Pape Cheikh trata de dar un nuevo impulso a su carrera en Grecia tras concluir sin protagonismo su contrato con el Olympique de Lyon. El que fue gran promesa de la cantera del Celta y uno de los más altos traspasos de la historia del club vigués acaba de firmar por las próximas temporadas con el Aris de Salónica, donde, con 24 años cumplidos, espera recuperar las sensaciones que lo llevaron a debutar con el primer equipo celeste cuando solo contaba con 17.
La carrera de Pape ha ido declinando en los cinco años que ha permanecido en el conjunto de Lyon. El Celta lo vendió en el verano de 2017 al conjunto galo por diez millones de euros, un traspaso récord por un futbolista todavía en edad juvenil que apuntaba grandes cosas. No le fue mal en la primera campaña en Francia, en la que llegó a disputar 12 partidos de la Ligue 1 y 5 de Liga de Campeones, aunque su participación fue decayendo a medida que avanzaba la temporada hasta hacerse intrascendente.
La falta de oportunidades propició la siguiente campaña su cesión al Celta. Fran Escribá lo utilizó con relativa frecuencia, pero fue su sucesor, Óscar García, el que le dio galones hasta que un episodio de indisciplina por una salida nocturna no autorizada en Madrid tras un partido contra el Leganés lo relegó al ostracismo y apenas volvió a jugar aquella temporada.
El Celta declinó ejercer la opción de compra que tenía para recomprarlo y Pape regresó a Francia. El Lyon lo cedió entonces al Dijon, con el que tuvo la siguiente temporada bastante protagonismo en la Ligue 1. Pape disputó 21 encuentros con el conjunto borgoñés y fue convocado para tres amistosos con la selección de Senegal, pero a la conclusión de la temporada volvió a Lyon y, sin lugar en su primer equipo, su progresión volvió a verse frenada. Relegado al segundo equipo, el canterano céltico tuvo que conformarse las siguientes temporadas con jugar en una liga menor.
Una vez concluido su contrato con el Olympique, Pape prueba fortuna en Grecia con el Aris, un histórico del fútbol heleno, en el que, con 24 años, quiere volver a sentirse futbolista.
Emre Mor
También ha iniciado una nueva y aparentemente exitosa etapa profesional Emre Mor, uno de los peores negocios firmados por el Celta en los últimos años, que parece haber dado un nuevo impulso en su carrera en Turquía después de su decepcionante paso por el equipo celeste. El prometedor futbolista turco-danés apenas anotó un gol en tres años y medio (pasó otro cedido) en Vigo, en los que protagonizó constantes episodios de indisciplina aderezados con polémicas intervenciones en lasa redes sociales cargadas de ostentación y mensajes sentenciosos con los intentaba justificar su pobre rendimiento.
Harto de sus payasadas, el Celta rescindió su contrato el pasado verano, aunque la operación se anunció como una cesión con extinción del vínculo laboral. Mor firmó con el Karagümrük turco, donde ha firmado una interesante campaña: seis goles en 29 partidos y un total de 1.879 minutos sobre el terreno de juego. Tales cifras han llamado la atención del Fenerbahçe, uno de los grandes de la liga turca, que pagará por hacerse con sus servicios alrededor de 2 millones de euros.
