Duelo de excélticos en Qatar

Luis Enrique Martínez y Sofiane Boufal coincidirán el martes en el España-Marruecos tras el paso de ambos por el equipo vigués | Españoles y marroquíes empataron (2-2) en el Mundial de Rusia tras un gol del céltico Iago Aspas en el descuento y la revisión del VAR

Iago Aspas marca un gol de espuela ante Marruecos
en el Mundial de Rusia.   | // GONZALO FUENTES

Iago Aspas marca un gol de espuela ante Marruecos en el Mundial de Rusia. | // GONZALO FUENTES / J. conde

Como hace cuatro años en Rusia, las selecciones de España y Marruecos vuelven a cruzarse en un Mundial de fútbol. Aquel partido correspondía a la fase de grupos y concluyó con empate (2-2) después de que Iago Aspas anotase en el descuento un espectacular tanto de espuela que el VAR dejó en suspenso durante unos minutos. El próximo martes en Catar (16 horas), Luis Enrique Martínez y Sofiane Boufal protagonizarán un duelo de excélticos. En la selección africana también figuran el preparador físico vigués Eduardo Domínguez (que también pasó por el Celta) y el recuperador redondelano Juan Solla. En juego estará el pase a los cuartos de final de la Copa del Mundo.

La Roja llega herida a esta cita de octavos de final tras dejar una mala imagen y caer el jueves ante Japón (2-1), lo que le privó del liderato del grupo E. Los Leones del Atlas, por su parte, se presentan a la cita invictos y con un único gol en contra (en propia puerta), dominando en un grupo F, en el que tuvieron como rivales a Croacia, Bélgica y Canadá.

Por segunda vez en su historia, Marruecos supera la fase de grupos con un equipo en el que destacan el portero Bono (Sevilla), el atacante Ziyech (Chelsea), los laterales Achraf (PSG) y Mazraoui (Bayern), el centrocampista Sofyan Amrabat (Fiorentina) y el delantero centro En-Nesyri (Sevilla).

Aunque ocupe el puesto 22º en el ranking de la FIFA, el equipo que entrena Walid Regragui (exjugador del Racing de Santander) fue capaz de plantarle cara en Catar a dos semifinalistas en Rusia para llenar de alegría a los miles de paisanos que le siguen en este campeonato.

Repite así Marruecos el éxito alcanzado en 1986 en México. Lo rozó hace cuatro años, pero al equipo norteafricano se le cruzó en el camino el céltico Iago Aspas. El 25 de junio de 2018, el moañés sustituyó a Diego Costa faltando un cuarto de hora para el final del partido. Minutos después, En-Nesyri ponía por delante en el marcador a los Leones del Atlas, que ya habían quedado sin opciones de alcanzar la siguiente ronda. Aspas, sin embargo, se guardaba una genialidad. En el minuto 91 buscó un centro desde la derecha. El balón iba hacia su cuerpo. El moañés se giró para tocar la pelota de espuela y engañó al portero Munir El Kajoui. Gracias a ese tanto del delantero del Celta y el fallo de Cristiano Ronaldo desde el punto de penalti, España se clasificaba como primera de grupo y Portugal, segunda. El equipo marroquí se despedía de la cita mundialista con un solo punto, tras una Irán que le había ganado por la mínima, como los portugueses.

En-Nesyri y Boufal.

En-Nesyri y Boufal. / MARKO DJURICA

Cuatro años y medio después, la derrota de España ante Japón y el triunfo de Marruecos sobre Canadá llevan a que se repita el duelo de Kaliningrado, pero sin el héroe gallego de aquella tarde en Rusia.

El seleccionador de España, que entrenó al Celta en la temporada 2013-14, no ha querido contar para este torneo con un Iago Aspas que se mantiene como el mejor artillero español de LaLiga en las últimas temporadas. Aspas no tendrá oportunidad de saludar en esta ocasión a quien tuvo como compañero en Balaídos, a un Sofiane Boufal que llegó a Vigo en el verano de 2018, cedido por el Southampton. El atacante marroquí nacido en París disputó 35 partidos y anotó 3 goles con la celeste antes de regresar a Inglaterra. Con 29 años, Boufal juega de nuevo en el Angers francés y es titular con Los Leones del Atlas, con los que el martes vivirá un duelo de excélticos.

Los mecánicos de una gesta histórica

La preparación física de Edu Domínguez y Juan Solla, clave en el éxito marroquí

“A ver...”, sudaba Eduardo Domínguez en una reciente entrevista en la Radio Galega. Le habían preguntado cómo viviría una eliminatoria entre España y Marruecos. “É difícil de responder (...) Que gañe Marrocos, claro”. El preparador físico vigués se pronunciaba sobre una vaga hipótesis. El combinado marroquí aún tenía que lograr la segunda clasificación de su historia para octavos. España parecía lanzada hacia el primer puesto de su grupo. La tercera jornada, en su reparto de gestas y disgustos, ha concretado lo improbable.

Domínguez no tendrá que hablar ahora sobre lo que ya es un duelo inminente. La federación marroquí ha decidido proteger de escenificaciones incómodas a todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico con militancia en la Liga o pasaporte español. No harán declaraciones.

Cualquier detalle importa en el empeño de seguir internándose en el territorio de los sueños. Para los anales ya queda la colaboración gallega en este logro. A Edu Domínguez, actor en el Celta más glorioso, el de las seis clasificaciones europeas consecutivas con Irureta, Víctor y Lotina, lo contrató Walid Regragui a comienzos de septiembre, tras el abrupto divorcio entre los dirigentes y el anterior seleccionador, Vahid Halilhodžil. Domínguez dispuso de autonomía para gestionar su parcela. Y decidió contar con el redondelano Juan Solla, miembro habitual del cuerpo técnico de Javi Gracia. Juntos han engrasado la 

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