El Valencia de Bordalás tiene muy claras sus ideas. Jugar replegados, intentar alguna contra y, sobre todo, apostar por el juego directo. Y así lo muestran los datos. Hasta la fecha el equipo que hoy visita Balaídos ha anotado 22 goles en LaLiga, y la mayor parte de los mismos han llegado tras una acción a balón parado o mediante un centro al área y posterior remate. El plan lo tienen claro: aprovechar la envergadura de sus jugadores para sacar ventaja en el juego aéreo, justo una de las facetas en las que más sufre el Celta por la evidente falta de centímetros de sus futbolistas.

De todos los tantos anotados por los valencianos, una decena han llegado directamente en una jugada a balón parado, penaltis incluidos. En esta faceta, además, cuentan con un consumado especialista como Carlos Soler. Gabriel Paulista, ausente hoy por lesión, Alderete, Guillamón o Hugo Duro han sido algunos de los rematadores de las acciones diseñadas en la pizarra de Bordalás. Otros diez tantos han llegado con un centro directo al área desde alguno de los costados. No es el Valencia un equipo que tienda a combinar por el centro, sino que busca a sus extremos o laterales para que sean estos los que pongan un balón para sus delanteros.

El Celta es todo lo contrario en este aspecto. Apenas suma un par de tantos de cabeza esta temporada y ninguno fue en una acción destacada en el salto. El primero de ellos fue obra de Santi Mina ante el Getafe tras rematar al fondo de la red un córner sacado por Denis Suárez y que peinó un jugador celeste en el primer palo. El segundo, anotado por Nolito ante el Barça, fue ejecutado sin despegar los pies del suelo.

Hoy se miden en Balaídos dos equipos antagónicos en sus propuestas. El conjunto entrenado por Coudet tendrá que hacer frente a su mal de altura esta temporada para no verse penalizado por el poderío aéreo de los visitantes.