Un amistoso de circunstancias

La fiabilidad de un primer amistoso de pretemporada es escasa. Incluso con Coudet, que nunca regala minutos ni ensaya sistemas alternativos. El empate (1-1) con Pumas adquiere el mérito de los números: las escasas horas previas de trabajo en Afouteza; las muchas de desgaste en aviones y salas de espera en el viaje a México; los 2.000 metros de altura en el Estadio Olímpico Universitario; la media docena de fichajes aún por realizar. Pesó la lógica en la actuación decreciente, del control de la primera parte al sufrimiento de la segunda. Fue, con todo, un Celta competitivo.

Pese a todo, este conjunto refleja a su entrenador, que es autor. Nada se improvisa, salvo las camisetas y las botas –la equipación se trasladaba en otra combinación de vuelos y se retrasó–. “Sostener la idea” es el mantra que Coudet repite y eso permite aventurar algunos indicios. Coudet ubica a Swedberg como alternativa a Cervi en la banda izquierda. Dos opciones bien diferentes. El sueco, diestro, tiende a las parcelas interiores. Coudet lo ve verde para la alta competición. El adolescente se involucró poco en el juego, no reaccionó con prontitud a la presión tras pérdida y pecó de falta de entendimiento con Galán. Pecados comprensibles. Pero Coudet pronto lo intercambió por Baeza, que había arrancado como socio de Aspas, para taparle esa herida a Pumas.

También debutó Óscar. Solo se quedó en el banquillo Luca de la Torre, así que habrá que esperar a conocer cómo lo identifica Coudet en su esquema. Se supone que compartirá banda derecha con Solari, aunque el la selección y en el Heracles ha jugado más por el medio.

Coudet no camufla sus preferencias. Ya se sabía que en la única demarcación con superpoblación, el lateral derecho, la jerarquía contemplaba a Carreira por detrás de Mallo y Kevin. Y de hecho el vigués jugó pocos minutos y como interior, por delante de Kevin, con Mallo ya sentado tras haber demostrado que se ha recuperado de la fractura en la rótula.

La consistencia de Beltrán y la genialidad de Aspas, al que se le nota especialmente fino, son los valores de inversión fija de Coudet. La frescura de Veiga también le está gustando al técnico, que entiende que a Miguel le falta todavía rodaje, aunque el delantero exhibió musculatura en el trabajo más áspero.