El Celta coquetea con la tragedia

El equipo vigués, indolente durante una hora, pierde en Cádiz y se ve obligado a ganar al Barcelona en la última jornada para salvar la categoría o hacer el mismo resultado que el Valladolid en su partido ante el Getafe

J. C. A.

El Celta se asoma a la tragedia después de sufrir una vergonzante derrota en Cádiz donde se ha dejado la oportunidad de zanjar la permanencia y se ve ahora mismo metido en un lío estupendo después de que muchos de sus rivales directos hayan puntuado en esta jornada. Los vigueses jugaron un partido que rozó la indecencia hasta el gol del Cádiz en el arranque del segundo tiempo.

A partir ahí se entregaron a un esfuerzo inútil en el que no fueron capaces de encontrar el camino para rescatar al menos un punto que le hubiese permitido vivir una situación más cómoda en la última jornada. Ahora debe ganarle al Barcelona o hacer el mismo resultado del Valladolid que recibe al Getafe en la última jornada.

El equipo vigués amagó en los primeros diez minutos con ofrecer una versión algo competitiva. Sucedió gracias a su mejor entrada en el partido que le ofreció la ocasión de llegar con peligro por medio de Carles Pérez y de Tapia que dispararon con algo de peligro. Pero fue un espejismo porque a partir de ese momento el Cádiz se hizo con el control del partido y los vigueses fueron abdicando poco a poco del partido. Una cuestión de actitud por encima de todo. Los andaluces apretaban en cada disputa y el equipo de Carvalhal era incapaz de llevarse un duelo. Así no podían tardar en llegar las oportunidades del lado cadista. Todo muy básico, pero suficiente para comprometer al Celta, hecho un manojo de nervios. Cada balón que volaba el área viguesa era un drama.

A los vigueses les vino a rescatar sin embargo el VAR en dos acciones claves. Primero en el penalti (de broma) con el que De Burgos Bengoechea castigó un derribo a Bongonda por parte de un desastroso Javi Galán. El colegiado corrigió su decisión tras ver las imágenes, lo mismo que en el gol marcado por Sobrino en el que el apareció un fuera de juego que volvió salvar a los vigueses. Dos veces se habían salvado los de Carvalhal, aire suficiente para llegar con vida al descanso del partido.

Pero el despropósito era tan descomunal que el paso por el vestuario no sirvió de gran cosa. El partido siguió en la misma dirección que era la que conducía a la portería de Iván Villar. El Cádiz siguió insistiendo hasta que en el minuto 52 una jugada de Escalante sirvió en bandeja a Sobrino dentro del área para que fusilase al portero de Aldán.

En medio de una situación límite Carvalhal recurrió, a media hora para el final, de Iago Aspas (que volvió a quedarse en el banquillo por sus problemas en la espalda). El Celta lo agradeció porque se dio cuenta de que ya no tenía nada que defender y el Cádiz se echó atrás lo que cambió la tendencia del partido.

Agradecieron los vigueses la presencia de gente como Mingueza en el campo y un centro de esto fue cabeceado por Paciencia en una gran ocasión de los vigueses. Fue la única llegada clara de los vigueses porque a partir de ese momento se entregaron a un dominio algo absurdo porque aunque acorralaron a los gaditanos fueron incapaces de generar una ocasión de peligro clara que llevarse a la boca. La defensa andaluza y el portero fueron suficientes para apagar los intentos vigueses que de repente se han visto metidos en una situación más que delicada.