Rubén pone fin a su etapa en el Celta
El club vigués hace oficial el traspaso del portero canterano al OM | El conjunto galo pagará 2 millones por el guardameta, que firma por tres temporadas | El mosense ha pasado media vida en el conjunto celeste

Rubén Blanco y Pablo Longoria, presidente del Olympique. / OM
Rubén Blanco ha puesto fin a su etapa como celeste tras casi una década en el primer equipo y media vida en el club, al que llegó con solo 14 años para enrolarse en el equipo infantil. El Celta hizo ayer oficial el pase del guardameta al Olympique de Marsella, el equipo en el que jugó cedido el pasado curso y que la próxima temporada dirigirá el asturiano Marcelino García Toral.
A la misma hora que sus ya excompañeros se enfrentaban al Olympique de Lyon en el Memorial Quinocho, Rubén ponía rumbo a Marsella para comprometerse con el club galo por las próximas tres temporadas, hasta junio de 2026. El traspaso del guardameta se ha formalizado en unos dos millones de euros, cantidad que puede elevarse si se cumplen de determinadas variables que ni el Celta ni el OM ha concretado. Ambos clubes se han limitado a informar escuetamente de la venta del jugador.
El club vigués agradece también los servicios prestados al que fue uno de los activos más importante de la generación de canteranos surgidos con el ascenso a Primera División. Casi desde su llegada en infantiles, pero sobre todo tras su protagonismo en la salvación del equipo en la temporada 2012-13, con sus estelares actuaciones, primero en Valladolid y posteriormente en Balaídos frente al Espanyol, el Celta pensó en él como su portero de futuro para mucho tiempo.
La realidad y las lesiones, sin embargo, pronto chocaron con la idea del club. Descartado por Luis Enrique, Eduardo Berizzo le dio la alternativa en el primer equipo en el curso 2013-14, como suplente de Sergio Álvarez. En las siguientes campañas, ya como primera opción para la portería, Rubén sufrió una interminable sucesión de lesiones, algunas de considerable gravedad, que le impidieron consolidarse en la titularidad, que compartió primero con Sergio y posteriormente con Iván Villar.
Debido a su propensión a lesionarse y por consejo de Eduardo Coudet, el Celta accedió hace dos temporadas a fichar a un portero, poniendo fin a más de un lustro de identidad canterana bajo el travesaño. Matías Dituro lo desplazó al banquillo y el pasado curso, con el fichaje de Agustín Marchesín, Rubén optó por salir cedido al OM.
Pese a estar a la sombra de Pau López, el rendimiento del mosense ha convencido a los responsables del club galo, que han decidirlo apostar por él e incorporarlo en propiedad para que vuelva a competir este curso con el guardameta catalán. La experiencia de vivir y disfrutar de una aventura profesional en un país diferente, el buen nivel de la Ligue 1 y la jerarquía del OM, uno de los equipos más importantes de Francia y habitual de la Liga de Campeones, han propiciado su salida del Celta en una temporada en la que volvía a apuntar a la titularidad. La lesión de larga duración de Marchesín le allanaba el camino para competir con un Iván Villar reforzado por el buen final de temporada firmado el pasado curso.
Rubén deja el Celta tras 142 partidos con el primer equipo, una cifra no demasiado elevada debido a los 589 días que las lesiones lo mantuvieron de baja durante seis temporadas. En una escueta nota en su página web, el club e agradeció ayer los servicios prestados. “El RC Celta quiere expresarle a Rubén su más sincero agradecimiento por haberse convertido en un ejemplo de honestidad y compromiso para todos los canteranos, por su profesionalidad y ejemplar comportamiento siempre y por la implicación con el equipo que exhibió cada día durante tantos años. ¡Mucha suerte Rucho!,”. Rubén, mientras, se despidió en las redes sociales del club y de la afición celeste con una larga misiva. “Hoy me marcho del Celta, pero el Celta no se marcha de mí porque lo llevaré conmigo allá donde vaya”, destaca el guardameta.
Pese a la buena evolución de Marchesín, que se recupera mejor de lo previsto de su grave lesión en el tendón de Aquiles, la venta de Rubén al OM propiciará el fichaje de un guardameta. Benítez quiere elevar la competencia en el puesto con el fichaje de un guardameta de calidad. El Celta hace ya algún tiempo que peina el mercado en busca de un sustituto.
El primero de la segunda fase de la Operación Salida
La venta de Rubén Blanco al Olympique de Marsella es la primera de las diversas operaciones que el club tiene en marcha para aligerar su plantilla. Tras la marcha del guardameta canterano a la Ligue 1, Benítez tiene cubiertas 24 de las 25 fichas disponibles. El club necesita hacer espacio en el plantel a los nuevos fichajes, además de obtener recursos económicos con los que abordar las nuevas contrataciones. Esta semana deberían agilizarse buena parte de las operaciones que la dirección deportiva tiene sobre la mesa para adelgazar su plantel. El primero en salir será probablemente Renato Tapia, cuya venta negocia el Celta con el Olympique de Lyon. El cuadro galo ha resuelto los problemas de control financiero que le impedían cerrar la contratación del pivote peruano que tenía ya bastante avanzada. La reciente visita de los directivos del OL a la ciudad por la participación del equipo en el Memorial Quinocho deberían haber servido para avanzar en las negociaciones. Cerca de salir está Miguel Baeza, futbolista que no entra en los planes de Benítez, cuyo destino volverá a ser el Río Ave. Como en el caso de Tapia, las negociaciones están avanzadas y no debería tardarse en concretar el préstamo, seguramente con opción de compra. El Celta busca también salida a José Fontán, de momento sin ofertas de compra o para volver a salir cedido. El gran reto para la dirección deportiva será, no obstante, sacarse de encima de Santi Mina, cuya condena a cuatro años de prisión por abuso sexual ha sido recientemente refrendada por el TSJA. Descartado su despido por el quebranto económico que supondría para el club, se busca al delantero una nueva cesión, de momento sin éxito pues ha rechazado todas las propuestas que se le han ofrecido.
La despedida de Rubén
Queridos celtistas: Escribo estas líneas con todo el cariño al Real Club Celta de Vigo y a su afición por formar parte de la epata más bonita de min carrera deportiva y de mi vida. Desde que llegué a la cantera del Celta siendo solo un niño, en infantiles, empecé a cumplir el sueño de todo niño celtista. Tengo muchos recuerdos imborrables de A Madroa, los entrenamientos, el aprendizaje, los compañeros y el ir subiendo cada peldaño hasta llegar al primer equipo. En 2013 viví momentos inolvidables. Tuve la oportunidad de debutar en Primera son solo 17 años, en Valladolid. Y una semana después defendió la portería de Balaídos, jugándonos y consiguiendo la permanencia. Jamás olvidaré cómo salí a hombres de Balaídos siendo casi un niño. Posteriormente hubo momentos en los que jugué más y otros en los que tuve que esperar mi oportunidad, pero siempre dando todo en casa entrenamiento y cada encuentro con este escudo. También tuve la oportunidad de jugar competición europea con el club de mi vida. Son 142 partidos los que jugué en el primer equipo y en cada uno de ellos di lo mejor de mí. Quiero dar las gracias a cada compañero que tuve, los staffs técnicos, a cada trabajador, al club por dármelo todo y a la afición por mostrarme siempre su cariño y hacerme feliz. Hoy me marcho del Celta, pero el Celta no se marcha de mí. Porque lo llevaré siempre conmigo allá donde vaya. ¡HALA CELTA!
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