En manos del Celta y el Olympique

Rubén Blanco espera presentarse el 3 de julio en la ciudad deportiva Afouteza para iniciar la pretemporada con Rafa Benítez mientras desde Marsella intentan cerrar su contratación tras su cesión el curso pasado

Begoña Aldao, presidenta del Sárdoma, Rubén Blanco y Nucho Cameselle, ayer, en la presentación del campus.

Begoña Aldao, presidenta del Sárdoma, Rubén Blanco y Nucho Cameselle, ayer, en la presentación del campus. / RICARDO GROBAS

Vigo

Las vacaciones tocan a su fin para los futbolistas de élite, que a partir de la próxima semana comenzarán una nueva pretemporada. Sin embargo, la mayoría de las plantillas se encuentran incompletas todavía y muchos jugadores desconocen dónde iniciarán el curso que viene. Uno de ellos es Rubén Blanco, el portero del Celta que la campaña pasada jugó a préstamo en el Olympique de Marsella. El equipo francés tiene interés en la contratación del guardameta de Mos, que ayer coincidió con Denis Suárez en Salceda, donde ambos presentaron sus campus de fútbol base.

A preguntas de la prensa, Rubén Blanco señaló que su destino profesional depende ahora mismo del Celta, con el que el verano pasado firmó una renovación de contrato hasta junio de 2027. Esa fue la condición que le impusieron desde A Sede para permitirle que jugase a préstamo en el Vélodrome marsellés. En el Olympique apenas tuvo oportunidades (disputó 585 minutos, repartidos en seis partidos de Liga y uno de la Copa de Francia). Sin embargo, el club que preside el asturiano Pablo Longoria intenta alcanzar un acuerdo económico con el Celta para hacerse en propiedad con el portero que se formó en la cantera celeste.

“El día 3 [de julio] empiezo a entrenar. No tengo mucho poder de decisión. Estoy a disposición de lo que el club quiera. La decisión no es mía”, añadió Rubén Blanco después de subrayar que está “enamorado” del Celta, según recogió ayer la RTVG.

El Olympique de Marsella ofrecía hace unas semanas entre 4 y 5 millones de euros para adquirir en propiedad al guardameta de Mos. El Celta, por su parte, no pondría trabas al jugador si se inclinase por salir de nuevo de Vigo. La operación, sin embargo, continúa sin concretarse cuando está a punto de concluir el mes de junio y los equipos se preparan para arrancar la nueva pretemporada.

Rubén Blanco tampoco aclaró nada ayer sobre su futuro, más allá de que el 3 de julio tendrá que estar en Afouteza si no se cierra su traspaso. Así lo establece su contrato con el Celta. “Todo lo que diga son cábalas que no tienen ningún tipo de sentido”, subrayó el mosense, que ahora mismo depende de los dos clubes, de si Celta y Olympique de Marsella cierran por fin su traspaso al club francés, que ha contratado como entrenador al español Marcelino García Toral.

Con Rubén Blanco de regreso a Vigo, el Celta tendría cubierta la posición de portero, pues ahora mismo cuenta con Iván Villar y con Agustín Marchesí, aunque el argentino continúa lesionado en el tendón de Aquiles y no reaparecerá hasta ya iniciada la temporada. Si se cerrase su traspaso, el club vigués acudiría posiblemente al mercado en busca de otro guardameta.

Mientras Rubén Blanco disfruta de sus últimas jornadas de vacaciones estivales, su futuro profesional continúa en el aire, en manos del Celta y el Marsella y unas negociaciones por medio que pueden llevar al portero otra vez al Vélodrome.

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Carles Pérez se encuentra en la misma situación que Rubén Blanco, aunque intentando tomar direcciones contrarias: el catalán está a la espera de que el Celta y la Roma se pongan de acuerdo en su traspaso para regresar a Vigo, donde el curso pasado jugó a préstamo. El gallego podría volver a Marsella si el Celta acepta su traspaso después de jugar cedido durante el curso pasado en el Olympique.

Sin embargo, la resolución del futuro profesional de Carles Pérez parece más próxima que la de Rubén Blanco. Es más, el futbolista de Granollers se encontraba ayer en Vigo esperando una resolución satisfactorias a sus deseos de firmar contrato por el Celta, según informó el diario Marca. La urgencia por cerrar esta operación corresponde en esta ocasión a la Roma, pues por cuestiones de equilibrio de balances económicos necesita unos ingresos por traspaso de jugadores antes de que esta noche finalice el mes de junio.

Además, Carles Pérez ha mostrado en todo momento su gran interés por reincorporarse al Celta. Así lo subrayó antes y después de concluir la pasada temporada, cuando caducaba su cesión en Vigo. Gallegos e italianos intentan llegar a un acuerdo sobre la cifra para el traspaso del jugador, a quien el club romano cedió con una opción de compra de 10 millones de euros. José Mourinho continúa sin contar con Carles Pérez, que en Vigo le ofrecieron los minutos de competición que le negaba el entrenador portugués. El Celta planteó la negociación desde la perspectiva de una rebaja sustancial de las pretensiones económicas iniciales del club italiano. El acuerdo podría cerrarse por 5 o 6 millones de euros, una cantidad que el club vigués podría asumir para reforzar una de las bandas de ataque con un jugador que fue de los más destacados de la temporada después de un comienzo muy irregular.

Además de esta operación, en A Sede continúan ultimando con el Atlético de Madrid el traspaso de Javi Galán, tasado en 15 millones de euros. Con ese dinero, el Celta afrontará la contratación de Manu Sánchez. El rojiblanco llegará a Vigo como recambio de Galán y tras un desembolso de 7 u 8 millones.

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