Casting para un Denis

Coudet prefiere a Óscar y prueba a Luca en la posición de mediocentro ofensivo

Luca de la Torre presiona a un rival en el partido contra San José Earthquakes. |  // RC CELTA

Luca de la Torre presiona a un rival en el partido contra San José Earthquakes. | // RC CELTA / Armando Álvarez

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Vigo

Segundo gol de Aspas, segundo empate a uno y minigira clausurada. El Celta regresa de América con apenas el hilván. Su plantilla en construcción se reencontrará en Afouteza con los que se quedaron, los que han llegado y los que no cuentan. Allí esperará a los que faltan. Coudet construyó su alineación ante San José Earthquakes, como ante Pumas, con lo que tenía. Esta vez Mallo también se disfrazó de central, igual que Tapia. Ha agradado Veiga, a quien el entrenador ve más maduro. A Carreira lo ha empleado de interior, confirmando que apunta a cesión. Lo que ocupa a Coudet, sobre todo, es la búsqueda de un nuevo Denis Suárez. En ese casting se afana.

Coudet sostiene una idea, un planteamiento, un estilo y un dibujo. Y en ese esqueleto, el mediocentro ofensivo adquiere una relevencia especial. Es quien debe coser defensa y ataque; el encargado de controlar el ritmo y romper la primera presión rival. A Coudet le gustaría conservar a Denis, pero nada ha variado en el divorcio con el club. Plata o plomo. Traspaso o grada. Denis y Mouriño juegan al duelo de los conductores suicidas.

Así que Coudet tendrá que encontrar otra pieza. Un doble pivote, en blindaje si no en esquema, con Beltrán y Tapia, se reserva para proteger resultados. La apuesta celeste inicial demanda una combinación más afilada. Y entre las tareas pendientes no está la de esta demanda. El nuevo Denis ya reside en el vestuario. A Coudet le toca averiguar su identidad.

El argentino empleó a Veiga ante Pumas. El porriñés rindió. Suena a coyuntural. No es fácil imaginarse a Coudet elevándolo ya a titular. Él prefiere a Óscar. El talaverano da ese perfil de profesional consolidado que le gusta. Y en su cabeza, ahora mismo, es el elegido. Su alineación ante los Earthquakes puede considerarse el primer ensayo en el proceso de aclimatación.

Sucede que Óscar no es Denis. Nunca lo ha sido, al menos, en lo que lleva de carrera. Óscar posee mayor verticalidad, golpeo y pegada; menos pausa, creatividad y capacidad asociativa. Con Óscar en la manija, la naturaleza céltica cambia. Salvo que Aspas, que todo lo puede, incursione con mayor frecuencia en esos territorios.

A Swedberg lo descarta la edad. Aún se siente desorientado en la banda izquierda, donde las coberturas debieran resultar más sencillas. Le falta madurez física. Luca de la Torre debutó en San José; apenas un cuarto de hora, inicialmente a cambio de Solari y pronto al medio, por Óscar. Breve pero suficiente para confirmar que es el que más se parece a Denis... excluido lo mucho que Denis se parece a sí mismo.

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