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Campos: “Hay mejor plantilla que el año pasado”

El asesor deportivo celeste echa de menos un jugador de banda desequilibrante, pero precisa que solo ficharán en enero si consiguen darle salida a Denis Suárez

Luis Campos, durante su comparecencia de ayer en el Salón Regio de A Sede. | // MARTA G. BREA

“Creo en este proyecto, me gustaría estar aquí muchos años”. Con esta frase ha sintetizado en pocas palabras Luis Campos el propósito con el que ha asumido el reto de diseñar el Celta del centenario. Cinco meses después de ser anunciada su incorporación al club como asesor deportivo externo, el cazatalentos luso compareció ayer en el Salón Regio de A Sede para explicar al detalle su método de trabajo, hablar de la configuración de la plantilla y de los planes del club en la inminente reapertura invernal del mercado, además de dar explicaciones sobre la “difícil decisión” de despedir a Eduardo Coudet y la posterior contratación de Carlos Carvalhal, cuyo fichaje calificó como una “oportunidad espectacular” pare el Celta. Campos señaló que, pese a las dificultades con el “timing”, el club ha cumplido al 90 o 95 por ciento su objetivo en la amplia remodelación del equipo acometida en el mercado estival para “refrescar el plantel” y “construir un equipo no solo para hoy, sino para mañana”. El arquitecto del nuevo Celta cree que el club dispone de “mejor plantel” que el pasado curso, aunque echa de menos la contratación de un futbolista “creativo de banda, fuerte en el uno contra uno, capaz de dar variables al equipo y aportar soluciones individuales”. El Celta tratará de encontrar este jugador en enero, aunque el nuevo director deportivo celeste anticipó que no le gusta el mercado de invierno y que la contratación de este “jugador diferente” solo será posible si el Celta consigue dar salida a Denis Suárez. Fiche o no fiche, Luis Campos destacó la “calidad” del actual plantel y se mostró convencido de que el equipo no tendrá problemas para mantener la categoría de forma holgada. “Si no fuese optimista, no estaría aquí. Estoy aquí para pelear por el Celta”, proclamó.

La elección del Celta.

Campos explicó que la decisión de incorporarse al Celta como asesor deportivo externo se debió a una combinación de diversos factores: emocionales, por su vinculación desde la infancia con la ciudad de Vigo y el Celta; profesionales, porque le “encanta” LaLiga; y de gestión, por coincidir con el club en una “visión empresarial” del fútbol con una gestión “bien estructurada y pensada”, que tildó de “ejemplar”. “Había que aprovechar la oportunidad de trabajar en un club que tiene un futuro brillante por delante”, confesó.

La configuración del plantel.

El arquitecto del nuevo Celta expuso que la remodelación de la plantilla se realizó en “un contexto complicado” por la obligación de ajustarse al fair play financiero. “El Celta ha tratado de construir un equipo no solo para hoy, sino también para mañana. Había que hacer cambios importantes. Nos esforzamos muchísimo, aunque teníamos la esperanza de que los timings [plazos] fuesen mejores”, comentó Campos, que pidió tiempo para evaluar los resultados: “No se construye un equipo en un día. La experiencia me dice que hay que trabajar. El equipo está mejorando, pero tiene los altibajos normales en un equipo joven. Empezó muy bien, tuvo un bajón y esperamos que vuelva a subir y mantenerse más tiempo sin bajón”. Lo único que Campos echa en falta en el plantel es un futbolista “capaz de aportar soluciones individuales en ataque, fuerte en el uno contra uno cuando el equipo se enfrenta a bloques bajos”, un jugador, en suma, que “se mueva por las bandas, cerca del atacante, distinto de lo que hoy existe y que aporte variables distintas de las que tenemos”. La imposibilidad de dar salida de Denis impidió su contratación el pasado verano.

Mejor plantilla.

El arquitecto del nuevo plantel considera, pese a los discretos resultados obtenidos en el primer tercio de competición, que el Celta tiene mejores mimbres que el pasado curso. “Creo que tenemos mejor plantilla. Perdimos a un jugador importante, que es Brais, pero en términos generales tenemos más calidad y soluciones que el año pasado. Pero todo necesita su tiempo de adaptación, de maduración y, en algunos casos, de oportunidad”, consideró. “Soy positivo. Creo mucho en el trabajo que estamos desarrollando”, remachó.

El mercado invernal.

La posibilidad de fichar a este jugador que falta en enero, un mercado del que Luis Campos no es partidario y al que solo recurre en “casos excepcionales”, volverá a estar supeditada a la salida del salcedense. “Denis ha hecho su historia en Vigo, es un buen jugador, pero se tomó la decisión de club que hay que respetar. Pienso que tendrá, como ha tenido [en verano], soluciones en el mercado de invierno”, dijo. No se contemplan más bajas que las de Denis, si el Celta consigue encontrarle destino. “Denis es un jugador con un salario muy importante, no lo podemos olvidar. Su salida permitirá o hará la vida más fácil al club para traer a ese jugador de perfil distinto”, observó.

El despido de Coudet.

Luis Campos reconoció su “admiración” hacia el trabajo desempeñado por Eduardo Coudet, con el que, ha dicho, tuvo “buena sintonía” en el tiempo que compartieron responsabilidades. “Ha sido un gran placer trabajar con el Chacho. Me encanta su fútbol, su forma de jugar, pero el contexto de la pretemporada generó mucha tensión”, desveló el responsable deportivo, que precisó: “El contexto no se volvió fácil. El equipo empezó bien, pero tuvo un bajón y entendimos que tenía que sufrir un cambio. Tomamos una decisión difícil, pero creo que ha sido la mejor decisión”.

El fichaje de Carvalhal.

El director deportivo celeste calificó el fichaje de su compatriota Carlos Carvalhal como “una oportunidad espectacular” que ha permitido al Celta hacerse con los servicios de “un entrenador que ha sido referencia” en el fútbol portugués. “Ha sido una decisión muy bien ponderada por el club. Es una decisión que duele por el Chacho, pero era el momento de cambiar. Esto es el fútbol. Estaba libre y muy contentos con la llegada de Carvalhal”, aseguró.

La cantera.

Luis Campos se propone reforzar el proyecto de cantera que ha distinguido en los últimos años al Celta. “Es algo que no queremos perder, que queremos incentivar y mejorar. La idea es hacer llegar arriba a los mejores y, de ser posible, en gran cantidad. El club invierte mucho en cantera y el trabajo es de calidad”, anunció.

Swedberg y de la Torre.

El asesor deportivo externo del Celta admitió que esperaba que tanto el atacante sueco como el internacional estadounidense hubiesen tenido más oportunidades. El fichaje de ambos responde a su método de trabajo. “Un club como el Celta debe tener siempre jugadores, no solo formados en el club, también jugadores que su scouting tuvo capacidad de encontrar y desarrollar y, más tarde, quién sabe, de vender por precios muy superiores, lo que le permitirá comprar mejor al año siguiente”, estableció. “Ha sido mi método en el Mónaco. Cuando se venden jugadores jóvenes es para construir equipos más fuertes al año siguiente. Esa es mi perspectiva”, agregó Campos, que no alberga dudas sobre la idoneidad de su contratación: “No estoy preocupado. Sé que existe mucha calidad de su parte y los jugadores llegarán a su nivel y justificarán su llegada al club”.

La función de asesor externo.

Luis Campos dedicó algún tiempo en su comparecencia a explicar la figura de asesor externo. “Llevo muchos años trabajando así, es mi método de trabajo, mi forma de estar en el fútbol”, relató. Esta visión del fútbol se sustenta “en una visión externa, no intoxicada por la emoción, que luego será llevada a discusión. Escucho mucho a los entrenadores y a la dirección. A partir de ahí, con mucho estudio, doy mi opinión. Dicen que soy frío, pero esta visión externa me ha dado buenos resultados”, subrayó. Esta filosofía de trabajo le permite trabajar para más de un club. Su labor en el Celta, recalcó, no es en absoluto incompatible con el que realiza para el poderoso PSG, pues ambos clubes “compiten en ligas diferentes, tienen distintas escalas salariales y se mueven en diferentes nichos de mercado”.

Proyecto a largo plazo.

Luis Campos quiere prolongar su relación con el Celta en el tiempo. “Creo en este proyecto y será un placer mantenerme muchos años aquí, pero dependemos de los resultados. Si ganamos, seremos mejores y todo será más fácil”, manifestó el responsable deportivo, a quien le complace el calificativo de arquitecto. “La visión del arquitecto es muy importante. Cuando el presidente [Mouriño] y Antonio [Chaves] hablaron conmigo, me pidieron construir algo con ellos y ayudar al Celta a ser una casa mejor. Todos tenemos una visión progresiva del club”, indicó. “La casa se está construyendo de una forma bien elaborada, con Juan Carlos [Calero] acompañado de un club bien estructurado y gente muy dedicada. Esto facilitó mi decisión. Soy positivo y me gustaría continuar muchos años”, apostilló.

Gabri Veiga.

Luis Campos expresó su convencimiento de que Gabri Veiga puede convertirse en un jugador de primer nivel futbolístico internacional. “Cuando lo vio en Barreiro me encantó. Es un jugador que tiene don, algo con lo que se nace, y talento, que se trabaja todos los días. Ha tenido una respuesta rápida, lo veo centrado y puede ser un jugador de alta élite mundial. Puede ser un jugador más caro de Brais, pero tiene trabajo por delante”, puntualizó. El director deportivo no solo pronostica un gran futuro para el centrocampista porriñés. A su juicio, otros dos jóvenes o tres canteranos que no nombró pueden ofrecer un gran rendimiento en el primer equipo en pocos años.

El plan de Luis

Una rueda de prensa que arranca con el entrenador regalándole a las nueve de la mañana una botella de vino al presidente y al director deportivo solo puede ir a peor. Es como esas películas que arrancan con su mejor escena, que madruga demasiado la expectativa. Recuerdo siempre en estos casos “Muerto al llegar”, aquel mediocre thriller de finales de los ochenta en el que Dennis Quaid entra en una comisaría para denunciar su propio asesinato. Ya sabes que a partir de ahí nada mejorará. En eso pensaba mientras Mouriño observaba sorprendido la botella de vino y le prometía a Carvalhal estampar su cara en una etiqueta en caso de que sea él quien tire aquella puñetera puerta que se quedó bailando en Old Trafford.

Pero entonces entró en escena Luis Campos y la trama se mantuvo. Arrancó tirando de un clásico emocional que los portugueses saben explotar. Ese camino lo estrenó Miguel Cardoso cuando dijo que venía a Vigo con los colegas a auditar los locales de la calle Areal. Le siguió Carvalhal al relatar sus desplazamientos para ver jugar a Mostovoi y ahora Campos cerró el círculo con sus días de compras en El Corte Inglés. Pero más allá de ese detalle, Luis Campos hizo –con bastante retraso– lo que se le pedía desde hace tiempo: que le explicase a los aficionados qué casa quiere construir en el Celta. Lo hizo de forma didáctica (especialmente en aquella parte en la que relató cómo entiende su función y el beneficio de tener una visión “alejada” del día a día del club), asumiendo las decisiones tomadas en los últimos meses, respaldando la filosofía impuesta en el club, pidiendo tiempo para que las cosas comiencen a fluir y recordando esa verdad incómoda para muchos tuiteros que es el necesario ajuste económico que condiciona sus decisiones. Campos se equivocará o acertará –la infalibilidad no existe en este deporte– pero trasmite serenidad en un mundo cada vez más alocado y donde los juicios finales se suceden semana tras semana. Parece el soldado que comienza a escuchar los silbidos de las balas después de vivir mil guerras y está convencido de que acabará en pie. Luis dice que tiene un plan y, llegado este punto, yo prefiero creer. Ya habrá tiempo para encabronarse y para lanzarnos las botellas de vino a la cabeza.

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