“Es un día triste, el peor de mi carrera”

Hugo Mallo, último gran capitán de Celta y leyenda de A Madroa, se despide de su familia celeste tras 14 temporadas y 449 partidos

“Ha sido una decisión difícil, pero buscaba estímulos y ha sido lo mejor”, dice

Hugo Mallo, el último gran capitán celeste y referente de la cantera, es ya historia viva del Celta. El lateral marinense se despidió ayer del club en el que ha pasado toda su vida y del que ha sido leyenda en los últimos 14 años, desde que Eusebio Sacristán lo reclutó para el primer equipo en tiempos de vacas flacas cuando era todavía un juvenil. Atrás quedan 459 partidos con la zamarra celeste, 309 de ellos (el que más ha jugado en la historia) en Primera División, 256 capitanías, tiempos muy difíciles, un ascenso, 11 años en LaLiga, una semifinal europea, dos semifinales de Copa y cuatro permanencias en la última jornada.

“Es un día triste, el peor de mi carrera”, declaró visiblemente emocionado el lateral de Marín en un multitudinario acto despedida que reunió en el Salón Regio de A Sede a una vasta representación de todos los estamentos del club. No faltaron su mujer y sus dos hijos, sus grandes amigos Iago Aspas y Roberto Lago y gran parte de su otra familia, la celeste, encabezada por el presidente Carlos Mouriño.

"Me habéis formado, me habéis ayudado y me habéis transmitido unos valores que espero inculcar a mis hijos"

“Solo tengo palabras de agradecimiento hacia todos los departamentos del club. Espero haber estado a la altura todos estos años. Estoy eternamente agradecido, no solo en lo deportivo, sino también en lo personal. Me habéis formado, me habéis ayudado y me habéis transmitido unos valores que espero inculcar a mis hijos”, dijo Mallo, que tuvo un especial recuerdo para sus primeros entrenadores, también presentes. “Digo adiós a la que es mi casa, la que me ha visto crecer, la que me ha visto día a día pelear, intentando hacer lo mejor posible y dejando todo en la hierba, en el campo, en cada entrenamiento”, relató el futbolista, que deseó que otros canteranos sigan sus pasos. “Si algo es el Celta es un familia y hoy también es día de reconocerles a esta gente que hacen que el jugador solo esté pensando en el fútbol. De todo corazón doy las gracias a todos, gracias por estar aquí, por apoyarme. Os estoy eternamente agradecido a todos”, añadió.

El capitán celeste explicó luego que la decisión de emprender una nueva aventura profesional lejos del Celta llevaba meses rumiándose. “En enero hubo la posibilidad de salir, también por ayudar en el tema económico, por si podían traer a alguien más, pero al club no le pareció oportuno”, apuntó Hugo Mallo, que ha ido “viendo opciones” con su familia en los últimos meses.

El marinense comentó que este último año había sido especialmente difícil para él y desveló que “había la opción de seguir” en caso de descenso. “Iago [Aspas] y los fisios lo saben”, subrayó. “Ha sido una decisión difícil, que he tomado con mi mujer y mis hijos. Cuando tienes familia buscas otros estímulos y hemos pensado que era lo mejor para todos”, apuntó el marinense, que todavía no ha decidido cuál va a ser su próximo destino.

A la hora de echar la vista atrás, Hugo Mallo destacó como momentos más memorables, por encima de la gloria de la clasificación europea y el alivio de las cuatro permanencias rebañadas sobre la bocina, su debut con el primer equipo y el ascenso a la máxima categoría.

HUGO MALLO NOVEGIL

(Marín, 22/06/1991)

Edad: 31 años

Posición: Lateral derecho

Partidos con el Celta: 449

En Primera División: 309

Europa League: 12

Copa del Rey: 39

Promoción de ascenso: 2

Segunda División: 87

Número de capitanías: 256

Temporadas en el Celta: 14

Goles: 12

Asistencias: 28

El acto de despedida fue presentado por el presidente del Celta, Carlos Mouriño, quien desgranó los méritos de Mallo como futbolista y leyenda de la cantera. “Es un gran día porque despedimos a uno de los grandes, pero también triste por que se va uno de los grandes. Si alguien ha hecho cantera y grande al celtismo es Hugo. Siempre ha estado ahí, en las buenas y en las malas, estuviéramos sufriendo o pasándolo bien, pero siempre con un profesionalismo propio de lo que es él, de su orgullo como celeste”, resumió Mouriño antes de pedir un aplauso que fue correspondido con una larga y sonora ovación.