El Celta se reinventa. Camino de su centenario, el club celeste se ha puesto en manos de Luis Campos para abordar la mayor revolución en su plantilla de la última década. La entidad que preside Carlos Mouriño tiene una enorme confianza en la aptitud del gurú portugués, responsable del reciente éxito del Mónaco y el Lille, para guiar un proceso que va a requerir una decena de fichajes que el Celta financiará vendiendo a dos de sus mejores activos.
Campos rastrea un amplio espectro de mercado en busca de futbolistas de diferente perfil para las posiciones que se pretenden reforzar: un portero, un defensa central, un lateral zurdo, un volante derecho, un volante izquierdo, un media punta y tres delanteros. El asesor deportivo luso tiene la doble tarea de buscar buenas ofertas con las que financiar los nuevos fichajes y encontrar jugadores de calidad que se ajusten al perfil y las necesidades que busca Eduardo Coudet, el encargado de pilotar el cambio.
El técnico argentino prefiere futbolistas con experiencia en LaLiga, pero Campos rastrea también el mercado internacional (que conoce a la perfección) en busca de futbolistas menos conocidos a los que el Celta pueda acceder en buenas condiciones económicas que aumenten la competencia interna en el plantel y puedan ofrecer al club un rendimiento económico a medio plazo.
Un Celta menos canterano
La Operación Retorno que tanto ilusionó al celtismo es historia. La idea de recuperar a los mejores activos de su cantera que hubieron de ser vendidos en tiempos de estrechez para construir sobre ellos el Celta del futuro se ha diluido mucho antes de consolidarse. El conflicto del presidente con Denis y la condena judicial a Mina lo han impedido y la posible venta de Brais (uno de los jugadores con mejor cartel del plantel) puede acabar por darle la puntilla este verano. Aspas y Mallo se perfilan como únicos referentes de cantera en el equipo titular y ambos tienen fecha de caducidad. Gabri Veiga y Carlos Domínguez, la savia nueva, todavía necesitará algún tiempo para consolidarse en Primera División. El Celta del centenario será un Celta menos canterano, seguramente el menos canterano de los últimos tiempos.
Un largo y cálido verano
Al Celta le espera un verano movido y caliente en cuanto a fichajes que el club afronta bajo la premisa de vender caro para comprar calidad a buen precio. Para que se produzcan entradas el club necesita formalizar ventas y esto implica que los mejores fichajes van a ser los más tardíos porque se va a necesitar liquidez para financiarlos.
Tanto el club como el entrenador quieren destinar la mayor parte del gasto a reforzar el frente ofensivo con delanteros de nivel. La calidad de los fichajes va a ser directamente proporcional al dinero que se obtenga por la ventas. El Celta tiene una gran confianza en que Luis Campos va a conseguir el máximo por los jugadores con mejor cartel de venta. Aidoo, Galán, Beltrán, Tapia, Brais son los futbolistas que están en la primera línea del escaparate.
Los peajes de Denis y Mina
Queda por ver cuánto dinero puede sacar el Celta por Denis, cuya gran temporada no ha pasado inadvertida, pero a quien el propio club ha devaluado obligándolo a elegir entre la puerta o la grada. El salcedense es hoy un jugador más valioso que cuando el Celta lo repescó del Barcelona, pero su precio de venta va a estar muy lejos de los 12,5 millones de euros que el club vigués pagó por él hace tres años.
Peor remedio tiene el varapalo judicial sufrido con Santi Mina, cuya carrera en el Celta y muy probablemente en el fútbol es historia tras ser condenado a cuatro años de prisión por un delito de abuso sexual. La condena del delantero no es firme, con lo que el club no puede abordar un despido disciplinario y tendrá que negociar con el futbolista la rescisión de su contrato, con el consiguiente peaje económico.
Fichajes graduales
Con una decena de contrataciones en la agenda, las incorporaciones de futbolistas van a ser necesariamente graduales. Por pura lógica económica los primeros en incorporarse al plantel van a ser aquellos jugadores que lleguen a coste cero porque concluyen contrato con sus respectivos clubes o cedidos, una opción, la del préstamo, que el club ha venido incorporado casi todos los veranos desde su ascenso a Primera División hace una década con más aciertos que fracasos. De nuevo la figura de Luis Campos (eso esperan en la Calle del Príncipe) será clave para encontrar futbolistas que se ajusten a las necesidades y exigencias de Coudet. El portugués maneja un amplio abanico de opciones que van de los mercados internacionales a LaLiga, pasando por la Segunda División.
Los cedidos, sin encaje
Salvo Okay Yokuslu, vendido al Getafe por 3 millones, el futuro de los cedidos no está aún decidido, pero la mayor parte de ellos no va a tener cabida en el plantel celeste el próximo curso debido a la falta de minutos en sus respectivos equipos, en los casos de Iván Villar, Miguel Baeza o Gabriel Fernández o estar ya bien cubierta su posición, como ocurre con Sergio Carreira, que volverá a ser cedido el próximo curso.
A una futura cesión apuntan José Fontán, que ya pidió a Coudet salir para tener minutos en enero pasado, y Orbelín Pineda, que no encaja en el esquema del técnico y quiere jugar el próximo curso en un club que le proporcione los minutos necesarios para estar con México en el Mundial de Catar.