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El Celta muestra su lado más práctico

El equipo vigués logra un triunfo reparador ante un agresivo Osasuna con rigor táctico, solidaridad y eficacia en el remate

Budimir hace una peligrosa entrada a Denis Suárez durante el partido de ayer. // MARTA G.BREA

El Celta solventó con nota la difícil papeleta de Osasuna, rival intenso, agresivo y tácticamente muy disciplinando, con un triunfo reparador (el segundo consecutivo en Balaídos) que saca al grupo de Eduardo Coudet del bache en que se había metido en la semana previa al parón liguero. Logró el cuadro celeste sobrevivir a un complicado arranque en el que Osasuna estranguló su salida de balón con una presión asfixiante, volteó el partido con eficiencia y calidad en dos acciones fulgurantes y, una vez encauzado el choque, gestionó con inteligencia la ventaja haciendo improductivo el dominio del rival, que tuvo la pelota pero fue incapaz de inquietar a Dituro.

Un triunfo tan laborioso como meritorio en un duelo en el que el Celta defendió muy bien y mostró una inusual eficacia para convertir en goles sus pocas escasas llegadas con peligro al marco rival. Le faltó acaso cerrar el partido antes, cuando se echó atrás para administrar el resultado y buscar el tercero en un zarpazo a la contra, pero no encontró a Aspas para correr en los balones al espacio y cuando lo hizo el delantero celeste no tomó la decisión correcta. Aun así, Galhardo tuvo en sus botas el tercero con un remate fallido casi con el tiempo cumplido que Herrera, el guardameta rojillo, recogió casi sobre la raya de gol.

El emperador del corte

El impagable trabajo de Joseph Aidoo en el corte permitió al Celta sobrevivir en los momentos más enrevesados del choque, cuando Osasuna llevó la batuta y generó (sobre todo en los 20 primeros minutos) un sinfín de complicaciones a los celestes. El ghanés se multiplicó para apagar fuegos en todas direcciones y mantuvo una hermosa pugna con Ante Budimir, un delantero que se mueve con gran inteligencia en el área y que estuvo a punto de adelantar en el marcador a los de Jagoba Arrasate con un disparo a la cruceta tras un cómodo centro de Nacho Vidal que el serbio cazó con veneno en el área pequeña. Fue la única ocasión en que el Budimir ganó la partida a Aidoo, que no obstante le obstaculiza (acaso lo justo) en el remate. El inmenso partido del central africano tuvo continuidad en el segundo tiempo, cuando Osasuna monopolizó la pelota y el Celta se atrincheró en defensa del resultado, redoblando esfuerzos para estar en el lugar oportuno en el momento preciso para cortar el balón. Qué bendición que el seleccionador de Ghana haya decidido prescindir de sus servicios para la Copa de África. Verdaderamente, a Charles Akonnor hay que darle las gracias.

Problemas en la salida

La solvencia y el sentido práctico con el que el Celta supo manejar anoche el tempo de partido no fue inmediata. El grupo del Chacho vivió un arranque complicado en el que el rival le apretó arriba con su mejores armas (intensidad, dominio del juego directo y las segundas jugadas y excelente ocupación del espacio) y ahogó la salida de pelota de los celestes tapando a Fran Beltrán (que tardó bastante minutos en entrar en juego) y cerrando a los celestes el espacio por dentro.

El peso de los laterales

El Celta encontró soluciones al problema del juego interior en sus laterales, que se las compusieron en estos compases iniciales para dar algo de profundidad al juego celeste. Galán pero sobre todo Hugo Mallo asumieron el rol de conducir la pelota a los dominios de Sergio Herrera. La primera ocasión de los celestes llegó precisamente en una acción entre los dos laterales célticos, un buen centro de Galán desde la izquierda que el capitán envió por encima de travesaño rematando en el segundo palo.

Mucho más eficiente se mostró Hugo en la jugada que despejó el horizonte de nubarrones para el Celta, esta vez gracias un robo de Brais en tres cuartos de cancha. El mosense envió la pelota al área hacia Cervi y el argentino la bajó cediendo la bola a Mallo en la media luna. El capitán la enganchó con la zurda, conectando un trallazo imposible para Herrera.

Una delicia canterana

El grupo de Coudet encarriló el partido con una delicia canterana con la firma de Iago Aspas y Denis Suárez que Santi Mina culminó en boca de gol. El moañés desmontó la defensa rojilla desde la banda deshaciéndose de tres marcadores con un movimiento de puro genio, combinó rápidamente con el salcedense y éste se la devolvió de tacón para que sirviese en el área chica el balón a Mina, que la empujó al fondo de la red adelantándose con inteligencia a su defensor. Dos a cero y horizonte despejado.

Un ejercicio de resistencia

El segundo tiempo fue para el Celta un práctico ejercicio de resistencia. El Celta retrasó la línea defensiva y cerró a Osasuna las líneas de pase con orden y solidaridad en las ayudas. Le ayudó en su misión de hacer estéril la monopolio de Osasuna el imperial trabajo de Aidoo (muy bien secundado por Araújo), y el apoyo de los atacantes en labores defensivas (los que estaban en el campo y los salieron desde el banquillo) con especial mención a Thiago Galhardo, al que se le resiste el gol, pero que las gana todas por arriba y muestra sentido en cada acción.

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