Esperando a Thiago Galhardo

A Thiago Galhardo se le resiste el gol. El delantero brasileño es único de los delanteros celestes que no ha visto puerta este curso y uno de los pocos hombres del frente ofensivo (faltan también Augusto Solari y el recién llegado Orbelín Pineda) que no ha logrado introducir la pelota en el fondo de la portería rival.

Al artillero cedido por el Internacional de Porto Alegre le ha perjudicado ser el tercero de los delanteros en la rotación de Coudet. No es fácil reivindicarse en un apartado tan volátil como el gol cuando solo se ha sido titular en un partido (contra el Mallorca) y lo máximo que se ha jugado saliendo desde el banco son 45 minutos. Galhardo ha tenido que reivindicarse en los finales de partido, con cierta frecuencia con el marcador en contra y la necesidad de remontar. El brasileño contabiliza en la competición regular 511 minutos en 25 partidos, a los que hay que añadir otros 92 repartidos en tres encuentros de Copa del Rey. 611 minutos en total en los que la falta de continuidad ha sido el denominador común. En la mayor parte de los encuentros solo ha jugado unos pocos minutos sueltos.

A pesar de que la suerte del gol no le ha favorecido, el punta brasileño no ha desentonado en muchos partidos, mostrando grandes dotes para bajar la pelota cerca del área rival e intuición para buscar la portería. Le ha faltado afinar la puntería.

Su aportación ofensiva se limita, por el momento, a una asistencia, la que le proporcionó a Santi Mina en el tercero de los goles que el Celta anotó al Getafe en su visita el Coliseum Alfonso Pérez.

Estuvo muy cerca del gol contra el Elche, con un disparo a la madera en los minutos finales que privó al Celta de un empate que se mascaba en el Martínez Valero. El Wanda Metropolitano será mañana la próxima parada. Allí anotó el pasado curso su único gol como céltico el argentino Facundo Ferreyra quien, a diferencia de Galhardo, besó el santo nada más llegar.