El conflicto con Abel Caballero por Balaídos y, en concreto, por el estado de la grada de Marcador que el Concello ha entregado como terminada ocupó no pocos minutos de la comparecencia de Carlos Mouriño. “No podemos quedarnos callados. La grada no la podemos usar por mucho que diga el Alcalde que nos la entregó. No nos ha entregado nada, pero absolutamente nada”, lamentó el presidente céltico, que acusó al regidor de “mentir constantemente para enfrentar al Celta con sus aficionados”.

Mouriño apoyó su argumento exhibiendo una carta de LaLiga que impedía el uso de la instalación por no reunir las condiciones mínimas exigidas para su utilización. “No lo dice el Celta. Lo dice LaLiga. No está en condiciones de ser usada. Como muy pronto calculan que podría utilizarse el próximo 18 junio [una vez acabada ya la actual temporada]”.

El mandatario celeste dijo sentirse en la obligación de aclarar lo que ocurre con esta instalación cuya reforma “se inició en 2018 y después de cinco años está sin hacer y es una chapuza absoluta”.

El Concello, por boca del concejal de Obras, Javier Pardo, replicó horas después a Mouriño insistiendo en que la instalación estaba “acabada” y puede ser utilizada por el Celta en los partidos de LaLiga, ya que no necesita una licencia “aparte” para su apertura. “Todo lo que compete a la obra del Concello está acabada. Se le comunicó al Celta el 20 de febrero la puesta en marcha de Marcador, y que podría disponer de ella para el 11 de marzo para el partido liguero contra el Rayo Vallecano”, señaló el edil vigués.

La falta de condiciones para reabrir Marcador no ha sido el único motivo de enfrentamiento con el Concello por culpa de la utilización del estadio. El club se quejó de que consistorio le ha dado la callada por respuesta a los diversos requerimientos que le ha enviado para que Balaídos albergue la eliminatoria de ascenso a Segunda División en el caso de que el filial se clasifique entre los cinco primeros y que seguramente no podrá celebrarse en Vigo por coincidir con el concierto de la banda Guns and Roses.

“Nadie nos puede achacar que estemos en contra de los conciertos. Si se había comunicado que podemos jugar el play-off con el Celta B y nos pone el concierto el día que vamos a jugarlo tenemos que protestar y decir que no están apoyando al Celta”, protestó Mouriño, que lamentó que el filial tenga que jugar el play-off en Pontevedra o en Santiago. “¿La ciudad merece esto? Yo no lo creo”, manifestó.

Mouriño se quejó igualmente de que la celebración del concierto de Guns and Roses ha impedido al Celta celebrar la Copa de la Regiones al tiempo que expresó su preocupación sobre cómo va a quedar el césped, que puede verse gravemente afectado y cuya remodelación integral cifró en unos quinientos mil euros.