El Celta logró a medio gas un confortable triunfo frente al modesto CD Ebro, al que goleó en un plácido estreno copero en La Romareda. El conjunto vigués cumplimentó el trámite con gente poco habitual (Coudet solo alineó de partida a tres titulares) y sin demasiado esfuerzo, pues su superioridad fue más que evidente y el rival apenas se aproximó un par veces (y sin sensación de peligro) al marco de Rubén Blanco.

La apacible noche de los celestes tan solo se vio alterada por la lesión de Thiago Galhardo, que tuvo que ser sustituido por Santi Mina en el minuto 22 de partido por un problema en el muslo de alcance aún desconocido, pero que amenaza su participación en el compromiso liguero del próximo domingo contra el Valencia en Balaídos.

Coudet apostó por conceder oportunidades a sus hombres menos asiduos, pero desplegó un once competitivo, que no tardó en confirmar su supremacía sobre el césped. No tuvo prisa el conjunto celeste, que antes del cumplirse el segundo minuto de juego rondó el gol con un mano a mano de Galhardo que el portero del Ebro, Rubén Cebollada, desvió a córner con una mano providencial.

Se tomó el equipo vigués las cosas con calma. Consciente de que su superioridad era manifiesta, el grupo de Coudet se limitó a defenderse con la pelota sin hacer demasiada sangre hasta encontrar una combinación ganadora. Le bastó con dejar madurar la fruta para que cayese por su propio peso.

La entrada de Mina por el lesionado Galhardo impulsó al Celta, que apretó el acelerador rebasada la media hora de juego. Baeza cortejó el gol con cabezazo desde el punto de penalti que se perdió por la línea de fondo justo antes de que Santi Mina abriese el marcador peinando a la base del poste un gran centro desde la derecha de Franco Cervi al punto de penalti.

Una vez que el Celta abrió la lata, el partido fue un paseo militar para los celestes. Cervi, el hombre del partido, estrelló casi a continuación un disparo a la madera, pero fue su compatriota Augusto Solari el que perforó antes del descanso el marco rival con un gol de autor, enviando la pelota sobre el adelantado guardameta local tras un maravilloso control de pelota en la medialuna. Casi sin despeinarse el Celta, el partido estaba encarrilado.

Con Cervi inspirado, el equipo vigués se desató tras el intermedio para liquidar el encuentro. El extremo céltico, muy activo en el primer tiempo en el juego combativo, explotó en el segundo tiempo su faceta goleadora con dos goles más de hermosa factura, primero tras controlar en el área una asistencia de Santi Mina y tres minutos después con gran remate cruzado que hizo inútil la estirada de Rubén Cebollada.

Con el partido sentenciado, Coudet se limitó a refrescar el equipo con cambios de piezas (entraron Kevin, Gabri Veiga y Nolito y salieron Mallo, Okay y Cervi) y protegió a Mina con la entrada de Brais. Pese a que todo estaba ya decidido, Nolito rondó el quinto en un par de ocasiones, pero fue Fontán el que cerró el marcador sobre la hora con su primer gol con el primer equipo.