1 de junio de 2013. Una fecha que los fieles seguidores del Celta guardan en su memoria. Aquel día, el estadio de Balaídos era testigo del último partido de Liga de esa temporada, entre el equipo vigués y el Espanyol. A la conclusión del encuentro, la crónica de la edición digital de Faro de Vigo titulaba: "El Celta culmina el milagro".

Dos semanas antes, el Celta era colista de la Liga y tenía sólo un 4,01% de opciones de salvar la categoría. Venía de perder contra el Betis y frente al Atlético de Madrid, y le esperaban el Valladolid en el José Zorrilla, y el Espanyol en casa. La temporada anterior ya había coqueteado con el descenso. Como se acostumbra a decir en el argot futbolístico, ese año, en casa Celta, claramente se mascaba la tragedia.

Pero los de Abel Resino -su entrenador de entonces- superaron el match ball en la capital castellano-leonesa. El equipo vigués llegaba a ese último encuentro aún con un pie en Segunda División. Había que ganar y esperar resultados en otros campos.

Temporada 92-93

Temporada 92-93 ALEJANDRO MARZOA

A los quince minutos de encuentro, llegaba el gol más esperado. Así lo contó el decano: Oubiña iniciaba una jugada que tenía a Iago Aspas como destino. El moañés caricaturizó a Colotto con un gran regate, dio el pase de la muerte para que Natxo Insa, llegando desde segunda línea, alimentase el sueño de la permanencia.

Quedaban 75 minutos de sufrimiento en los que, según las crónicas de hace 9 años, el conjunto catalán, a pesar de no jugarse nada, apretó a su rival y obligó a lucirse en más de una ocasión a Rubén Blanco, que ocupó la portería celeste en aquella histórica jornada.

Cuando Mateu Lahoz pitó el final, la victoria de la Real Sociedad en Riazor daría la salvación a los vigueses y hundiría en el pozo de Segunda a Mallorca, Deportivo y Zaragoza.

Aquella jornada quedaría enmarcada para la posteridad con tres claros símbolos: un porcentaje, una canción y un nombre: los que tuvieron fe en ese 4,01% de posibilidades de salvarse, el cántico inmortalizado por la peña Lío en Río -"Coruña, decime que se siente"- que describe la jugada de ese gol que supuso la permanencia para el Celta en la máxima categoría, y el autor del tanto: Natxo Insa.

Pues bien, el hombre que desató la locura en Balaídos aquel sábado 1 de junio ha recordado ese momento en un vídeo que el Celta ha compartido en sus perfiles de redes sociales. "Como el que conduce el balón es Iago Aspas, sabes que algo va a pasar. Con una acción suya, me llega a mí el balón, llegando de segunda línea, y meto el gol. A partir de ahí, sé que salto la valla, voy para la grada y no recuerdo bien ni lo que hago", recuerda Insa.

El 'Community Manager' de la entidad celeste cuelga ese vídeo con el mensaje del jugador alicantino, al que acompaña la retransmisión del gol, con banda sonora incluida, y un comentario que hace alusión al choque de este próximo domingo: "No lo puedes evitar. Partido contra el Espanyol y tu mente se va a..."