El Celta está a punto de confirmar este viernes la salida de Carlos Carvalhal. El entrenador portugués, que llegó al banquillo celeste a principios de noviembre como sucesor de Eduardo Coudet con el objetivo de salvar al equipo del descenso, se marcha de Vigo con el objetivo cumplido sobre la bocina.
La decisión de prescindir del técnico no ha sido precipitada. Tal y como contó FARO esta semana, el Celta había tomado la decisión antes de que acabase la temporada. En las últimas horas la directiva se ha reunido con Carvalhal para hacer comunicarles su decisión y poner fin a la relación contractual entre ambos. El entrenador bracarense, al que le quedaba un año de contrato, se había ausentado de la ciudad tras el partido contra el Barcelona y había aplazado la resolución final de su futuro hasta este momento.
¿Acierta el Celta con la destitución de Carvalhal?
Con la de Carlos Carvalhal, la directiva que encabeza Carlos Mouriño ya acumula 19 técnicos diferentes en el primer equipo, 7 desde que se marchó Berizzo en 2017 sin un acuerdo de renovación.
Carlos Carvalhal fue de más a menos en Vigo. Protagonizó una racha soñadora entre febrero y marzo que impulsó al equipo a las puertas de Europa, pero el luso ha estado lejos de lo que esperaba el Celta, que terminó por perder la esperanza en él cuando vio que era incapaz de frenar la caída en las últimas semanas y que lejos de reactivar a la plantilla, se agarró al discurso de que siempre quedaba una final más. Hace varios partidos su destitución estuvo encima de la mesa para buscar en el mercado un “Mendilibar”, un técnico para un momento concreto capaz de agitar el vestuario y conducir al grupo a esa victoria imprescindible para escapar de los apuros de las últimas jornadas. Luis Campos paró esa ejecución bajo la consigna de que no era momento para “dramatismos”.
Ahora Luis Campos debe ofrecer al Celta un nuevo entrenador al que confiar el equipo. En las últimas horas han surgido un puñado de nombres de técnicos, pero en A Sede están a la espera de lo que susurre Campos. Al ejecutivo portugués se le espera esta semana en Vigo para comenzar a trabajar en el proyecto de la próxima temporada y de todas los asuntos que deben tratar el del entrenador es la principal de todos ellos.
El club quiere seguir a pies juntillas la elección que tome el de Esposende. Hace un año presentaron como un enorme logro unir sus pasos al del director deportivo por el que suspiraban muchos de los grandes clubes de Europa y le han hecho caso incluso en situaciones que ofrecían más dudas en el club como el relevo de Coudet por Carvalhal o en estas semanas cuando decidió mantener en su cargo al entrenador portugués pese a las voces que recomendaban un cambio de rumbo.
La figura de Campos, que inevitablemente también hay que poner en cuestión a la vista del rendimiento de una plantilla a la que él puso su firma en la única comparecencia pública que ha hecho en Vigo, mantiene su solvencia a ojos del consejo de administración del Celta que ha decidido seguir el camino que marca el índice del portugués.