Radio Vigo asegura que la directiva del Celta ya ha decidido rescindir el contrato de Onésimo, a quien restaba una temporada, y que Clauidio Giráldez lo sustituirá. Club y entrenador guardan silencio. Fuentes del entorno del vallisoletano creen que la comunicación aún no se ha producido. Pero todo apunta a esa ruptura, cinco semanas después de la finalización de la temporada. Y Carlos Álvarez, nieto de Mouriño, especialmente activo en redes sociales, escribió ayer: “El club habló de una restructuración durante dos temporadas, asentandose en 1R y creando el C que necesita rodaje. Una vez adaptados, se seguiría con el proyecto más importante: la cantera”. En tal sentido, la marcha de Onésimo obedecería al final de ese ciclo.

En consecuencia, aunque sea como proceso deductivo, se antoja imposible la continuidad de Onésimo. Su etapa al frente del filial ha sido larga para los estándares celestes; dos temporadas y media en las que ha cumplido sobradamente los objetivos clasificatoria. Su falta de entendimiento o al menos de coordinación con Coudet en la gestión de los principales talentos canteranos, que la directiva no pudo solucionar, ha sido un lastre. Queda también en el entorno la impresión de que Onésimo primó lo competitivo sobre lo formativo. Gente que conoce su trabajo lo desmiente.

Onésimo fue contratado en sustitución de Jacobo Montes a mediada la temporada 2019-20, con el Celta B en puestos de descenso. En seis jornadas, y con una sola derrota, ya había encaminado la permanencia cuando la pandemia obligó a suspender la liga. En la temporada 20-21, de reestructuración de las categorías, cumplió el objetivo de lograr la plaza en Primera RFEF y perdió en el asalto a Segunda en primera ronda, ante el Athletic B. En la última temporada solo se cayó al final del play off de ascenso. Su equipo, aunque irregular, protagonizó fases de gran juego. Y las victorias sobre el Deportivo, en Riazor (1-2) y Balaídos (2-1), quedan para la historia de la rivalidad gallega.

Cierto que ha tenido plantillas de gran fuste, con gran mayoría de jugadores foráneos. Y que a veces se le ha afeado que le cicatease minutos a Miguel Rodríguez, Losada, Veiga o Carreira. Cuentan, sin embargo, que los obstáculos que Onésimo les ha puesto en el camino forman parte de un bien meditado proceso de crecimiento. Y que Onésimo entiende la formación de manera integral. No solo ha querido encauzarlos en la senda profesional dentro del campo, sino mediante la doctrina, el consejo y la experiencia. Lo que estos jóvenes alcancen completará el relato céltico de Onésimo, que en resultados es más que notable.