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El agujero negro del Celta

Las declaraciones de Iago Aspas reconociendo que no puede ser quien inicia la jugada y la acaba, pone de manifiesto los problemas que el equipo de Coudet tiene en la zona de creación

Iago Aspas conduce la pelota durante el partido del lunes. // RICARDO GROBAS

Es una evidencia desde hace semanas que el Celta –su alineación– responde muy bien a la hora de recuperar la pelota, pero falla a la hora de convertir esas posesiones en situaciones de peligro para la portería rival. Falta brillantez en esa zona del campo, la que debe abastecer a Larsen y Aspas, la que debe convertir una aproximación en algo más dañino.

Es algo que se hizo más evidente que nunca en el partido ante el Getafe y su mejor termómetro, el partido firmado por Iago Aspas. El moañés es habitual que escape en ocasiones del área, que alborote con su movilidad y busque soluciones donde nadie le espera. Pero ante los madrileños fue una constante. El mapa de calor de Iago Aspas pone de manifiesto que el delantero moañés se pasó demasiado tiempo lejos de la portería rival, que participaba de forma descarada en la construcción del juego y sobre todo en la búsqueda de ese pase o esa combinación que pudiese sacar al equipo de su bloqueo. El delantero moañés, que es transparente en casi todo lo que hace, lo explicó de forma elocuente a la conclusión del partido frente a los madrileños. “Yo no puedo ser papá y má má al mismo tiempo. No puedo ser el que inicia la jugada, el que da el pase y llega a rematar”, dijo aún caliente sobre el terreno de juego. Iago, en su ataque de sinceridad, ponía de manifiesto un problema evidente y es la falta de creatividad en una zona determinada del juego. En su argumentación incluía también una puntualización y es que desde su punto de vista la plantilla “ha perdido calidad con respecto a la temporada pasada”. Muchos han querido interpretar esa frase como un recado a la directiva sobre la ausencia de Denis Suárez (uno de los futbolistas que deberían moverse por ese sector) debido al enfrentamiento del salcedense con el club. Al margen de la idea que Iago pueda tener sobre la situación de su compañero, lo más probable es que ese mensaje tuviese que ver con lo mucho que está echando de menos la figura de Brais Méndez, futbolista que efectivamente generaba fútbol, encontraba espacios, pases y llegada al área también para acabar las jugadas. Y casi siempre arrancando desde la zona que Iago anduvo sobrevolando toda la noche.

El recurrente alejamiento de Iago de la portería rival tiene más consecuencias negativas como el hecho de aislar aún más a Larsen (que está jugando muy bien fuera del área, pero a quien el equipo aún no ha sido capaz de encontrar en los últimos metros) y empujar al equipo con insistencia a buscar los remates desde fuera del área como único camino sin que por el momento haya cambiado la vida del Celta. La prueba fue que el lunes más del setenta por ciento de los disparos que hizo el equipo contra el Getafe (que fueron diecisiete) se hicieron desde fuera del área sin que Soria se haya visto exigido en ninguno de ellos.

Urgen reflexiones y soluciones en un equipo en el que Iago Aspas asume que está tratando de tapar algunas carencias del equipo y donde Carles Pérez recuerda que a él se le fichó para ser delantero y no para defender. La prueba de que Coudet aún tiene demasiadas cosas que ajustar en este equipo.

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