El Celta llora la muerte, a los 73 años, de Elías Alonso Riego, el presidente que reflotó al club en uno de los momentos de mayor dificultad de su historia. Alonso Riego (A Guarda, 1950) accedió a la presidencia en 1980 con solo 29 años, el más joven de la hoy centenaria entidad, en un momento de máxima convulsión por el descenso del equipo a Segunda División B. En solo dos temporadas, devolvió al Celta a Primera División, restituyó la paz social y tomó decisiones que tendrían un gran peso en la entidad en años sucesivos.
Con escasos recursos económicos y una inteligente política deportiva tuvo el acierto de entusiasmar al celtismo y sanear sus finanzas. Él muchas veces anticipó salarios de su propio bolsillo –viajaba con su mujer a los partidos de fuera, en su coche, pagándose los gastos de alojamiento–. Fue un mandato breve, pero fructífero. Contrató a Miroslav Pavic, el técnico que rescató al Celta del pozo de la Segunda B y lo devolvió en tiempo récord a Primera e incorporó a jugadores que se convertirían en leyendas vivas del club, como Pichi Lucas o Javier Maté.
Se le recuerda también por haber contratado para los servicios médicos al traumatólogo Genaro Borrás, que dejaría huella en los años siguientes, y haber firmado el primer convenio con Citroën, la firma que patrocinó al Celta hasta la primera década de este siglo.
Más que un presidente al uso, Elías Alonso riego fue un celtista impenitente. Empresario de la construcción y amante del deporte, llevó el celtismo en la sangre desde el primero al último día. No se perdía un partido del equipo de su alma –se le vio por última vez en Balaídos, ya muy desmejorado, el pasado sábado– y estaba siempre al tanto de las últimas noticias del club.
Acostumbraba a ir al estadio a pie, desde su domicilio en Gran Vía y, camino al campo, le gustaba detenerse a saludar a los conocidos y comentar los partidos que se avecinaban. En uno de esos paseos, relataba, lo paró un hombre que le preguntó si lo reconocía. Al responder negativamente, el hombre le agradeció el dinero que le prestó para pagarse el carnet de socio y que luego le fue devolviendo poco a poco. “Son cosas que te quedan del fútbol”, comentaba. Dejó el Celta en 1982, pero son muchos los no olvidan los impagables servicios que prestó al club.
“Era una persona muy generosa y un innovador del fútbol. Se adelantó a su época”, certifica Pichi Lucas. “Cogió el club en un momento muy complicado y fue capaz de crear un grupo de trabajo extraordinario y volver a unir al celtismo. Fue una de las personas clave que contribuyó al éxito en aquellas temporadas. Siempre estaba pendiente del Celta”.
Javier Maté guarda también un recuerdo indeleble del presidente que lo fichó. “Fue un gran tipo y un gran presidente. Cogió al club en un momento dificilísimo, en Segunda B, con poca paz social y económicamente muy tocado. Cumplió con mucho acierto en condiciones durísimas. Su gestión fue muy buena”, apunta. “Era un presidente cercano que siempre entendió el Celta como un equipo grande”, destaca.
El funeral por Elias Alonso Riego se celebrará a las 18.15 horas de este jueves en la capilla del tanatorio Vigo Memorial.