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perfil // LUIS CAMPOS

El arquitecto portugués

El de Esposende se ha labrado un nombre en Francia como descubridor de jóvenes ‘cracks’ entre los que se encuentra Mbappé

Luis Campos junto a Mbappé, al que conoció y renovó durante su época en el Mónaco. // FDV

El Celta está a punto de dar un cambio de rumbo en su dirección deportiva. Tras el paso de Felipe Miñambres, un secretario técnico de perfil bajo, el club se ha lanzado en las últimas semanas a la contratación del portugués Luis Campos, uno de los directores deportivos más codiciados del viejo continente y que está cerca de encabezar el organigrama deportivo de la entidad. Natural de Esposende, localidad situada apenas a 120 kilómetros de Vigo, Campos se ha labrado su fama en el fútbol francés, donde ha encabezado proyectos exitosos en Mónaco y Lille que han podido arrebatarle títulos ligueros al todopoderoso PSG en los últimos años. Entrenador de vocación, sus primeros y únicos pasos en los banquillos fueron en clubes modestos de Portugal. Fue ahí donde encadiló a José Mourinho, que supo ver su talento para reclutar a jóvenes promesas y se lo llevó al Real Madrid. Solo duró un año, y en 2013 comenzó su verdadera historia en los despachos.

El dirigente portugués llegó a un Mónaco recién ascendido y con muchos millones para gastar. El oligarca ruso Dmitri Rybolovlev quería que el equipo del Principado fuese uno de los grandes del viejo continente y puso su fortuna a disposición de Campos, que en su primer verano cerró las llegadas de Falcao, James, Moutinho o Kondogbia. También la de un joven poco conocido como Martial.

No duró mucho la alegría en Mónaco. Su propietario, Rybolovlev, tuvo que darle más de 3.200 millones a su mujer en lo que fue el divorcio más caro de la historia. Con ello, cambió radicalmente la política de fichajes del club y permitió al que puede ser nuevo director deportivo del Celta hacer lo que mejor sabe: descubrir talentos.

En el verano de 2014 llegó al Principado un jovencísimo Bernardo Silva directamente desde el filial del Benfica a cambio de unos 15 millones de euros al mismo tiempo que hacía las maletas James rumbo Madrid por 75 millones, 30 más de los desembolsados por él un año antes. En 2015 cerró la compra definitiva de Fabinho y Lemar por unos 10 millones en total, mientras que conseguía vender a Martial, Kondogbia, Kurzawa, Abdennour y Carrasco por un montante que rondaba los 160 millones. Todo ello, sin perder competitividad, ya que acabaron terceros ese año en Ligue 1.

La 16/17 fue su obra culmen. Aquel verano apostó por un jovencísimo chaval de la cantera para que liderase al conjunto monegasco. Su nombre, Kylian Mbappé, al que incluso consiguió renovar cuando el francés mostraba más reticencias. Además, también recalaría en Mónaco un potente lateral zurdo llamado Benjamin Mendy. Su balance ese año fue el de unas semifinales de Champions y el título de liga en Francia. Gracias a él, el Mónaco recibió 200 millones en 2017 con las ventas de Bernardo Silva, Carrillo, Mendy y Bakayoko. Cien más sacó en 2018 con las de Mbappé, Lemar y Fabinho.

Su buen hacer le llevó a repetir su fórmula de éxito en el Lille, donde compró a bajo precio y vendió a uno muy alto a Pépé (18 su fichaje y 80 su venta), Soumaré (0 y 20), Mendes (9 y 23), Ikoné (5 y15), Leao (0 y 30) u Osimhen (22 y 75). Las siguientes grandes ventas del equipo francés pueden ser Botman, Celik y Bamba. Todo ello, con un nuevo título liguero bajo el brazo. No en vano, el Lille es el vigente campeón galo gracias al sello Campos.

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