Algo nuevo, algo prestado, algo viejo

Meritorio empate del Celta, cansado, escaso de efectivos y con indumentaria de ocasión

Aspas celebra su gol a Pumas con su clásico gesto.

Aspas celebra su gol a Pumas con su clásico gesto. / RC Celta

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Lo viejo, que aún permanece para hacerse presente, y lo nuevo, en el proceso de asentarse como propio, se mezclan en cada inicio de pretemporada. El Celta le ha añadido algo prestado. A la expedición viguesa se le retrasó el equipaje, que viajaba en otra combinación de vuelos. Adidas proporcionó otra indumentaria negra, serigrafiada a toda velocidad con nombres, dorsales y patrocinadores; también calzado, del mismo diseño para todos.

Así que el Celta jugó ante el Pumas desnudo, ya que esta plantilla está en construcción, y a la vez con zapatos nuevos. Como aperitivo, el emocionante abrazo entre Gudelj y Hermes Aldo Desio, centrocampista en los esforzados años noventa del Celta, que hoy trabaja como ayudante del entrenador de Pumas, Lillini.

En la remodelación profunda del proyecto no se pierden ciertas señas de identidad. El Chacho no se mueve de su dibujo, aunque le sobren centrocampistas y le falten defensas y delanteros. Acopló la carne disponible al esqueleto. Le salió en la primera mitad una alineación capaz de sostenerse ante Pumas, con Tapia reconvertido en central. A Swedberg lo ubicó en la banda izquierda. Quizá un indicio de dónde piensa emplearlo, si es que lo emplea en los primeros meses. Al sueco se le notó la bisoñez y la falta de aclimatación. Tendió demasiado hacia dentro, sin problemas en ataque para abrirle el carril a Galán pero poco asociado con él y desorientado en las coberturas. El Chacho lo intercambió por Baena, que había arrancado como socio de Aspas.

Alineación inicial.

Alineación inicial.

Swedberg es lo nuevo igual que la frescura intermitente de Gabri. Lo fijo es el empaque de Beltrán como fiel de la balanza, las acometidas constantes de los laterales y sobre todo la finura de Aspas, que alegra el corazón. El moañés tentó primero el gol a pase de Mallo, en una conexión que es vieja pero también eterna. En el segundo intento, a centro medido de Solari, no perdonó.

El gol de Aspas, en el minuto 45, igualó el inicial de Diogo de Oliveira al rematar con contundencia una falta lateral. El Celta había controlado más el balón, con bastante dinamismo considerando los escasos días de pretemporada y los muchos kilómetros de viaje. Le había faltado chispa en el último cuarto de cancha. En defensa, el Chacho optó por un bloque medio. No está el fuelle ya para presionar arriba. Pumas creó peligro desde el robo y sobre todo a balón parado, donde a esta combinación céltica se le nota el déficit de centímetros y kilos.

Tras el descanso salió con más brío el Pumas, que ya ha disputado dos partidos del Aperturas, y fue perdiendo energía el Celta. Sus jugadores pagaron lo poco corrido aún en Afouteza y lo mucho sentado en los aviones y las salas de espera. También le pesó la pertinaz lluvia mexicana, que había acelerado el pasto primero y después dejó a los celestes ateridos. Coudet fue introduciendo cambios de manera paulatina, a veces a calzador sobre su esquema, como a Carreira por delante del lateral. Se estrenó Óscar. Quedó sin debutar Luca de la Torre. Entre los ingresados sobresalió la constancia de Miguel, que dispuso de la única oportunidad y que peleó balones a la esperanza perdida. Pumas incrementó su asedio en los instantes finales, pero a Salvio y Dinenno les faltó precisión en el remate.

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