El último bastión canterano de la portería

El fichaje del veterano Vicente Guaita eleva la competencia de la portería del Celta y enfrenta a Iván Villar al reto de defender la titularidad que tanto le ha costado consolidar después de que el club diese un giro de 180 grados a la firme apuesta por la cantera en la portería que había mantenido durante casi una década. A la sombra de Rubén Blanco durante sus años más jóvenes y marginado posteriormente cuando el Celta aceptó la petición de Eduardo Coudet de fichar a un portero foráneo, las oportunidades le han ido llegando a Iván con cuentagotas, siempre por lesión de algún compañero, y ha tenido que cazarlas al vuelo, enfrentándose a menudo a críticas internas y externas.

En cierto modo, y pese a los tibios elogios que le dedicaron los sucesivos técnicos que en estos últimos años han desfilado por el banquillo celeste, Villar ha estado bajo sospecha. La titularidad le llegó, de hecho, por sorpresa el pasado curso cuando Marchesín, el portero elegido por Coudet pare relevar a Matías Dituro, se fracturó el tendón de Aquiles con el mercado de invierno ya cerrado y el Celta se vio obligado a e fichar a un guardameta en paro –el elegido fue el ya casi retirado Diego Alves que también se lesionó gravemente al poco de llegar– por si Villar sufría algún percance. Su falta de protagonismo en la anterior campaña durante su cesión al Leganés, con el que apenas disputó 8 partidos como titular, no contribuyó a despertar a confianza de técnicos y aficionados.

A Carvalhal, cuyo incondicional apoyo en la sala de prensa no se vio del todo correspondido en la Copa del Rey, no le quedó más remedio que encomendarse al cangués, que respondió a la altura del desafío en un momento crítico, con el Celta jugándose el pellejo. Villar disputó completa la segunda vuelta con algunas actuaciones salvadoras que, a la postre, serían determinantes para la salvación del equipo en la última jornada de Liga. El de Aldán firmó cuatro porterías a cero (Valladolid, Osasuna y Rayo Vallecano) que reportaron al Celta un empate (contra los rojillos) y tres victorias, sacando al equipo de la zona de peligro, en la que más adelante volvería a caer.

Sus buenas actuaciones al poco de hacerse con las riendas de la titularidad le valieron el premio Estrella Galicia al mejor jugador del Celta el pasado mes de febrero, un premio que el guardameta justificó batiendo en el mes de marzo los registros de imbatibilidad de Rubén Blanco y José Manuel Pinto al permanecer 385 minutos sin recibir gol. Anteriormente, en el curso 2019-20, el portero cangués ya tuvo que asumir la responsabilidad de defender la portería en las últimas cuatro jornadas de Liga con el equipo jugándose la permanencia. Los celestes se salvaron en la última jornada de Liga en Cornellà gracias a un empate sin goles.

La lesión de Agustín Marchesín y el retorno de Rubén Blanco tras una temporada cedido en el Olympique hacían presagiar que el inquilino de la portería volvería a ser un guardameta de la cantera tras dos años ocupada por dos veteranos porteros argentinos.

La venta de Rubén al Olympique de Marsella modificó, sin embargo, la hoja de ruta. Benítez no acababa de fiarse de la recuperación de Marchesín e impulsó el fichaje de un portero contrastado para que compitiese por la titularidad con Iván Villar. El elegido fue el valenciano Vicente Guaita, veterano guardameta de 36 años con amplia trayectoria profesional en el Valencia, el Getafe y, en las últimas cuatro temporadas, en el Crystal Palace.

La hora de la verdad

Villar defenderá la titularidad ante Guaita avalado por sus buenas actuaciones en las cuatro primeras jornada ligueras, a pesar de no haber logrado mantener la portería a cero en este primer tramo de competición previo al primer parón de selecciones. El cancerbero cangués, pese a los dos goles encajados, fue el más destacado de los celestes en el duelo inaugural frente a Osasuna y brilló especialmente en el buen encuentro firmado por el cuadro de Rafa Benítez contra el Real Madrid, en el que detuvo un penalti a Rodrygo Goes.

Iván Villar fue también una pieza importante en el empate rebañado por el Celta en la segunda jornada liguera en San Sebastián ante la Real Sociedad y contribuyó activamente en la consecución del primer triunfo del curso el pasado viernes en el Power Horse Stadium ante el Almería. Esta tarde, en el regreso del plantel a los entrenamientos tras tres jornada de descanso, inicia su competición con Guaita, quien se incorpora a los entrenamientos tras cerrar su fichaje con el Celta por las dos próximas temporadas en el último día de mercado. No lo va a tener fácil, pero seguramente él ya contaba con ello.

Mejora el promedio de Rubén y Sergio

Iván Villar presenta el mejor promedio goleador de los portero de la cantera que han defendido la portería del Celta en los últimos años. El guardameta de Aldán ha encajado en LaLiga 68 goles en 49 encuentros, lo que arroja una media de 1,38 tantos por choque. El cangués supera ligeramente el registro de Rubén Blanco, que presenta un promedio de 1,40 goles por partido, aunque con un número de encuentros disputados considerablemente superior (121 goles en 170 encuentros en la máxima categoría. Ambos presentan mejor balance que Sergio Álvarez, quien colgó las botas hace un par de temporadas tras recibir en los años que defendió la zamarra celeste,con una media de 1,48 (138 goles en 196 choques). El guardameta celeste que presenta un mejor registro en los últimos años es Matías Dituro (1,31) tras encajar 43 tantos en 38 partidos ligueros, el mismo que ha conseguido el último fichaje celeste, Vicente Guaita, con nada menos que 231 compromisos ligueros a sus espaldas.