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Perder identidad para ganar tiempo

Carvalhal zanja la sangría del Celta con una defensa numantina | Dispone de 6 semanas para darle otra identidad al equipo

Kevin golpea el balón durante el partido de ayer. Efe

Los números del Celta en las últimas jornadas (1 puntos de 18 disputados) obligaban a Carlos Carvalhal a buscar cambios que acabasen además con la sangría de goles en contra (26 en trece jornadas) que han metido al equipo vigués en los puestos de descenso. Y el técnico portugués recién llegado a Vigo tomó una decisión radical y alejada del ideario con que se presentó como sustituto de Coudet: acudió a Vallecas con un once muy conservador (cinco defensas, con Tapia de pivote) y con una idea futbolística en la antípodas de su antecesor: juego de contención y balones largos para aprovechar la velocidad de Carles Pérez. De la noche a la mañana, el Celta mudaba de piel para convertirse en un equipo más físico, más conservador, más contundente, más directo. Por primera vez en mucho tiempo, el conjunto celeste renunciaba a su estilo para acomodarse a las exigencias del momento y a las características del rival. Y Carvalhal logró así parte del objetivo. Su equipo sumó un punto que le permite salir del hoyo y marcharse de vacaciones con una buena dosis de autoestima para afrontar en enero lo que resta de campeonato. Con seis semanas por delante para preparar el siguiente compromiso liguero (el Sevilla visita Balaídos el 31 de diciembre), el entrenador portugués tendrá tiempo suficiente para aplicar sus métodos y su plan de juego.

Cuatro cambios en el once

Ayer, después de mucho tiempo, la pelota dejaba de ser la protagonista del juego celeste con apenas cuatro cambios en el once titular: Aspas, Larsen, Beltrán y Óscar Rodríguez desaparecían del equipo que el sábado había caído contra Osasuna. La ausencia de Aspas estaba justificada por unas molestias físicas. Larsen, que tampoco entraba en el plan inicial en Vallecas, se caía a última hora de la convocatoria por un proceso de gastroenteritis. Beltrán y Óscar se quedaban en el banquillo por decisión técnica. Carvalhal apostaba ayer por un centro del campo más físico e incluía al canterano Gabri Veiga en la zona de creación. Aunque una de las sorpresas en el once céltico era la presencia de Kevin Vázquez, que se estrenaba en este campeonato. Paciencia y Tapia recuperaban la titularidad perdida con Coudet. Aunque más que las piezas, la modificación más importante se producía en el dibujo táctico, pues el Celta salía al césped de Vallecas con cinco defensas, dos mediocentros y tres atacantes.

Solución inmediata

El resultado fue inmediato para los intereses de un Celta que afrontaba un partido muy complicado ante un Rayo Vallecano que había encadenado tres victorias y cinco jornadas sin perder. La defensa numantina del Celta impidió que el Rayo marcase en su primer disparo a la portería de Marchesín. El guardameta argentino detuvo el disparo de Isis Palazón. El plan de Carvalhal daba los primeros frutos y el Celta se iba al descanso sin haber sufrido más agobios en su área. Con este plan, Tapia recuperaba el protagonismo que tuvo en su primer año como céltico. No solo destruía, también generaba ocasiones, como el balón que le sirvió en largo a Carles Pérez. El catalán ganaba la carrera a Catena y en el mano a mano con Dimitrievsk estuvo a punto de abrir el marcador.

Aspas en la recámara

Con dos días más de descanso en las piernas que el rival, el Celta afrontaba el segundo tiempo con el duelo abierto, a la espera de encontrar la ocasión que le mandase fuera de las plazas de descenso. Carvalhal, además, se guardaba el comodín de Aspas para que el moañés encontrase, en los minutos que le concediese en la recta final, una ocasión para rematar la faena.

Portería a cero

A pesar de que el Rayo Vallecano apretó más en la segunda mitad, el Celta mantuvo la disciplina y el orden para evitar encajar goles por primera vez en un mes, desde su triunfo por la mínima ante el Betis. Cuando Iraola dio entrada a Trejo y a Camello, a los que reservó tras el gran desgaste frente al Real Madrid, los célticos sufrieron en su área. Pero Marchesín contribuyó a que su equipo saliese invicto de Vallecas tras una gran intervención a remate de cabeza de Lejeune.

Alternativas tácticas

En el carrusel de cambios, Carvalhal decidió modificar el dibujo. Dio entrada al joven Pablo Durán (dejó detalles interesantes el joven de Tomiño) por un Kevin que cumplió. Con la defensa de cuatro y con la irrupción de Beltrán y de Óscar Rodríguez en el centro del campo, el Celta recuperó algo de su identidad. Dominó y se asomó a la portería rival en busca de gol del triunfo sin disponer de ocasiones tan claras como la Carles Pérez en la primera mitad. Carvalhal demostraba así el poder de adaptación para salvar una preocupante situación deportiva del Celta, además de capacidad para manejar los recursos en busca de un resultado positivo que a su equipo se le resistía en las últimas jornadas. Este empate sabía mejor que el logrado en casa ante el Getafe por su antecesor. Alcanzado el primer objetivo de parar la sangría de goles en contra, ahora hay que ver cómo el Celta alcanza los resultados y el juego esperados.

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