Aspas y Veiga, como dos gotas de agua
El porriñés sucede al de Moaña en el santoral y proclama: “Yo amo al Celta”

Lágrimas de felicidad en Balaídos: otro final de temporada agónico del Celta / Alba Villar
A.A.
Un canterano salva al Celta del descenso con dos goles. Un canterano se aferra al escudo para celebrarlo. Un canterano rompe a llorar tras haberse convertido en héroe, desfogando así toda la tensión acumulada durante semanas de sufrimiento. Un canterano, cotizado en el mercado, proclama su amor eterno al club en el que se criado. Un canterano retribuye a los aficionados la pasión que le dedican. Ese canterano ha sido Iago Aspas en varios capítulos de su inigualable leyenda: el doblete contra el Alavés, el regate a Colotto, la resurrección de A Nosa Reconquista... Desde ayer esa descripción también se le ajusta a Gabri Veiga. El gran relato del moañés parece que será apenas una cuento breve para el porriñés si se concreta ese traspaso por 40 millones pronosticado por el mismo Mouriño hace ya meses. Si así sucede, Veiga podrá irse sabiendo que en ocasiones lo más hermoso es lo que más breve. Nadie podrá jamás olvidar su actuación contra el Barça.
“La gran noche es la del celtismo”, replica el joven cuando en DAZN le ensalzan el protagonismo. “Veníamos buscando esto ya desde hace tiempo. Toda esta gente se lo merece. Se lo merece mi familia, se lo merece mi novia, se lo merecen mis amigos… Lo merecemos todos. Mucha alegría”.

Lágrimas de felicidad en Balaídos: otro final de temporada agónico del Celta
Apenas había entrado el balón en la meta de Ter Stegen, en el primer gol, y ya había roto a llorar el joven, que lo atribuye a “un poco todo, la tensión de estas semanas. Sí que es cierto que había bajado mi nivel, pero siempre tuve claro qué me había llevado a un gran nivel. Con la ayuda de este gran equipo que tenemos, con la ayuda de todas las buenas personas que nos rodean, salimos adelante y de qué manera”.
Confiesa que el segundo gol obedeció en gran medida a la fortuna, convirtiendo un centro impreciso en un remate impresionante: “Si digo la verdad, levanto la cabeza y veo a Sefe en el segundo palo, se me abre un poco el tiro-centro y tengo la fortuna de que entra como un golazo”.

Víctor P. Currás / Pedro Fernández
Aplaza cualquier reflexión sobre su futuro: “Ahora no estoy pensando en eso. Llevo semanas que quería encontrarme, que quería ser yo mismo para seguir ayudando al equipo. Para mí esto lo es todo, es mi casa. Le estaré eternamente agradecido a toda esta gente. Se lo merecen todo. Yo amo al Celta”.

Lágrimas de felicidad en Balaídos: otro final de temporada agónico del Celta / Marta G. Brea
Aspas asumió ese extraño papel de espectador en la santificación de otro. El gran ídolo sufrió esta vez en el banquillo. “Hablando con el mÍster decidimos que era mejor entrar al final. Menos mal que íbamos 2-0”, celebra. En la primera parte repartió su atención entre lo que sucedía frente a él y otros estadios: “Yo estaba muy nervioso viendo el móvil, tratando de ver el partido, tratando de hacer lo máximo para ayudar a mis compañeros”. Matiza: “Como íbamos ganando, al descanso dejé el móvil dentro. Esperaba conseguir esa victoria”.

Aspas, con dos de sus hijos, y Veiga detrás. | // MARTA G. BREA / A.A.
Aspas bendice a Veiga: “Le doy las gracias por el partido que se marcó hoy. Nos ha dado la salvación. Ha hecho una temporada grandiosa. Es cierto que ha tenido altibajos como hemos tenidos todos, como ha tenido la plantilla. Un centrocampista que hace once goles… Es para echarse las manos a la cabeza”.
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