El Celta ha perdido esencia. Con la venta de Brais Méndez a la Real Sociedad y los descartes de Santi Mina y Denis Suárez, el conjunto celeste ha visto reducida la presencia de los jugadores de la casa a la mínima expresión. El estreno liguero del pasado sábado ante el Espanyol es un vivo ejemplo del proceso de desnaturalización de la cantera que el equipo ha sufrido esta temporada. Frente al conjunto ‘perico’ solo dos futbolistas formados en la casa estaban en el once: Hugo Mallo y Iago Aspas.

Aunque el peso específico de ambos (especialmente del moañés) es indiscutible, lo cierto es que hacía más de una década que el once titular del Celta no tenía tan exigua representación de la casa.

Para encontrar un precedente semejante, hay que remontarse casi 12 años, concretamente al 7 de noviembre de 2010, en Segunda División. Fue en Balaídos, frente al Betis, con Paco Herrera al mando. En la temporada anterior, de la mano de Eusebio Sacristán, el club celeste había iniciado un cambio de rumbo introspectivo marcado por una decidida apuesta por el talento propio y menos fichajes y de mayor calidad. El giro canterano de Carlos Mouriño que tan espectaculares réditos ha proporcionado en estos años al Celta, comenzaba a cobrar fuerza.

Pero en aquel partido Herrera optó por alienar de partida a solo dos canteranos: Hugo Mallo, que ya por aquel entonces comenzaba a ganarse sus galones, y Jonathan Vila, último superviviente de A Madroa de los tiempos en Primera División de Fernando Vázquez. En el banquillo estaban Yoel Rodríguez, Andrés Túñez, Dani Abalo y Iago Aspas (por aquel entonces un actor secundario), aunque solo el centrocampista arousano tuvo minutos en el partido.

Si la presencia de solo dos canteranos era poco habitual entonces, con el equipo en categoría de plata, se hace todavía más extraña ahora, tras casi una década en Primera División en la que la representación de la casa ha sido la principal seña de identidad y orgullo del equipo celeste.

A lo largo de la última década, los canteranos han representado entre el 40 y el 60 por ciento del once celeste y el protagonismo propio creció exponencialmente en el equipo titular con el retorno de Denis y Santi Mina.

Pero la venta de Brais, el conflicto entre Denis Suárez y el presidente y la condena por abusos sexuales a Santi Mina, sumados a la cesión de Rubén (que ya había perdido la titularidad el pasado curso) al Olympique de Marsella, han dejado a Mallo y Iago solos. Kevin e Iván Villar desfilan en segundo plano y Carlos Domínguez y Gabri Veiga prometen, pero aún no se han consolidado.