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El Celta gana el pulso a la Roma

Carles Pérez llega a Vigo cedido y sin la compra obligatoria que el club italiano pretendía imponer, circunstancia que retrasó en exceso el fin de la operación | El Celta podrá comprarlo el próximo verano por diez millones

Carles Pérez, ayer a su llegada al aeropuerto de Lavacolla en Santiago. // OSCAR CORRAL

El Celta le ganó finalmente el pulso a la Roma por la cesión de Carles Pérez. Durante casi dos semanas, con el acuerdo con el futbolista cerrado, los dos clubes se enzarzaron en una dura negociación que tenía como principal objeto determinar si después del año de cesión el Celta tendría la obligación de comprar al atacante catalán o no. Ese es el motivo por el que Carles Pérez, con la maleta hecha, ha tenido que aplazar su viaje a Vigo hasta ayer en que por fin llegó a la ciudad en la que va a vivir los próximos meses.

El atacante llegó para firmar el contrato con el Celta, cumplir con los trámites burocráticos y unirse con suerte al entrenamiento previsto para la tarde junto a sus nuevos compañeros. Tarea urgente porque Carles Pérez es una de las piezas que más necesitaba el equipo dadas sus características y por la que suspiraba Coudet.

El domingo por la noche Celta y Roma le dieron las últimas puntadas al acuerdo que no incluirá compra obligatoria como era la intención del Celta. A cambio, la opción de compra será algo más alta de lo que deseaban los vigueses y estará en torno a los diez millones de euros. Durante la negociación la cifra bailó entre los ocho millones que proponía el Celta y los doce que reclamaba la Roma que ha demostrado en estas dos semanas ser un duro negociador. A cambio los vigueses pagan un millón por la cesión de esta temporada.

El equipo “gialloroso” ya evitó que Carles Pérez participase el domingo en la presentación del equipo ante sus aficionados y a media tarde de ayer se hizo oficial el acuerdo entre los dos clubes.

En todo este proceso ha sido esencial la complicidad de Carles Pérez que hace semanas se comprometió con el Celta y no se movió un metro de lo que había acordado con el club vigués. Pese a que su agente siguió recibiendo llamadas y propuestas, el futbolista siempre insistió en que no quería ir a otro lugar que no fuese Vigo. Luis Campos también transmitió al Celta durante este tiempo y cuando la Roma se enrocaba con la compra obligatoria que no se preocupasen y que debían tener paciencia porque acabarían por ceder. Los italianos, como buena parte de los clubes europeos, también necesitaba liberar espacio en su vestuario. Por razones económicas, pero también deportivas esa puerta acabaría por abrirse.

El de Granollers había llamado poderosamente la atención en los diez partidos que había jugado en el Barcelona y eso le llevó a Italia donde su participación ha sido algo intermitente. Diecisiete partidos en la primera temporada, treinta en la segunda (la mejor de todas) y veintiocho en la tercera. En este último ejercicio le ha tocado lidiar con Jose Mourinho como entrenador. Con él las cosas no han sido tan sencillas como con sus predecesores pero aún así el catalán ha tenido una notable presencia en un equipo que cerró la temporada ganando la Conference League.

Pero consciente de que con el técnico de Setúbal no lo tenía demasiado sencillo en el futuro, Carles Pérez comenzó a plantearse una salida de la Roma. Y mucho más tras conocer que el club “gialloroso” tenía la intención de fichar a Dybala –se cerró hace un par de semanas– que le limitaría por completo sus posibilidades de disfrutar de minutos. La llamada de Luis Campos le convenció para unir sus pasos a los del Celta. Los vigueses eran un buen destino para un jugador que deseaba regresar a la Liga española tras la experiencia de tres años en el calcio. Para el proyecto liderado por Coudet la llegada de Carles Pérez es muy importante. Se supone que le ubicará en la banda derecha (podría hacerlo en la izquierda e incluso ejercer de segundo punta) con el fin de aprovechar su explosividad que es posiblemente su condición más llamativa y la que le convierte en un elemento extraño en una plantilla sin futbolistas que desarmen al rival en el uno contra uno y con demasiada gente acostumbrada a jugar siempre al pie. Coudet necesita pimienta en el equipo y eso es precisamente lo que viene a darle Carles Pérez. Con su llegada el ataque del Celta vive un nuevo impulso y sobre todo aumenta su repertorio.

Carles Pérez es el segundo futbolista que llega este verano en calidad de cedido. El otro es Oscar Rodríguez porque Unai Núñez se disfraza de cesión lo que realmente es una compra obligada de ocho millones de euros.

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