Entrevista | Iker Losada Atacante del Celta B

“Espero tener una segunda oportunidad”

El capitán del filial céltico representa el gran momento del equipo de Giráldez: es el máximo goleador y ha vuelto a entrenar con el primer equipo | El contrato del catoirense finaliza en junio de 2025, con los dos últimos años disfrutando de ficha del primer equipo

Iker Losada, en la ciudad deportiva de Mos

Iker Losada, en la ciudad deportiva de Mos / Alba Villar

La vida vuelve a sonreír a Iker Losada, (Catoira, 2001), después de tocar el cielo en Balaídos al marcarle un gol al Real Madrid días después de cumplir 18 años. Pero después tuvo que regresar al juvenil y transitar por el filial céltico con algún que otro altibajo. Ahora, con 21 años, es el capitán y un pilar en uno de los equipos que mejor fútbol practica en la Primera RFEF, además de figurar como el máximo goleador del Celta B, con 7 tantos y 5 asistencias. El atacante catoirense espera y confía en tener una segunda oportunidad.

–Esta semana ha sido premiado por su buena temporada: entrenó el miércoles con el primer equipo celeste. ¿Sorprendido?

–Sí. No me lo esperaba, pero estaba haciendo las cosas bien en el Celta B y creía que de un momento a otro iba a llegar una oportunidad. Ahora me siento mucho mejor.

–¿Recuerda cuánto tiempo llevaba sin entrenar con el primer equipo?

–Llevaba [lo tiene que pensar] tiempo sin ir. El año pasado no estuve en ningún entrenamiento y en el anterior, justo antes de jugar el play-off, con el Chacho, estuve esa semana con ellos.

–¿Espera repetir? ¿Qué le comentó Carvalhal?

–Me preguntó qué tal estaba y me dijo que aprovechase la oportunidad de volver a entrenar con el primer equipo. No sé si repetiré o no, pero tengo muchas ganas de volver y de tener una segunda oportunidad.

–¿Sabe si estará mañana {por hoy] de nuevo con Carvalhal?

–No, no sé nada.

–¿Ha pensado en la situación del primer equipo, que busca un atacante con gol y que si no llegase podrían recurrir a la cantera?

–No lo pensé, pero siempre estoy disponible para el primer equipo; o si me necesita el Celta B, pues ahí estaré. Tengo la misma ilusión que la primera vez que estuve con el primer equipo y si toca con el primer equipo, juegue o no, voy a dar todo por intentarlo.

–¿Recuerda la primera vez que entrenó con el primer equipo?

–Fue en la A Madroa. Estaba de entrenador Mohamed y me llamó un miércoles, que llovía a cántaros. Me acuerdo como si fuese ayer. De hecho, ayer (por el miércoles) subí a entrenar con el primer equipo y después de tanto tiempo me entró la misma ilusión, estaba hasta nervioso al principio. pero después todo fue muy bien. El trato de los compañeros ha sido muy bueno, siempre te ayudan a mejorar.

–Parece un veterano: 90 partidos con el filial y es el capitán, con 21 años. ¿Cómo lo lleva?

–El año pasado, Pampín también tenía 21 años y parecía que llevaba 40 años en Primera RFEF. Al final, se me pegó un poco el estar tranquilo como él, ayudar a todos los compañeros que suben porque al final yo estuve en la misma situación que muchos de ellos. Ese ayudar te hace madurar más a ti y lo tomas como algo positivo.

–¿Qué ha cambiado en el filial con respecto al curso pasado?

–Cambias de entrenador, que al final tira más de la cantera, y entre nosotros nos entendemos más porque llevamos mucho tiempo jugando juntos, tienes más filin. Y se nota en un club de cantera, como es éste, y con Claudio (Giráldez), que también viene de la cantera. Entonces, se promociona a más gente de casa.

–En ese caso, ¿es importante el papel de Giráldez?

–Sí, sin duda. De hecho, este es el equipo con más canteranos que conocí en el filial, pues cuando llegué había mucha gente de fuera, y con esto no estoy diciendo que sea mejor de una manera u otra y ellos no tienen la culpa, pero a mí me gusta mucho más que un club como el Celta, que tira de la cantera, juegue con muchos canteranos en el filial. Y vas a los datos y ves que la mayoría de goles los estamos metiendo los canteranos. Eso es muy importante, tanto para nosotros como para el club.

–El Celta B empezó mal el curso y ha ido mejorando hasta situarse a las puertas del play-off. ¿Cuál ha sido la clave de ese cambio?

–La clave fue tener más suerte de cara a la portería rival, ser más fuertes también mentalmente porque nos metían un gol y nos veníamos abajo. Muchos estábamos acostumbrados a tener siempre los partidos de cara en la etapa juvenil, y creo que fue la adaptación de todos a la Liga RFEF, que es una categoría muy difícil. Ahora las cosas nos van muy rodadas por el hecho de que estamos mejor, tanto defensiva como ofensivamente.

–El club incluso les ayuda con profesionales de psicología, ¿no?

–Sí. La psicóloga que tenemos este año y el que estuvo el pasado están haciendo un buen trabajo. Por ejemplo, yo tuve que trabajar mucho en ese aspecto. Al final, el trabajo que haces con el psicólogo es como el que haces en el gimnasio durante dos horas entrenando.

–¿Fue duro afrontar un estreno estelar con el Celta, marcando un gol al Real Madrid, y después pasar al olvido, incluso no siendo titular en el Celta B?

–Fue jodido para mí porque no me esperaba ni estar marcándole un gol al Real Madrid ni después volver al juvenil o no jugar en el Celta B. Son decisiones y yo no culpo a nadie. También creo que pude hacer las cosas mejor, no tenía tampoco la cabeza que tengo ahora. Si me hubiese pasado ahora eso mismo, lo afrontaría de otra manera. Al final, es madurar y creo que ahora lo estoy aprovechando.

–Renovó contrato hasta 2025. ¿Qué contempla respecto al primer equipo?

–Este año acabo la ficha con el filial y los dos siguientes ya son con el primer equipo.

–Cuenta con dos circunstancias muy célticas: es de Catoira, como Sergio Álvarez, y nació un 1 de agosto, en la misma fecha que Iago Aspas.

–Son casualidades de la vida. Ojalá pueda tener la trayectoria que han tenido ellos en el Celta. Sí he pensado en esas dos coincidencias, sobre todo la de Sergio, que siempre me decía: mira, somos dos de Catoira. Y me decía que había que llevar a Catoira hasta lo más alto. Por Catoira, lo que sea. Y con Iago, no tenemos que ver nada el uno con el otro: él es dios aquí y yo soy un intento de llegar ahí.

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