Raúl Blanco, contra Raúl González Blanco

Celta B y Real Madrid Castilla disputan esta tarde (17.00) el duelo de filiales del grupo I de Primera Federación. Será en Balaídos, como Claudio Giráldez y sus discípulos tanto han deseado, salvo que las inundaciones de la zona de Tribuna obliguen a modificar el escenario.

Como corresponde a su naturaleza, Celta B y Real Madrid Castilla oponen las plantillas más jóvenes. Es el único encuentro de liga regular en que su rival imita sus características en pecados y virtudes: atrevimiento e ingenuidad, talento técnico y ternura física. Los demás filiales (Real Sociedad B, Osasuna B, Barcelona Athletic Club B) cohabitan en el grupo II. Por encima de ellos, en Segunda, solo el Villarreal B.

Un resumen que ensalza el mérito del Celta B ahora que ha cambiado su enfoque: de la plantilla madura que buscó la mejor ubicación en la reconfiguración de categorías a esta más imberbe y estrictamente canterana. Y como consecuencia lógica, el candidato a la fase de ascenso se centra ahora en la permanencia. Los de Giráldez se han sentido reforzados por su victoria en casa del potente Linares. Necesitan esa autoestima. El Castilla llega al borde del play off tras batir al Deportivo. Los cachorros merengues persisten en su candidatura al ascenso bajo la batuta de Raúl González Blanco.

En Vigo espera un Raúl Blanco sin González entre medias, el céltico más en racha. Ha marcado consecutivamente a Linense, Mérida, Pontevedra y Linares. “Sí que é sorprende para min pero o fútbol son rachas, eu estou atravesando unha delas e hai que aproveitala ó máximo. As primeiras xornadas costou un pouco máis adaptarnos ós rivais e ó contexto dos partidos. Nos últimos catro partidos merecemos a vitoria”, sostiene el morracense.

”Vai ser moi complicado porque eles teñen moito talento, sobre todo arriba”, comenta sobre el partido de hoy. “Estamos capacitados para facelo o mellor posible, sobre todo en Balaidos, que é onde queremos xogar”.

Claudio Giráldez no podrá contar con Carlos Domínguez, Coke y Pablo Durán, además de Veiga, a los que Coudet se ha llevado a Almería.