Renunció a su contrato en la Iniesta Methodology en Kobe, en la que llevaba casi cuatro años, para comprometerse con Luis Campos y ejercer de coordinador deportivo del Celta. A mediados de marzo pasado se cumplió un año desde que Juan Carlos Calero abandonase Japón para trabajar para el equipo vigués. El albaceteño ha hablado para LaLiga de su experiencia en Vigo para desarrollar un “proyecto tan importante, bonito, ambicioso y con un techo muy alto, no tiene límites”, con la cantera como bandera. En la larga entrevista para el podcast ‘Arquitectos’, Calero explica el “novedoso” proyecto de Campos, con quien ya había colaborado en la etapa del luso en el Real Madrid.
Tres meses de aprendizaje
Calero explica que los tres primeros meses en Vigo los dedicó a “empaparse” del Celta y de la ciudad, “para intentar adaptar nuestra forma de trabajar a la del club”, pues considera que la fórmula del asesor externo que representa Luis Campos es “novedosa” en el fútbol español. Admite el albaceteño que el proceso de adaptación y fusión de ideas “resultó bastante fácil porque la estructura del club está bastante desarrollada”. En ese camino, califica de esencial el papel de Borja Oubiña: “Uno de los grandes valores que tiene el Celta, que ve el fútbol con una claridad increíble y lo expresa con facilidad. Fue uno de los primeros que entendió nuestro proyecto”.
La dedicación de Campos
Aunque Campos comparte asesoría externa del Celta y el PSG, Calero explica que el portugués vive “las 24 horas del día la esencia” del club vigués. “Creo que la gente ha entendido el buen trabajo que se está haciendo”, después de las suspicacias originadas en un principio. “Tengo conexión directa diaria con Luis, a través de mensajes y de llamadas, entre 10 y 12. Tenemos reuniones tanto al principio como al final del día. Además, Luis viene asiduamente a las reuniones programadas semanalmente. Lo importante es la gran confianza que tiene Luis en mi trabajo y la gente ha comprobado cómo desarrollamos las cosas”.
“Suerte” con Carvalhal
Ante la destitución de Eduardo Coudet, el Celta contrató a Carlos Carvalhal y Calero destaca “la suerte” de que el portugués estuviese disponible en esos momentos. “Es un lujo tener un entrenador como Carlos. Era conocido por Luis, una persona preparada, capacitada, no solamente a nivel futbolístico sino también humano”. Desvela el coordinador deportivo que Carvalhal, además, les ayuda “a detectar los problemas que puedan aparecer”. Además de destacar el equipo técnico que acompaña al bracarense, Calero recalca la importancia de los profesionales de casa, como Santi Castro, Bermejo, Ratkovic, Álex Andújar, Pedro Docampo, Nando Villa, fisioterapeutas o médicos para que “encajase el puzzle. Hubo ese chispazo que permite llegar a donde estamos. Es fácil impregnarse por la gente, que es el valor principal que tiene el Celta, sus profesionales y sus aficionados, que viven ese sentimiento”.
La explosión de Gabri Veiga
Subraya Calero que Gabri Veiga ya se había mostrado como gran promesa cuando ellos llegaron a Vigo: “Es un producto Celta”. Reconoce, sin embargo, que le sorprendió la rapidez con la que explotó el porriñés en Primera División. “Coudet y Carvalhal han sido valientes, lo han sabido poner en el sitio en su momento”. Al albaceteño le llama la atención de Veiga “sus ganas de aprender, de mejorar, su humildad, que igual no es la palabra, pero su inocente ambición. Es un chico extraordinario que se lo ha ganado en el día a día. Por sus características deportivas y a nivel humano, lo profesional que es le ha permitido mantener su crecimiento y la cabeza fría; nunca ha perdido la perspectiva”. Y revela que el canterano no pudo utilizar el vestuario del primer equipo en Afouteza hasta poco antes de firmar el nuevo contrato profesional y a pesar de los requerimientos de muchos de sus compañeros cuando Gabri ya era una de las estrellas de LaLiga. El club considera ‘sagrado’ ese espacio, reservado solamente para el equipo de Primera División. Los canteranos, aunque entrenen o jueguen con ellos, no pueden utilizarlo. Traspasar esa puerta es otro de los premios que esperan a las jóvenes promesas celestes cuando dan el salto definitivo al primer equipo.
Cantera por bandera
Al coordinador deportivo del Celta le llamó la atención al llegar a Vigo encontrarse un club “amante de la cantera, que la lleva por bandera”. El colaborador de Campos cree que su función es la de intentar que la cantera “tenga un valor muy grande”. Adelanta que el próximo curso crearán un “grupo élite” de canteranos próximos al primer equipo, como ahora ocurre con Miguel Rodríguez, Hugo Sotelo, Hugo Álvarez... “Llegar al fútbol profesional no es difícil, lo difícil es que se adapten, se asienten, que acaben formando parte del fútbol profesional”, sostiene.
Sistema piramidal
Calero explica que el método de Campos para estructurar una plantilla es en forma piramidal: una pirámide formada por el primer equipo y otra con el segundo. En el Celta, la cúspide de la primera, o grupo A1, la forman los canteranos consolidados en la élite, como Aspas o Mallo, en la que añade a Rubén Blanco y a Kevin “por lo que representa como ejemplo deportivo y personal” para los más jóvenes. Aidoo, Tapia, Unai o Mingueza representarían el grupo A2, como profesionales consolidados. Y el grupo A3 estaría formado por jóvenes promesas como Larsen, Williot o De la Torre. Veiga sería la cúspide de la segunda pirámide. Es un sistema en el que Luis siempre ha creído y tenemos la suerte de que el Celta, también. Ello facilitó que ambas pirámides encajasen tan rápido en Vigo, donde Calero dijo que se había realizado “alguna reestructuración de jugadores para reducir las distancias entre cantera y primer equipo y que se hable de un proyecto único, del Celta”.