indirectos, acciones que la pasada temporada correspondían casi siempre a Fran Beltrán.
Las razones de la maniobra apuntan por un lado al cambio de sistema y por otro a la salida del equipo de centrocampistas de perfil creativo, singularmente Denis y Brais, cuya baja no ha sido cubierta por jugadores de similar pelaje. La defensa de cinco con la que Benítez viene trabajando desde el segundo partido de Liga ha modificado la posición y el papel de Iago. Al restar un atacante a la ecuación, el artillero celeste juega más alejado de la portería, de enlace con Bamba, Larsen y Douvikas. El propio Aspas se refería a este nuevo rol que le ha tocado desempeñar en el Celta después del último partido contra el Mallorca. “Estoy jugando de falso ‘nueve’ para hacer superioridad en el medio campo. Es cierto que me está constando un poco más llegar a las zonas de remate, pero los goles para ayudar al equipo llegarán”, explicaba.
Benítez, mientras, recurría a la vieja teoría de la manta corta para argumentar el cambio de posición del goleador céltico. “Cuando hace frío y te quieres tapar la cabeza te descubres los pies y a la inversa. Cuando Iago viene atrás, nos falta algo arriba y cuando está arriba nos falta algo para enlazar. Hay que encontrar el equilibrio”, exponía.
Las estadísticas reflejan este cambio de papel. Por primera vez en muchas temporadas, el cuatro veces ganador del Trofeo Zarra no es el jugador celeste que más ha rematado este curso entre los tres palos y es en cambio uno de los jugadores de la Liga que más pases clave (los que generaran ocasiones de gol) ha dado. Los que más han tirado son Mingueza y Bamba, con cuatro lanzamientos cada uno, seguidos de Larsen, Unai y el propio Iago, con 3. El de Moaña ha lanzado esta temporada en 13 ocasiones contra la portería rival y ha dado media docena de pases clave y una asistencia.
No es, en todo caso, la primera vez que la estrella del Celta modifica su posición. Tras años actuando en las categorías inferiores y hasta en el primer equipo como media punta o segundo delantero, Paco Herrera decidió que la de delantero centro era su posición ideal, iniciando su explosión como goleador. Su posición más habitual en estos años ha sido la de nueve, pero no un delantero centro puro, de área, sino un punta versátil, capaz de abarcar todo el frente ofensivo. En los primeros tiempos de Berizzo alternó su posición como pico central del tridente formado con Nolito y Orellana primero, más tarde, con la llegada de Guidetti, en el pico derecho, y tras la marcha de Nolito con Maxi Gómez y Pione Sisto como socios preferentes. Posteriormente, con los entrenadores que sucedieron a Juan Carlos Unzué, actuó en punta acompañado de un segundo delantero, en un primer momento Maxi y en los años siguientes Mina y Larsen.
El otro gran cambio de papel que Iago ha sumido con Rafa Benítez es el de lanzador a balón parado. Todas las acciones ofensivas pasan ahora por sus botas en una novedosa función que el pasado curso ejercía Fran Beltrán y en temporadas anteriores el de Seseña compartía con Brais Méndez y Denis Suárez. Aunque Aspas nunca ha sido un especialista en rematar acciones de estrategia (sus goles en esta faceta han sido contados), ocasionalmente sí había aprovechado segundas jugadas para marcar. La maniobra de Benítez, en todo caso, ha proporcionado al Celta sus primeros réditos a balón parado en meses. El gol que abrió el marcador en Almería se produjo tras una falta indirecta que Aspas colocó certeramente en el segundo palo y Unai picó de cabeza lejos del alcance de Maximiano.
Solo 2 de sus 10 goles al Barça fueron a domicilio
Iago Aspas ha convertido al Barcelona en una de sus víctimas favoritas. El conjunto azulgrana es el tercero de Primera División al que más goles le ha marcado el céltico (10), tras los 12 que le ha anotado al Sevilla y los 11 que le ha endosado a la Real Sociedad. Tan productivos números frente al Barça presentan, sin embargo, la particularidad del factor cancha, pues Aspas convirtió el 80 por ciento de sus goles al equipo catalán en Balaídos. Solo 2 de los 10 que le ha marcado los ha firmado en el Camp Nou. Y solo uno de ellos, el anotado en la visita del curso 2017-18, ha servido a los celestes para puntuar (2-2, con tantos del propio Iago y de Brais Méndez). El último gol al Barcelona se lo marcó Iago el 10 de mayo de 2022, hace 1 año y cuatro meses, y apenas sirvió para maquillar un resultado netamente favorable al cuadro azulgrana, que se había adelantado por tres veces en el marcador con un gol de Memphis y un doblete de Aubameyang.