Eduardo Coudet se volvió a mostrar tajante este lunes respecto a los canteranos que llegan a estar bajo sus órdenes. El preparador argentino da una importancia extrema a los entrenamientos que tienen que realizar los jugadores de las categorías inferiores antes de establecerse en el primer equipo, algo que por ejemplo ya vivió José Fontán la pasada campaña. “Para lo que intentamos hacer yo no puedo sacar un jugador del filial y ponerlo acá sin tener una preparación previa”, apuntó el Chacho.

Ayer, en el partido de Copa ante el Andorra, hasta ocho jugadores formados en A Madroa saltaron campo en el once inicial. Además, el primer cambio, por el lesionado Kevin, fue Brais Méndez, otro canterano que se curtió en los equipos de la base del club.

Entre los presentes en la alineación destacaban Carlos Domínguez y Gabri Veiga, con ficha del filial, y Hugo Álvarez, que pertenece al juvenil. Los tres son la excepción entre todos los jugadores de las categorías inferiores esta temporada, ya que han sido los únicos que han tenido presencia en el primer equipo, y hasta ayer de forma casi residual. Nada que ver con lo sucedido a lo largo de la 20/21, cuando debutaron con los mayores en partido oficial de LaLiga hasta siete jugadores con ficha del segundo equipo o del juvenil. Hugo Sotelo hizo su aparición en el Camp Nou en el penúltimo partido de liga. Antes lo habían hecho Sergio Carreira, José Fontán, Carlos Domínguez, Gabri Veiga, Miguel Rodríguez y Lautaro De León.

Esta diferencia entre ambas temporadas no parece que se vaya a reconducir a corto y medio plazo. En primer lugar porque Coudet confía ciegamente en los jugadores del primer equipo, que llevan meses conociendo su idea de juego y que se encargan de perfeccionarla día a día en los entrenamientos. Unas sesiones que apenas pisan los jugadores del filial por decisión del club. “Las cosas están claras y si no van a tener participación directa van a tener prioridad en el filial”, aclaró el Chacho.

Por todo ello, y aunque parezca chocante a ojos del aficionado, tanto Hugo Álvarez como Hugo Sotelo, ambos en edad juvenil, tienen muchas más opciones de establecerse y tener presencia en el primer equipo que otros jugadores más hechos como pueden ser Íker Losada o Lautaro de León. Los que ya están en el primer equipo desde hace unas semanas, por petición expresa de Coudet, son Gabri y Carlos, que con total probabilidad se quedarán hasta final de temporada.

Esta rareza que rodea a los canteranos del Celta choca con la excelente salud que viven el resto de equipos del club. El filial está firmando una irregular pero buena temporada en Primera RFEF y está situado cerca de los puestos de playoff a Segunda División. Por su parte, el Celta C Gran Peña es líder de su grupo en Preferente y acumula nueve encuentros sin perder.

En la misma línea están los otros conjuntos de la base. Cada uno de ellos, desde el Benjamín B hasta el Juvenil A, lideran sus respectivas ligas y la gran mayoría permanecen invictos. Uno de ellos es el conjunto entrenado por Claudio Giráldez, que encabeza la División de Honor juvenil con mano de hierro y ya derrotó al Deportivo en A Madroa hace unas semanas. Cadete A, Infantil A, Infantil B, Alevín A, Alevín B y Benjamín A solo conocen la victoria, esta temporada lo que muestra que la cantera celeste brilla más fuerte que nunca.

Un filial atípico con tan solo seis gallegos en la plantilla

La conformación del filial ha generado polémica en las últimas temporadas. El equipo, originalmente creado para acoger a aquellos futbolistas procedentes del juvenil que todavía tenían que quemar etapas antes del llegar al primer equipo, ha perdido su esencia local. Esta temporada en la plantilla del segundo equipo apenas hay seis jugadores nacidos en Galicia, de los cuales actualmente Gabri Veiga y Carlos Domínguez se encuentran a las órdenes de Coudet. Además de ellos dos, Pampín, Miguel Rodríguez, Íker Losada y Lautaro de León son los otros canteranos que pasaron antes por otros conjuntos de la base y que son de la tierra.

Llama la atención la escasez de futbolistas gallegos respecto a lo que ocurre en otros filiales de la categoría como los del Athletic Club, el Barcelona o el Sevilla, por citar tres ejemplos. Hasta una decena de fichajes realizó el Celta B el pasado verano para afrontar su debut en la Primera RFEF, todos ellos procedentes de otros clubes nacionales o extranjeros. Es llamativo que ningún futbolista que estuvo a las órdenes de Jorge Cuesta en el Juvenil A consiguiese ficha con el filial, teniendo que conformarse con formar parte del nuevo Celta C Gran Peña que juega en Preferente. Así, llegaron jugadores procedentes de las canteras de Atlético de Madrid o Villarreal, del Alcorcón o de destinos más exóticos para un filial como Gremio, Luzerna o Girondins.