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Una madrugadora prueba de altura

El Celta buscará ante el campeón de Europa un triunfo que le ayude a arrancar en este inicio de Liga y acelere los procesos en el equipo de Coudet | Generar situaciones para Iago Aspas, fundamental

Un momento del entrenamiento de ayer del Celta. // RCCELTA

No tarda en llegarle al Celta la primera prueba “grande”, uno de esos partidos que resta como cualquier otro en caso de mal resultado, pero que aporta mucho más en el supuesto de que la noche acabe con una sonrisa en la cara. La visita del campeón de Europa a Balaídos le llega al equipo de Coudet con la maquinaria a medio engrasar y con una parte de sus incorporaciones asumiendo aún las particularidades del sistema y el método del técnico argentino. En ese sentido la visita de un equipo como el Real Madrid supone una dificultad extra –el conjunto blanco es todo lo contrario al Celta ya que es el único equipo de Primera División que no ha tocado su estructura y tiene completamente automatizados casi todos sus movimientos– pero también un aliciente. El triunfo, o un buen resultado dando una gran imagen, podría ayudar a acelerar los procesos porque serviría de reafirmación para el Celta en este arranque liguero siempre lleno de dificultades.

El Real Madrid sabe que Balaídos, aunque no haya perdido en Vigo desde 2014, nunca es una plaza sencilla. La temporada pasada sumaron en el estadio de Fragoso un triunfo en un momento clave de la temporada pero en el que el Celta, pese a no redondear la temporada, le llenó el campo de problemas. Fue la tarde de los tres penaltis señalados a favor de los blancos, pero también la prueba de que el estilo del Celta, cuando se ejecuta con acierto, supone una dificultad importante incluso para el campeón de Europa. El problema es que los de Coudet deben ajustar aspectos del juego como la presión en un tiempo muy corto y con futbolistas como Oscar Rodríguez o tal vez Carles Pérez –si finalmente decide darle entrada al catalán en la banda derecha del medio del campo– a los que faltan horas de juego a las órdenes de Coudet. Un error en la presión, una carrera que no se hace o un instante en el que se baja la intensidad contra un equipo como el Real Madrid podría tener consecuencias horribles. Por eso el técnico maneja la posibilidad de incluir en el equipo a Renato Tapia, que le garantiza un extra de energía en la pelea del medio del campo. Esa es una de las soluciones que puede adoptar de cara al duelo de mañana. La otra, fundamental, será generarle situaciones de peligro a Iago Aspas. Un clásico que cobra mayor importancia ante una de las mejores defensas de la Liga española –potenciada además con la llegada de más alternativas a esa línea como es el caso de Rudiger–. Si el Celta mejora la velocidad de la pelota y es capaz de abastecer al moañés es probable que las acciones de los vigueses se disparen para asaltar un reto muy especial para el equipo y también para Iago Aspas que no ha sido capaz nunca de marcarle un gol a Thibaut Courtois. Mañana tratará de estrenarse y que, de paso, Coudet sume su primer triunfo ante un Real Madrid con el que ha perdido las cuatro veces en las que se ha enfrentado como entrenador del Celta.

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