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El Celta contiene el aliento por Aspas

El club cruza los dedos para que las pruebas médicas descarten una rotura de fibras y el moañés solo se pierda el duelo frente al Mallorca - El equipo solo ha sumado 9 puntos de 51 posibles sin él en los últimos tres años

Iago Aspas, rodeado de sus compañeros y el árbitro, tras lesionarse frente al Valencia. MARTA G. BREA

El Celta contiene el aliento a la espera de conocer el alcance de la lesión sufrida por Iago Aspas durante el partido contra el Valencia el pasado domingo en Balaídos. El goleador celeste se echó la mano al aductor derecho tras adelantar al equipo vigués en el marcador a los diez minutos de juego y no pudo ya continuar. “Pensé que me había roto”, confesó a la conclusión del encuentro el astro céltico, cuya dolencia no parece tan grave como él mismo había sospechado en un primer momento. Hoy se le realizarán las correspondientes pruebas médicas.

Aspas es baja segura para el duelo de este viernes contra el Mallorca que ya se iba a perder igualmente por acumulación de cinco tarjetas (forzó la quinta amarilla del curso quitándose la camiseta tras marcar al darse cuenta de que se había lesionado), pero hay esperanza, si se confirma que no existe desgarro muscular, de que pueda ser de la partida para la visita del Espanyol a Balaídos el próximo 18 de diciembre. Coudet cruza los dedos.

No es para menos. Aunque al artillero morracense le estaba costando este curso acercarse a su versión habitual, la vida competitiva del Celta es una con Aspas y otra muy diferente sin él. Por más que hayan mejorado otros, el cuadro celeste está huérfano de gol y personalidad sin su estrella. Y la lesión de Iago llega justo cuando el morracense estaba tomando carrerilla frente al marco rival: cuatro goles en los últimos tres partidos.

Los números de las últimas tres temporadas son más que elocuentes. En los 17 compromisos ligueros que ha faltado Iago Aspas, el Celta tan solo ha sido capaz de sumar el 17,6 por ciento de los puntos que se han puesto en juego: 9 de 51 posibles. Será la primera vez que el moañés ser pierda un partido de Liga esta temporada.

El pasado curso, el astro céltico faltó en cinco encuentros (cuatro por lesión y uno por tarjetas) y su ausencia se hizo notar desde el primer momento, cuando el madridista Nacho Fernández lo envió en la enfermería con una patada por detrás. El Celta se apagó tras su salida del campo y acabó perdiendo el choque por 2-0. Se le diagnóstico una pequeña rotura de fibras en el muslo derecho que lo mantuvo fuera de juego tres encuentros que el Celta resolvió con dos derrotas (Villarreal y Betis) y un empate (Eibar), amén de la humillante eliminación de la Copa del Rey a manos del Ibiza (5-0). Reapareció con empate frente al Granada y el Celta no volvió a perder (dos empates y una victoria) hasta que otra lesión muscular le impidió ser de la partida en Mestalla. Ya con la salvación perfectamente encarrilada, Aspas volvió a faltar por acumulación de tarjetas en la visita al estadio de La Cerámica, que el Celta, para entonces ya lanzado, solventó con un triunfo muy cómodo (2-4) con doblete de Santi Mina y tantos de Brais Méndez y Augusto Solari.

En la campaña precedente, Iago Aspas lo jugó prácticamente todo y gracias a ello pudo el Celta esquivar (no con poca fortuna) el descenso en la última jornada con un agónico empate en el campo del Espanyol. Felizmente para el conjunto celeste, las lesiones respetaron al morracense, que tan solo se perdió un encuentro, frente al Getafe en el Coliseum, resuelto con un empate sin goles. El moañés fue el futbolista más utilizado del equipo. Jugó completos todos los encuentros, salvo cinco, y estuvo 2.263 minutos sobre el terreno de juego.

La ausencia de Iago fue mucho más prolongada y problemática en la temporada 2018-19, con salvación también en la última jornada tras desfilar tres técnicos (Antonio Mohamed, Miguel Cardoso y Fran Escribá) por el banquillo celeste.

Iago sufrió aquella temporada la que hasta el momento ha sido la lesión más grave de su carrera, una rotura fibrilar en el gemelo interno de su pierna derecha que mantuvo al Celta huérfano de gol durante tres meses (se perdió, con una fugaz reaparición en el Coliseum, 10 partidos) en los que el equipo apenas si fue capaz de sumar una victoria y un empate.

Su reaparición, tras una recuperación a marchas forzadas con un novedoso tratamiento regenerativo, obró el milagro, propiciando el inolvidable episodio popularmente conocido como A Nosa Reconquista que él lideró con una espectacular remontada frente al Villarreal en Balaídos.

La lesión de Aspas no ha sido la única mala noticia de la derrota ante el Valencia. Solari, que acabó el partido tras salir en la segunda parte, sufre una rotura fibrilar en la fascia plantar del pie derecho que le obligará a permanecer de 8 a 10 días de baja. No jugará en Mallorca, complicando las posibilidades de Coudet, y difícilmente en Andorra. Mallo sigue convaleciente de una lumbalgia.

Aficionados, en Balaídos, ante el Valencia. MARTA G. BREA

Balaídos, un agujero sin fondo

Balaídos se ha convertido esta temporada en un agujero sin fondo para el Celta, que ha dilapidado sistemáticamente en casa los réditos que ha conseguido fuera de su estadio. Los números del conjunto de Coudet como local son indigestibles, entre los peores de su casi centenaria historia. Tanto es así que hay que remontarse casi ocho décadas, en concreto, hasta la temporada 1942-43, para encontrar un único precedente de tan paupérrimos guarismos. En aquellos remotos tiempos, los celestes sumaron también cinco pírricos puntos en sus primeros nueve compromisos en Balaídos. Por aquel entonces, el conjunto dirigido por el pontevedrés Baltasar Albéniz había sumado a estas alturas de competición una única victoria (frente al Real Madrid, 1-0) y un par de empates (sin goles frente al Deportivo y a un gol contra el Espanyol) en sus nueve primeros partidos como local. El resto de sus comparecencias en Balaídos (Castellón, Real Sociedad, Oviedo, Valencia, Granada, Atlético Aviación y Espanyol) se saldaron con derrota. Los celestes acabaron la temporada con 9 puntos (la Primera División se componía entonces de 14 equipos) y los celestes descendieron como últimos clasificados del campeonato.

Aunque el equipo de Eduardo Coudet se mantiene actualmente alejado en cuatro puntos de los puestos de descenso, no presenta mejores números: un único triunfo (sellado en el descuento contra el Granada) y dos empates (Barcelona y Villarreal) y seis dolorosas derrotas (Atlético de Madrid, Athletic, Cádiz, Sevilla, Real Sociedad y Valencia). Un precedente más reciente y feliz es el protagonizado en el curso 2013-14, con Luis Enrique. Los celestes sumaban a estas alturas 6 puntos, merced a un triunfo (Almería) y tres empates (Espanyol, Granada y Villarreal), pero compensaron este problema alzando el vuelo en una de las mejores segundas vueltas de la historia para concluir novenos el campeonato.

La falta de resultados en casa está impidiendo al Celta poner distancia con la zona roja y empieza a pasar factura al equipo, tal como reconocía tras la última derrota frente al Valencia Renato Tapia. “Me voy con el corazón roto”, confesó el internacional peruano a Celta Media tras el choque frente a los de José Bordalás. “Me da mucha vergüenza y mucha pena no poder retribuir a la afición, que viene a vernos sea lunes, viernes o domingo y siempre está con nosotros”, agregó.

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